¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

Jacinta Luna: “La nutrición no se limita al alimento, es el sostén de la vida”

La cocinera uruguaya especializada en alimentación saludable presentó su nuevo libro, un recetario que rinde tributo a su infancia, su madre y lo aprendido en comunidad

Redactora de Galería

Cocinera autodidacta, bailarina, comunicadora, influencer, autora­ y referente en alimentación saludable son algunas de las formas de describir a Jacinta Luna­. Su alegría de vivir y su pasión por la comida casera y saludable son parte del encanto que conquista a la comunidad de más de 800.000 personas que la sigue en redes sociales desde hace más de una década.

Tras su primer libro, Rico para bebés y toda la familia (2017) y Cocina en familia-Natural, integral, de estación (2021), llega Nutrí tu día. Mucho más que desayunos y meriendas saludables, su obra más íntima y larga hasta el momento.

Un recetario, de edición independiente, que combina celebración, un homenaje a su madre —su gran maestra en la cocina naturista y en la vida— y reflexión. Que recorre desde los desayunos comunitarios de su infancia en una comunidad alternativa en Florianópolis hasta su rol actual como comunicadora, tallerista y madre de dos, Juan Gadú y Kima Benjamín, en Villa Argentina, Canelones­. Jacinta, junto con una serie de más de 10 colaboradores invitados, describe el acto de nutrirse como un todo que integra cuerpo, mente, tierra y cultura. Una publicación que habla tanto de qué comer como de la forma de crear un estilo de vida que permita a cada lector llevar una buena vida.

En esta nueva etapa vital, que la encuentra con hijos más grandes, trae una propuesta entretenida, con mucha información y fácil de leer, que invita al lector rioplatense a romper con la lógica del pan con manteca y café con leche, y le ofrece otras formas posibles de nutrir el día y la vida.

MAU_0845.jpg

Entrevista a Jacinta Luna

Hace poco presentaste Nutrí tu día, tu tercer libro. ¿Qué significa para ti?

Cuando decidí hacer este libro, lo primero que pensé fue en que tenía muchas recetas de desayunos y meriendas saludables. Siempre me encantaron esos momentos del día. Desde chica el desayuno tenía un lugar superimportante en casa. Hacíamos un desayuno-almuerzo entre las 10 de la mañana y el mediodía. Toda esa previa de preparar pancitos caseros, chapatis en cocina a leña, untables caseros, café de cebada, granola, yogur... era como un ritual. Venían mucho los vecinos, porque sabían que siempre era una mesa muy abundante.

Distinto a lo que mucha gente vive hoy, que desayuna apurada o sola…

Era un momento de encuentro, como un brunch de fin de semana. Las meriendas también eran importantes, a veces eran una merienda-cena, porque hacíamos tres comidas. Recuerdo volver de la escuela tipo cinco y almorzar. Después, entre las siete y las ocho, venía esa merienda-cena liviana. No era común cenar tarde o pesado. Hoy se está transmitiendo la importancia de no cenar tarde, de no irnos a dormir pesados, que es difícil por lo cultural y los horarios del día a día.

¿Cómo surgió el enfoque del libro?

Los desayunos y meriendas fueron el disparador, empecé por ahí. Pero después me di cuenta de que tenía muy presente el tema de nutrir las masas. Me di cuenta de que el libro tenía que ver con mi recorrido, que podía volcar no solo las recetas, sino el proceso que lleva incluir frutas y vegetales y todo lo que vengo investigando sobre las diferentes harinas, desde las integrales de mi infancia hasta las nuevas harinas sin gluten, de semillas, de frutos secos. A diferencia del libro anterior, que surgió más a partir del nacimiento de mis hijos, este tiene que ver con mi infancia, lo vivido en comunidad, mi vínculo con la tierra, mi historia de vida. Esos 10 años fueron mi escuela de vida, un sentimiento que comparto con otros que vivieron en la comunidad en esa época. Por eso incluí un capítulo más biográfico. Trabajé con Susana Aliano, que es editora y me acompañó en los diferentes capítulos del libro. También con Guillermo Ameixeiras, que hizo un trabajo más periodístico, biográfico. Me ayudó con enganches, me hacía preguntas y yo le iba contando, que a veces es más fácil que escribir.

Sumaste otras voces al libro…

Sí. Algunos ya habían participado en mis libros anteriores, son personas que admiro, me gusta su trabajo y van en la misma línea. Por ejemplo, Valentina Secondo, nutricionista, habla del desayuno, de los ciclos circadianos y de cómo elegir alimentos que nos nutran desde la mañana. Ramón Aguilera, chef funcional, explica sobre grasas buenas y aceite. En los últimos años me vengo interiorizando sobre la ayurveda y en esto de añadir especias, que si bien aportan sabor, también traen algo milenario. Mariana Kupfer, terapeuta ayurveda, se suma con un lindo texto sobre los sabores y cómo se vinculan con cómo nos sentimos. En el tema de nutrir las masas entra Raquel Villegas, una nutricionista amiga que ya participó en otro de mis libros. Ella habla sobre la harina blanca. ¿Nos hace bien, nos hace mal? Nos abrimos a la pregunta sin demonizar. Yo también hablo de las diferentes harinas, por qué incorporarlas, por qué es importante la variedad, cómo nutrir las masas para que un pan, además de saciarnos, sea nutritivo para nuestro cuerpo.

