La educación y la pobreza

Estudiar es una acción conveniente, necesaria en realidad, para que luego los jóvenes consigan un trabajo digno y que así puedan valerse por sí mismos y progresar en la vida.

De esa forma creo que el aporte valdrá más, pues se logrará que los jóvenes estudien, pero también que trabajen y con ello progresen y, no menor, progrese la sociedad en que vivimos.

Para asegurarnos que los jóvenes lleguen a bachilleres, considerando que vienen de contextos carenciados, difíciles, o muy difíciles, donde falta comida, apoyo y mucho más, se precisan más centros María Espínola. Esto es, liceos y UTU de tiempo completo en barrios pobres de todo el país, con tres comidas, apoyo emocional, cuidado de la salud física y mental, tutorías académicas, deportes, etc., y algo no menor: docentes comprometidos con el centro educativo, que eso es lo que tienen los docentes de los centros María Espínola.

El presupuesto dio para 60. Faltan 76. ¡Vamos por más! Vamos por lo que falta.

Nilo Pérez

CI 3.042.004-2