Apenas se confirmó el traspaso de Petit al Betis, algunos periodistas deportivos comenzaron a analizar una posible citación futura a la selección. El puesto de delantero no tiene hoy demasiadas certezas más allá del de Darwin Núñez, el único con recorrido en Europa: las alternativas a Núñez se dividen en competencias como Brasil, Estados Unidos, México, categorías de ascenso en Europa y el propio torneo uruguayo.
En mayo de 2023, cuando fue presentado como entrenador de la selección de Uruguay, Marcelo Bielsa había advertido de esta dificultad y su correlación en el eventual nivel deportivo de la selección. “Los mejores se van a Europa, los del medio se van a América del Norte y los buenos, pero que no pueden ir a Europa o a América del Norte, van a los países sudamericanos más desarrollados. ¿De quién es la culpa? De nadie, del mercado”, afirmó.
El panorama uruguayo en Europa
Núñez, Ronald Araújo, Rodrigo Bentancur, Santiago Bueno, José María Giménez, Mathías Olivera, Manuel Ugarte y Federico Valverde son los ocho jugadores de la selección uruguaya que tienen una participación frecuente en las tres principales ligas de Europa, jugando más o menos minutos, como titulares o suplentes, o con cambios de equipo en el medio. Mouriño, titular en el Alavés (que terminó 15° entre los 20 equipos en LaLiga de España), ha sido reservado pero nunca convocado por Bielsa a la selección.
Casos excepcionales son Christian Stuani (38 años, Girona de España), Leandro Cabrera (34 años, Espanyol de España), Alfonso Espino (33 años, Rayo Vallecano de España) y Matías Vecino (33 años, Lazio de Italia), que por sus edades y una decisión personal —en el caso de Vecino— no juegan por Uruguay. La situación más llamativa es la del volante Mauro Arambarri (29 años), quien desde hace siete temporadas juega en el Getafe de España, pero no ha estado en el radar de Bielsa.
Luego existe un amplio grupo de futbolistas reservados o convocados que actúan en otras ligas europeas menores o esperan consolidarse en las más fuertes: Agustín Álvarez Martínez (Elche, recién ascendido a la LaLiga de España), Maximiliano Araújo (Sporting Lisboa, Portugal), Franco Israel (Sporting Lisboa, Portugal), Nicolás Marichal (Dínamo Moscú, Rusia), Brian Ocampo (Cádiz, Segunda División de España), Lucas Olaza (Krasnodar, Rusia), Facundo Pellistri (Panathinaikos, Grecia), Martín Satriano (Lens, Francia), Lucas Torreira (Galatasaray, Turquía), Federico Viñas (Real Oviedo, recién ascendido a LaLiga de España) y Rodrigo Zalazar (Sporting Braga, Portugal). Algunos de ellos, en Europa desde hace al menos tres temporadas, ya han evaluado retornar a ligas de Latinoamérica o Estados Unidos.
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Darwin Núñez y Federico Valverde son dos de los pocos futbolistas de la selección que han logrado continuidad en la elite de Europa
Sandro Pereyra/Gamba/adhocFOTOS
El contexto abarca también a los 21 integrantes del equipo de la sub-20 de Uruguay que se consagró campeón del mundo en 2023. La estrella de ese equipo, el delantero Luciano Rodríguez, fue vendido en julio de 2024 de Liverpool de Belvedere a Bahía por 11 millones de dólares, la cifra más costosa en la historia del club brasileño. Un año después, Rodríguez todavía intenta afianzarse en Brasil.
Del total del plantel, seis futbolistas permanecen en el país, cuatro están en Argentina, dos en Brasil, dos en Bélgica, uno en Colombia, uno en México, uno en Catar y uno en los Emiratos Árabes Unidos. Apenas hay dos en España —Santiago Homenchenko y Alan Maturro— y uno en Italia —Facundo González—, pero ninguno de los tres logró regularidad y han tenido pasajes frecuentes por torneos de Segunda División.
En el mismo período, de 2023 a la actualidad, tres jugadores de la selección de Brasil sub-20 de 2023 (eliminada en cuartos de final del campeonato) están en crecimiento en sus trayectorias europeas, como Andrey Santos (Chelsea, Inglaterra), Arthur (Bayer Leverkusen, Alemania) y Savinho (Manchester City, Inglaterra). También el plantel de Argentina 2023 —equipo eliminado en fase de grupos del Mundial— cuenta en Europa con futbolistas en proyección, como Valentín Barco (Racing de Estrasburgo, Francia), Valentín Gómez (Real Betis, España) y Matías Soulé (AS Roma, Italia).
Brasil, al frente de los nuevos mercados
El Liverpool inglés fue campeón de la Premier League 2024-2025, un torneo que ganó de punta a punta, pero en el que tuvo una discreta actuación Darwin Núñez. El delantero uruguayo lleva tres temporadas en el club y nunca logró afianzarse como titular. En el actual período de pases, Liverpool reforzó su ofensiva con fichajes millonarios y se espera que Núñez sea vendido. Aunque recibió ofertas de instituciones de España e Italia, también hay interés desde Arabia Saudita.
“Estamos expectantes. Veremos cuál es la decisión que tome”, dijo Jorge Giordano sobre el futuro de Núñez, consultado sobre la posibilidad de Arabia Saudita y la importancia de que el futbolista llegue en buen nivel al Mundial 2026, que comienza dentro de un año.
