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Sí, esto aconteció hace mucho tiempo ya en páginas del periódico El Día. Pero increíblemente la gran mayoría de los fundamentos siguen actuales. Lo visionario y creador de su tiempo en José Batlle y Ordóñez ahí queda una vez más de manifiesto.
Si bien el tema de la “propiedad privada” era visto como un problema por el socialismo y algo a abolir, y pareciera algo enteramente superado, enterrado en la historia…, ante los anuncios del jefe de campaña de Orsi, Alejandro Pacha Sánchez, de quien han designado como el principal en Economía, Gabriel Oddone, y del propio candidato a la presidencia por el Frente Amplio, Yamandú Orsi, sobre la nacionalización de las AFAP, sobre revisar la seguridad social —aunque el resultado del plebiscito fue contrario a eso—, las contradicciones más las presiones desde el PIT-CNT en este tema muestran cómo lo de expropiar no solo anidó en las mentes socialistas de Hugo Chávez y el dictador Nicolás Maduro, sino que lamentable y preocupantemente persiste ese tufillo marxista ortodoxo en varios de los que en primera línea pretenden dirigir los bien importantes destinos del Uruguay desde Presidencia, generando temores en las inversiones y sobre la estabilidad económica basada el respeto por los contratos, la seguridad jurídica y en certidumbres.
“El Partido Socialista, cuya doctrina tiende a realizar la igualdad económica de todos los seres humanos, aboliendo para ello la propiedad privada”, afirmaba en aquel debate el diputado socialista Celestino Mibelli (p. 159) fogoneando la “lucha de clases”.
Mientras, el primer batllista y creador del batllismo, don José Batlle y Ordóñez, establecía en respuesta al socialista, con meridiana claridad y contundencia, “del odio no podría resultar nunca nada bueno. Agreguemos ahora que esa lucha no existe y que, si algunos la proclaman, son muy pocos los que la entablan” (Batlle, p. 142).
“La solución no es el reparto. Y ¿cómo habíamos de pensar que deban corresponder partes iguales al indolente y al laborioso, al bueno y al malo (…). No habría mayor injusticia que tratar igualmente a los seres desiguales” (Batlle, pp. 93-94). Aquí Batlle se muestra partidario del necesario destaque de los talentos y las virtudes movilizadores en cualquier sociedad moderna, pero sin dejar de atender la igualdad de oportunidades para una sociedad más justa y menos conflictiva como también lo puso en práctica en sucesivos gobiernos colorados batllistas.
Este debate se dio en el año 1917 y Milton Vanger lo extrajo tal cual, y así textual lo llevó a páginas del libro ¿Reforma o revolución? La polémica Batlle-Mibelli.
El diputado Mibelli terminó pasando del socialismo al comunismo. José Batlle y Ordóñez siguió defendiendo la necesidad del Partido Colorado en el gobierno como herramienta para un mejor Uruguay y militando por su partido —nuestro partido— hasta el último de sus días.
Hoy el país nuevamente enfrenta un cruce de caminos, con un Frente Amplio totalmente dominado por los radicales tupamaros mediante el MPP y por los comunistas y lejos de aquel Frente Amplio de Astori y Seregni, que con sus sectores muy bien votados generaban certidumbres tan especialmente importantes en nuestros días de pandemias, importantes conflictos bélicos y cambios tecnológicos diarios.
Mientras que por el otro lado se presenta la coalición republicana con un integrante fundamental como nuestro Partido Colorado pujante, revitalizado con la votación obtenida con Andrés Ojeda —y siempre llamado a gobernar—, a estar incidiendo y definiendo los destinos del Uruguay junto con los otros socios de coalición. Solo desde ahí el partido de José Batlle y Ordóñez y el batllismo podrán mostrar toda su solvencia al gobernar, toda su impronta e historia puestas al servicio del país con un posible gobierno de Álvaro Delgado.
Porque, como vimos, el antiquísimo debate continúa y nos sitúa una vez más del lado correcto de la historia, donde nunca se apañan dictadores socialistas que parecen ser la nueva y muy negativa moda del hoy socialista, y la que tenemos que vencer aquí este 24 de noviembre y en el mundo, por libertad y democracia, como proclamaba siempre nuestro Batlle y proclamamos sus seguidores.
Por un Uruguay que siga mejorando, votemos bien este próximo domingo.
Carlos Mecol (batllista)