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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno mental en el cual las personas tienen pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones (obsesiones) y comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo una y otra vez (compulsiones).
Cuando en 1995 apoyé una renovación joven de los viejos de la CCU, me nombraron en la comisión fiscal. Y colaborando en lo que podía, en un momento me pidieron que acompañara a un profesional italiano del Instituto de Calidad en la Construcción, interesado en propagar la idea de calidad certificada que existía en Italia.
Muy simpático, lo acompañé a visitar empresas, ministerios y oficinas públicas, y laboratorios como el del Latu, que ya controlaba y certificaba los productos uruguayos de exportación, y el laboratorio de la Facultad de Ingeniería, que controlaba materiales de construcción y también la calidad del cemento portland, y auditaba los resultados de laboratorios privados.
Fuimos muy bien recibidos en todos lados, tanto por las empresas constructoras como por los estudios de arquitectura e ingeniería, en el BHU, el MTOP y la Agencia de Vivienda, y los fabricantes e importadores de materiales y equipamientos.
Cuando cenábamos una noche en la clásica parrillada El Palenque, después de unos chipirones de entrada, me preguntó: “José, ¿qué es eso que me hablan del quiebre de la tablita?”.
Porque con muchos de las empresas que visitamos, de diferentes tamaños y rubros, cuando hablamos de lo rentable que ya es en el mundo invertir en calidad, nos decían: “Puede ser, pero después de la tablita, no programamos para más de un año”. O, “podríamos pedir un préstamo, claro, pero después de la tablita…”.
Le expliqué entonces cómo un ministro de Economía había inventado mantener un valor de la moneda uruguaya contra el dólar, que lo fijaba el gobierno a través del Banco Central.
Que no era un número fijo, sino una tabla conocida y publicada donde aparecía el valor para cada día del año. Hasta el 26 de noviembre de 1982, cuando la presión se hizo insostenible y la tablita se rompió, el dólar pasó de N$ 12,50 a N$ 20,00 en un día, y el país entró en una recesión profunda. Quienes especularon en endeudarse en dólares fueron muy afectados, y el salario real cayó 40%.
“Pero ustedes están locos —me dijo el amigo tano—, eso pasó hace 15 años. Hoy el mundo y el Uruguay es otro. ¿Cómo vas a decidir qué harás mañana por algo que ya es historia?”. “Es como si, después de la guerra, todavía los italianos estuviéramos mirando a los alemanes y a los franceses como enemigos, atrincherados y peleando unos contra otros. En lugar de eso, nos olvidamos de lo malo de los viejos para trabajar juntos en construir la Comunidad Europea y olvidarnos de lo malo del pasado”.
Hoy, en Uruguay, seguir agitando como banderas gente ya muerta no la va a revivir, mejor dejar de obrar según nos digan los viejos y buscar caminos de entendimiento, entre todos los más jóvenes, como cuando de la dictadura salimos con la Concertación, con todos los partidos, en el Obelisco.
Si no, es como una enfermedad mental, el TOC, que vuelve y vuelve sobre lo mismo para darse manija con lo mismo, y es peligrosa por contagiosa. Ya pasaron 50 años desde las guerrillas, 39 años desde la dictadura, y dar manija en lo que pueda dividirnos no va a resolver nada a los jóvenes que quieren un mejor futuro para adelante. ¿Habrá que llamar de nuevo a la comisión médica del COVID para curarnos?
Ing. José M. Zorrilla