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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl señor candidato del Frente Amplio Yamandú Orsi en Buenos Aires expresó, con respecto a las elecciones nacionales de octubre del corriente año, que el derecho que tenemos los residentes dentro de nuestro territorio va a ser lo posible para extenderlo a todos los no residentes.
Parece que el candidato del Frente Amplio no sabe que la palabra derecho es totalmente contraria a la palabra obligación. Pues comete un disparate semántico al emplear indistintamente la palabra derecho en lugar de emplear la palabra que corresponde, que es obligación, lisa y llanamente.
Derecho tuvimos cuando votábamos y no estábamos obligados a hacerlo. Votábamos los que queríamos votar y los que no querían hacerlo no votaban. Y estos últimos no tenían que pagar ninguna multa por el sencillo hecho de que no había obligación de votar. Pero ahora desde 1966 tenemos la obligación de votar y, si no lo hacemos, tenemos que abonar la multa que fija la Corte Electoral. Y en caso de estar inmovilizados por una enfermedad o estar momentáneamente fuera de nuestros límites territoriales, debemos en el primer caso presentar un certificado médico y en el segundo caso justificar el alejamiento provisorio de no estar ese día en nuestro país.
Pero para reformar la Constitución habría que hacerlo mediante un plebiscito y se debería, amén de permitir el voto a los no residentes, eliminar la obligación del voto. Es decir que ahí sí tendremos entonces el derecho de votar y no la obligación que tenemos actualmente. ¿Y por qué? Debemos modificar la obligatoriedad y volver a tener cada persona el derecho a votar o no por la sencilla razón de que, si alguien piensa en permitir que cualquiera que esté habitando en la Cochinchina o en Calamuchita y demás lugares, ¿cómo vamos a cobrarle una multa por no votar? O se piensa obligar solo a los residentes y darles a los no residentes el derecho a votar o no votar.
Parece que Orsi se afilia a esta última situación y entonces así cree él que con esa medida piensa igualar a los desiguales. Y a nosotros los que tenemos que vivir en nuestros límites territoriales nos tratará como los “nabos de siempre”, según la expresión de Tomás Linn.
Como colofón pasaré el último párrafo íntegro del Sr. Gastón Pioli, cuya carta al director la hizo el 20/10/2016: “No parece ético venir al país por 24 horas y contribuir a tomar decisiones que pueden modificar, durante por lo menos cinco años, la vida de la gente que aquí vive, cuando en contrapartida el votante no se arriesga a permanecer y compartir los resultados de esas decisiones”.
Esteban G. Los Santos Izquierdo