Giordano, director de selecciones nacionales de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), habló en el programa La quinta tribuna, de AUF TV, sobre el rol que tiene el cuerpo técnico de Bielsa al momento de asesorar a los futbolistas sobre sus destinos. “Casi siempre los jugadores dan el paso ese de pedir alguna opinión, de qué puede suceder, de qué puede parecer. Ha sucedido”, afirmó.
La inquietud de Bielsa por mantener un plantel competitivo la evidenció uno de sus jugadores predilectos, el delantero Cristian Olivera. De 23 años, Olivera jugaba en Los Angeles F. C., perteneciente a la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos. En febrero, ante rumores de salida a México, Asia e inclusive de un regreso a Uruguay, arribó a Gremio de Porto Alegre, Brasil, por US$ 4,5 millones. “Yo tuve conversaciones con todo el cuerpo técnico de Bielsa y con Bielsa también. Y me dijo que me quería fuera de allá, de la MLS. Le dije que tenía la posibilidad de venir a Gremio y le pregunté qué le parecía a él, si iba a influir en la selección. Me dijo que Gremio era un buen paso y que la liga brasileña era una liga que a él le encantaba por todos los partidos que tiene en el año”, explicó Olivera, contundente, en la conferencia de prensa de presentación en Gremio, cuando le preguntaron por qué había seleccionado ir a Brasil.
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Marcelo Bielsa, entrenador de la selección uruguaya, les ha sugerido a algunos futbolistas que busquen jugar en ligas más competitivas
Daniel Rodríguez/adhocFOTOS
Entrevistado luego en Punto penal, de Canal 10, Olivera añadió que, para Bielsa, la MLS “es una liga que achancha a los jugadores”, en referencia a que no es una competencia que otorgue a los futbolistas el ritmo, la dinámica, la intensidad, el despliegue físico y el rigor mental necesario para jugar en la selección de Uruguay.
Olivera no fue el único que miró hacia Brasil en la ventana de fichajes de verano, a inicios de año. Facundo Torres, otro habitual de la selección, dejó el Orlando City de Estados Unidos para irse a Palmeiras, que pagó US$ 14 millones. Torres, un extremo de 24 años formado en Peñarol, disputó tres temporadas en la MLS; fue figura de su equipo, con goles y asistencias, pero no logró dar el salto a Europa y resolvió partir a una liga más competitiva.
Una situación muy similar vivió Santiago Rodríguez, un mediapunta de 25 años que en 2021 llegó al New York City de la MLS, proveniente de Montevideo City Torque. Rodríguez se transformó en pilar del New York City, pero no logró salir de Estados Unidos y, sin chances en la selección, decidió irse a Botafogo, el actual campeón de la Copa Libertadores, que lo adquirió por US$ 15 millones.
En enero también cambió de club Emiliano Martínez, un apellido firme en las convocatorias de la selección. El Palmeiras lo compró por US$ 7,5 millones al Midtjylland, de la Primera División de Dinamarca. Martínez, un elegante volante central de 25 años, jugó competencias europeas como la UEFA Conference League, pero no atrajo ofertas concretas de potencias de ese continente.
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El delantero Cristian Olivera, un habitual de la selección uruguaya, no logró asentarse en Europa y, tras un paso en Estados Unidos, decidió ir a Brasil para mejorar su nivel
Lucas Uebel/Grêmio FBPA
Representantes y agentes de futbolistas reiteraron en diversas entrevistas que Brasil se convirtió en un mercado clave para los jugadores uruguayos, sobre todo por sus salarios competitivos en dólares, en algunos casos a la par de ciertos equipos europeos. Factores como la menor distancia geográfica, las costumbres similares, una adaptación más sencilla a la liga y requisitos administrativos menos estrictos —como la ausencia de necesidad de pasaportes especiales— facilitan las transferencias. Lo mismo sucede con otros dos mercados en plena expansión para el fútbol uruguayo, como México y Estados Unidos, que aunque requiere de visados de trabajo, es más accesible que Europa.
Además, mientras que en el pasado los representantes mantenían contacto directo con ejecutivos de clubes europeos, hoy para llegar a Europa los agentes deben desenvolverse en una estructura más empresarial y compleja, dominada no solo por los dirigentes sino también por intermediarios, como departamentos de scouting, directores deportivos y compañías especializadas en gestión de fichajes.
El otro límite es que Europa amplió su búsqueda de fichajes: si antes miraba principalmente a Argentina, Brasil y Uruguay, ahora extendió sus redes de captación a toda Sudamérica, además de regiones como Europa del Este, África y Estados Unidos. Clubes medianos y ligas de desarrollo —como la belga, la portuguesa o la danesa— invierten cada vez más en jóvenes africanos de entre 16 y 20 años, fichados por valores bajos desde academias en Costa de Marfil, Ghana y Senegal: de acuerdo al CIES Football Observatory, en 2024 África fue el origen del 26% de los jugadores menores de 21 años transferidos a Europa. A la vez, países como Croacia, Georgia, Serbia y Ucrania se consolidaron como exportadores de talento con pasaporte europeo o acceso rápido a ciudadanía comunitaria.