Las moscas silvestres se producen en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), en su Plataforma de Sanidad Animal, donde trabajaban en un proyecto de edición génica.
En el plan original se planteaba dispersar la cepa que produce Copeg, llamada Jamaica 06, que había demostrado compatibilidad con la cepa uruguaya. Fue la que se utilizó para el plan piloto realizado en Artigas en 2009; y en un proyecto del Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria (FPTA) en 2018, que demostró que el río Uruguay actúa como barrera natural.
“Creemos que una cepa más cercana geográficamente no tendrá problemas de compatibilidad”, comentó Volonté. El Iscamen tiene capacidad de producir 30 millones de moscas por semana, “que permite aplicar el plan original, que consiste en dividir al Uruguay en cuatro zonas, dispersar 30 millones de moscas por semana en una zona, y luego de un año pasar a la siguiente”, señaló.
El plan indica que, tras cuatro años, la dispersión se enfocará en las fronteras, para generar una barrera con Argentina y Brasil, mientras estos países no inicien un programa de dispersión.
La comisión de gobernanza del PEB está integrada por tres representantes del sector público y tres del sector privado –de las gremiales que integran Campo Unido–, y es presidida por el director general de los Servicios Ganaderos del MGAP, Diego de Freitas.
Colonia y Soriano
La dispersión inicial será de 9 millones de moscas estériles por semana –que llegarán al país como pupas–, durante seis meses en Colonia y Soriano. “La idea es que Iscamen ajuste todos los procesos de producción a esa cantidad más acotada, y a partir del séptimo mes escalar a los 30 millones, manteniendo la dispersión en Colonia y Soriano, y anexar a San José, Flores, Montevideo, Canelones, Florida y Durazno, cubriendo el suroeste del país, considerada la Zona 1 del programa”, informó el gerente del PEB.
Se optó por comenzar en esos dos departamentos por sus condiciones naturales, ya que tienen como frontera los ríos De la Plata, Uruguay y Negro. También se tuvo en cuenta que es la zona donde hay menos ovinos, que es la especie más susceptible a la bichera.
Presupuesto
El presupuesto para los 10 años del PEB es de US$ 77 millones, según se estableció en el fideicomiso que es administrado por la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) y se constituyó con una proporción de los recursos del Fondo de Enfermedades de Prevalentes recaudados en 2022, de US$ 7 millones, que se dispuso para el primer año.
“Estaba previsto que se ejecutara en 2023, pero no se ha ejecutado casi nada, porque no se tuvieron que comprar moscas, ni pagar servicios de dispersión, ni se contrató personal”, explicó.
Agregó que hasta el momento solo se montó “una estructura mínima de personal, donde está el coordinador de operaciones, de comunicación, de administración, y estamos terminando de hacer el llamado para contratar los jefes de calidad, de campo, de dispersión y de recursos humanos”.
El gerente del PEB sostuvo que cuando se reciban las moscas “queremos tener una estructura de gestión que sea lo más eficiente y chica posible, pero también la necesaria”.
Recursos humanos
El mayor costo del programa será la mano de obra, y la mayoría será destinada al trabajo en el campo, ya que habrá que monitorear los resultados, en contacto con los establecimientos y los productores, haciendo la vigilancia y los controles correspondientes.
Volonté informó que en primera instancia se necesitarán unos 20 funcionarios exclusivos para esta tarea en Colonia y Soriano, pero aclaró que ese número “no es lineal”, ya que hay diferencias entre zonas respecto al número de establecimientos, extensiones y animales. De todos modos, se estima que para cada una de las cuatro zonas del país se necesitarán alrededor de 100 personas.
Otro de los objetivos de comenzar en dos departamentos es monitorear todos esos aspectos, señaló el gerente del PEB. “Hay mucha experiencia en otros países, pero con otra idiosincrasia, con otro tipo de productor, en Uruguay es distinto, pero sabemos que acá también hay productores muy prolijos y de los otros”, comentó.
Los técnicos recomiendan visitar los establecimientos cada 21 días, que es lo que dura el ciclo de la mosca. “La idea es que no sean los funcionarios del propio programa que hagan esa tarea, sino los productores y trabajadores rurales lo hagan, como ya lo hacen. Hoy si un animal tiene un corte y hay condiciones para la mosca, se cura preventivamente o se le da un antiparasitario que prevenga la bichera, y si hay bichera se cura, porque sino el animal se muere”, señaló.
Acuerdo con la FAU
La otra inversión importante será la construcción del centro de dispersión, que está condicionado al acuerdo entre los ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca y de Defensa Nacional –firmado el 22 de diciembre del año pasado–, que implica la localización en Santa Bernardina y el servicio de dispersión, que estará a cargo de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU).
El programa le adelantará a la FAU el monto necesario por horas de vuelo para que se compre un avión, que alcanzara para dispersar los 9 millones de moscas por semana en Colonia y Soriano.
