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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl título exagera (un poco): muchos saben que se vienen elecciones. Pero ¿cuántos saben para qué sirven? ¿Cuántos saben que son algo muy trascendente, que en las elecciones se juegan cosas relevantes para todos? Cosas que nos van a golpear.
No soy politólogo y ya estoy más lejos del mojo (nunca creí a los que dicen “yo ando por la calle”, “yo recorro el país”, como si fuera garantía de estar bien informado). Yo no pretendo tener la verdad. Solo quiero llamar la atención de cómo veo las cosas. Los viejos tenemos que servir para eso.
Me preocupa ver que la gente da poquísima bola a las elecciones que se vienen. Las ven más como un divertimento o una gimnasia de los políticos. Tema de “ellos”. No mío. A mí mucho no me va ni me viene. A lo sumo, me despierta un interés como deportivo: quién le gana a quién.
Creo que eso se debe —por lo menos, en parte— a una sensación generalizada de que, si bien no vivimos en el paraíso, la cosa no está tan mal: como que se cumple con lo que se ha transformado en el máximo deseo de nuestra cultura contemporánea: “pasarlo bien”.
Es posible que la apatía, la indiferencia, también se deba a que la gente no espera gran cosa de los políticos: gane quien gane poco van a hacer (a veces, ¡no es lo peor!).
Todos hablamos de cambios, pero para ti: mi caso es especial.
Esa chatura se está viendo reflejada, hasta ahora, en el discurso de muchos candidatos. El grueso refiere al pasado y todo en clave de ataque y reproche, exagerado y genérico: “el país se cae a pedazos”, “fracasó el gobierno”, etc. ¡¿De dónde?!
Sin embargo, el país se juega cosas muy importantes en la próxima elección, sea que las encare o que estas lo encaren.
No es que estemos en crisis (y no sirve gritar “lobo”). Es que la falta de iniciativa y el ritmo cansino de nuestro Uruguay contrastan con un mundo que viene volando y que maneja cosas y temas que nosotros no valoramos.
La inteligencia artificial, que sacudirá aspectos fundamentales de nuestra vida.
Los anuncios de la OCDE (de nuevo), esta vez que viene por nuestras zonas francas y nuestros incentivos fiscales (¿quién va a invertir en Uruguay, con lo caro que somos, sin esas ayudas?).
Una dura geopolítica entre China y Occidente. ¿Cómo vamos a acomodar el cuerpo?
Una región que no nos deja abrirnos y nos mantiene atados a sus avatares.
Un progresivo deterioro social, con pérdida de valores y principios, marginalidad dura, violencia, bolsones de pobreza, etc.
Son apenas algunas de las cosas a las que deberían estar enfocadas las próximas elecciones. Y no para aprovecharlas, achacando culpas otros (la verdad es que están muy repartidas: y no solo entre políticos).
De lo contrario, no nos quedará siquiera el gran ideal de “pasarlo bien”.
Ignacio De Posadas