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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn los tiempos que corren, la política debe ser un espacio para el intercambio de ideas, la confrontación de propuestas y el debate respetuoso entre distintos puntos de vista. Sin embargo, hemos sido testigos de una cancelación al Dr. Andrés Ojeda orquestada por Yamandú Orsi, una actitud que merece ser cuestionada.
El comando de campaña frenteamplista informó que Orsi no participará de eventos donde haya más de un candidato de la coalición, una débil excusa para bajar a Ojeda del Congreso Latam Renovables. Habrá que informarle que nada es gratis en esta vida, mucho menos lo es despreciar el proceso democrático y subestimar la inteligencia de los uruguayos.
La decisión de Orsi es un síntoma de un miedo más profundo: el miedo a perder en el terreno del debate abierto y la confrontación directa de ideas. En lugar de fomentar un espacio de debate abierto y transparente, el candidato del Frente Amplio opta por restringir la participación y, en consecuencia, la diversidad de opiniones, empobreciendo el debate político y revelando una enorme inseguridad. Negar la posibilidad de expresarse es un acto de censura. Así de claro.
La democracia se nutre de la capacidad de la gente para evaluar las distintas perspectivas. Al impedir que Ojeda participe en el evento, Orsi no solo pretende negar a nuestro candidato la oportunidad de exponer su pensamiento, sino que también priva a los ciudadanos de una visión completa y equilibrada de las opciones políticas. Este tipo de censura paternalista sugiere que el Frente Amplio no confía en la capacidad del pueblo uruguayo para discernir y tomar decisiones informadas.
Quienes de verdad creen en la solidez de sus propuestas no temen el debate, lo buscan y lo fomentan. La censura de Orsi a Ojeda es un acto de miedo que no solo va en contra de los principios democráticos, sino que también subestima a los uruguayos. El miedo no es zonzo, pero la gente tampoco. Será ella quien le recuerde que merece respeto.
Matías Guillama Vidal