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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDos frases me vinieron a la cabeza luego de pensar en el tema que seguidamente les voy a relatar: “Sacar las castañas del fuego” y “El que se quema con leche ve la vaca y llora”.
1. A principio de los años 80, luego de que todas la fuerzas políticas del país se congregaran en un acto comprometiéndose a no ir a elecciones con dirigentes políticos proscritos, el Partido Colorado, la Unión Cívica y el Frente Amplio convinieron junto con las Fuerzas Armadas (FF.AA.), reunidos en el Club Naval, iniciar un proceso que llevaría a las elecciones de 1984 donde sí se aceptó que hubiera dirigentes excluidos.
Este fue inmediatamente conocido como “el pacto del Club Naval”, aquí se tejió la estrategia que terminó dando una salida a más de 11 años de dictadura.
El Partido Nacional no participó de ese pacto porque entendía que el gobierno de facto venía debilitándose y que a la larga las elecciones llegarían sin ninguna restricción; justo también es decir que entre los seguros proscritos estaría Wilson Ferreira Aldunate, el candidato y casi seguro presidente en caso de comparecer.
En ese pacto hubo condiciones acordadas entre las FF.AA. y los dirigentes de los partidos participantes que “sobrevolaron” o se mantuvieron “subyacentes” y que nunca fueron explicitadas, según posteriores dichos de muy importantes políticos de esa época.
Luego de muchas “idas y venidas“ el Partido Nacional aceptó ir a las elecciones de 1984 con otra fórmula presidencial y las ganó finalmente el Dr. Julio María Sanguinetti, del Partido Colorado.
Aceptar la participación en estas elecciones convalidó esta salida, que por supuesto fue “renga”, pero salida al fin. El Partido Nacional sacaba así por primera vez, en esta incipiente etapa democrática, las castañas del fuego al país.
2. Tiempo después, ya en democracia, comenzaron a llegar citaciones de la Justicia a militares. El ministro de Defensa, que también fuera un militar que participó del proceso de salida en representación de la FF.AA., se negó a solicitar la comparecencia de sus subalternos.
Esto generó una crisis institucional muy importante en ese momento, que, para hacerla corta, terminó con el Parlamento aprobando la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado.
El Partido Nacional, o gran parte de él, volvió a sacar las castañas del fuego al país.
3. En este gobierno que está terminando, a pesar de la pandemia de los primeros dos años, se impulsó la reforma de la seguridad social tan necesaria a criterio de todos los partidos políticos, incluyendo al Frente Amplio, que había expresado anteriormente y por boca de algunos muy importantes dirigentes como son Mujica y Astori, en declaraciones públicas, la necesidad de aumentar la edad de retiro como única salida posible de financiamiento para el BPS.
Una de las principales causas, no la única, de que la coalición republicana perdiera las elecciones radica, a mi criterio, en haber tenido que defender, ante un Frente Amplio balbuceante y calculador, aumentar los años de trabajo y la imposibilidad de equiparar las jubilaciones más bajas con el salario mínimo.
A cuenta de este costo político se planteó esta reforma; una vez más el gobierno de coalición, encabezado por el Partido Nacional, volvió a sacar las castañas del fuego al país.
Llegando a la actualidad y luego de los últimos acontecimientos vividos a consecuencia de las declaraciones hechas por Lucía Topolansky, en el reciente libro Los indomables, que luego confirmara José Mujica, vuelvo a recordar aquellas historias.
Alguno podrá preguntarse “¿por qué asociar estas historias?”, y mi respuesta es por lo de la segunda frase.
Las declaraciones de la pareja del Rincón del Cerro generaron indignación en las organizaciones de desaparecidos, de derechos humanos, del Frente Amplio, pero también en militares, en Cabildo Abierto, en familiares de militares encarcelados, en quienes votaron dos plebiscitos que fueron ignorados y también en personas aburridas de vivir en el pasado.
El llamado de la Fiscalía a quienes tienen toda la responsabilidad de aclarar esta situación se dilata por la feria judicial, y mientras tanto la sociedad se sigue indignando y reclama. ¿A quién reclama ahora? Pienso que a Pepe y a Lucía, quienes deberán explicar sus dichos, pero también la sociedad cada vez exige más al gobierno, desde muy distintos sectores, gobierno que casualmente está en manos del Partido Nacional.
Me da la impresión de que en Uruguay existen personas y partidos que pueden hacer o decir lo que quieran y nunca son juzgados por sus conductas o acciones y otros, en cambio, deben rendir examen permanentemente. Seguro esto también es consecuencia de esa batalla perdida.
Sé que en esas historias anteriormente relatadas existen muchas de las razones por las que sigo reafirmando mi condición de blanco, pero en este momento quiero que “las castañas del fuego” las saque quien tiene la responsabilidad de hacerlo, solo pretendo que al menos esta vez “la leche de esta vaca, que es de otro corral, no nos queme”.
Jorge Regueira Hirigoyen
CI 1.894.903-0