La FAU hizo un relevamiento de proveedores y de aviones disponibles, ya que en ese mercado la demanda suele superar a la oferta, sobre todo después de la pandemia, y la solicitud se debe realizar uno o dos años antes de la entrega.
El costo aproximado del avión es de US$ 3,5 millones, ya equipado por el fabricante para la dispersión y el mantenimiento. Las gestiones se hicieron con el fabricante italiano Tecnam, que ya tiene aviones dispersando moscas en otras regiones del mundo –incluso en Argentina–. La FAU consideró que ese proveedor cumple con los requisitos que se plantea el programa, en cuanto al volumen de moscas a dispersar, la autonomía de vuelo, entre otros requisitos.
La comisión de gobernanza considera que el costo operativo es muy beneficioso para el programa, porque la FAU ofrece un lugar físico para la instalación del centro de dispersión y además proporciona los pilotos. En contrapartida la FAU se beneficia con la posibilidad de brindarles horas de vuelo a sus pilotos durante su formación.
Este acuerdo generó críticas por parte de las empresas de aeroservicios agrícolas, que reclamaron hacerse cargo de la dispersión de las moscas.
“Así como este es un proyecto de interés nacional, el gobierno quiso capitalizar los recursos de la FAU. Para el productor esta es la modalidad más económica, porque el servicio privado tiene otros costos operativos”, aseguró Volonté.
Además, destacó que en el presupuesto original no se establecía la compra de aviones, por lo tanto, “ese es otro beneficio”, dijo. Agregó que, luego de los 10 años –si Brasil y Argentina no pusieron en marcha sus programas–, habrá que seguir haciendo dispersión de moscas.
Para dispersar los 30 millones de moscas por semana está previsto que haya dos aviones volando, cinco días a la semana, y un tercero para ir rotando, para poder hacer los mantenimientos correspondientes, y así sostener la operación.
“Si firmamos el acuerdo en julio, el avión podría estar disponible para noviembre”, confirmó Volonté. Pero aclaró que “una cosa está vinculada con la otra”. Recordó que la decisión política fue “primero asegurarnos la disponibilidad de las moscas y luego el avión, previendo que a partir del séptimo mes necesitaremos los otros dos aviones”.
En Santa Bernardina se montarán cámaras de control de temperatura y humedad para las pupas, además de un área de laboratorio de calidad, donde se recibirán, evaluarán las condiciones y monitoreará el proceso de acondicionamiento, el pasaje de pupa a mosca, el enfriamiento y la logística de dispersión. Además de alguna oficina administrativa.
Negociación con Iscamen
El precio de las pupas estériles se está negociando entre el PEB y el Iscamen, pero según supo Agro de Búsqueda sería cercano a los US$ 2.000 por millón. Se estima que el costo de las pupas en el total del presupuesto del programa representará entre el 10% y 12% del total. En la negociación se pondrá especial énfasis en el ajuste de precios, considerando la realidad económica argentina, ya que una vez que inicie el programa no se podrá interrumpir.
Iscamen ha realizado inversiones para atender la demanda de Uruguay, y en las últimas semanas recibieron visitas de técnicos de Copeg, para capacitarlos, y antes visitaron Panamá, para conocer los detalles del proceso de producción de la mosca.
Asesoramiento internacional
Hace cerca de dos meses visitó Uruguay el asesor principal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) en erradicación del gusano barrenador del ganado (GBG), John Welch, considerado el principal referente técnico a nivel mundial, quien asesoró al país para elaborar el programa original.
También estuvo en el país el técnico contratado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA, por su sigla en inglés) en el marco del Proyecto regional para la erradicación del GBG, Marc Vreysen, contratado para apoyar muchas de las decisiones que tomó Uruguay, incluyendo el cambio de proveedor.
A los efectos de la gestión de todo el programa, estos expertos coincidieron en que el río Negro es una barrera, porque si bien la mosca puede cruzarlo, permite controlar los movimientos de ganado, ya que tiene solamente siete lugares donde pueden pasar.
Gremiales respaldan el programa, pero no quieren avances “porque sí”
Las gremiales “estamos en la posición de acompañar y evitar que se acelere porque sí”, dijo a Agro de Búsqueda el presidente de la Federación Rural, Jorge Andrés Rodríguez, al referirse al Programa de Erradicación de la Mosca de la Bichera. “Nos costó mucho hacer entender que no importaba si se ponía en marcha en este gobierno o en el siguiente, lo que sí necesitamos es que una vez que empiece se haga de la forma correcta”, enfatizó. “Hace 400 años que tenemos bichera, podemos esperar unos meses más; no importa si se hace en este gobierno o en el siguiente. Hasta ahora se han hecho las cosas bien, pero queremos seguir así”, dijo.
Este viernes 12 se reunirá en Paraguay la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM), ámbito en el que se ha planteado impulsar un plan regional de erradicación de la mosca de la bichera.