Sentís que la gastronomía hogareña en Uruguay todavía está lejos de esta mirada?

Sí, aunque hay más conciencia, aún estamos muy marcados por lo cultural. El pan flauta, la manteca, el membrillo, la carne... todo eso está muy arraigado. Pero la gente empieza a abrirse. A mis talleres siempre están llegando personas nuevas que recién descubren este mundo, pero también tengo alumnos que me siguen desde hace años y ya lo tienen muy incorporado en su día a día. Lo primero es tomar conciencia de que quizá tengamos un consumo excesivo de harina blanca en el día sin darnos cuenta, y también ultraprocesados, que se cuelan por su facilidad: juguitos, galletas, quesos untables y muchos otros. Hay que tomar conciencia y poder ir sacándolos de a poco y ahí sí, empezar a incluir recetas prácticas con ingredientes simples, como avena, banana, huevo, cosas que están en cualquier almacén y supermercado, que sería el segundo paso. No es tan difícil

MAU_0720.jpg

¿Simplemente hay que abrir la cabeza a usar los ingredientes de otras formas?

También hay que reeducar el paladar, hay que abrirse a nuevas texturas. La harina blanca queda bien en todo y si la mezclás con una grasa y con azúcar queda superpalatable. Visualmente también queda lindo, gana mucho por ahí.

¿Qué opinás sobre los cambios que se están dando en la pastelería?

Me encanta ver pasteleras clásicas experimentando con harinas alternativas o menos azúcar. A mis talleres llegan muchas reposteras que trabajan con recetas clásicas pero están experimentando mucho. El otro día me etiquetó una pastelera en un pancito que yo enseñé, de sartén, que es de harina de garbanzo, psyllium y semillas de chía, y fue maravilloso. El trabajo que hace Irene Delponte, de Santé, por ejemplo, que usa azúcar pero a veces no, y usa ingredientes naturales y la pulpa de la fruta para dar sabor y color a las preparaciones. Hay mucha gente empezando a incluir ingredientes más naturales y reducir la cantidad de azúcar, que es posible. El azúcar no solo endulza, conserva, da textura, da brillo. Yo enseño a endulzar con banana, manzana, dátiles, pasas de uva, pero eso te cambia la textura, el color. Son preparaciones que pueden quedar más húmedas. Hay que amigarse con eso. Cada persona lo va integrando a medida que va pudiendo, a su ritmo y amorosamente, porque no tiene por qué sacar todo de golpe de su alacena. Encontrarse con todo nuevo puede frustrar a la persona que no sabe por dónde empezar. Hay un proceso y cada persona va a encontrar su propio equilibrio.

¿Qué querías transmitir con el concepto de nutrirse en el libro?

La nutrición no se limita al alimento, es el sostén de la vida. Desde el primer alimento, como la leche materna, hasta el aire que respiramos al nacer, todo lo que nos hace bien forma parte de esa nutrición. En el libro comparto lo que a mí me nutre con la intención de que cada persona pueda tomar lo que le sirva para su propia vida. Por eso al final dejé un espacio para que cada lector escriba qué lo nutre. Puede ser algo tan simple como tomar el sol de la mañana, caminar descalzo en el pasto o respirar profundo. También incluí los cuatro pilares de la salud (descanso, movimiento, alimentación y silencio), porque mis búsquedas no pasan solo por la cocina y la alimentación, sino por el bienestar en un sentido amplio.

MAU_0879.jpg

Tenés planes de traducir el libro o editarlo fuera de Uruguay?

Está pendiente la traducción al portugués, pero no me da la vida. Lo que sí logré fue editar mi segundo libro en Argentina con Editorial Ateneo, y me gustaría que este último también salga allá. La mitad de mi comunidad es de Argentina, culturalmente estamos muy cerca. Si bien miro para Brasil, Argentina está ahí, es fuerte y cercana.

¿Cómo es tu rutina laboral?

Depende del momento del año. Ahora estoy en plena etapa de cursos en línea. Hay una fase previa de grabación de contenido, como reels, que trabajo con un equipo que fui formando desde 2019. Mi socia Lluvia, que vive en Brasil, se encarga de la estrategia y el marketing­ digital. Gracias a este equipo, las redes crecieron muchísimo. En el día a día, uso Instagram como canal de difusión­. Me gusta compartir mi rutina matinal, alguna meditación, ejercicio o desayuno, como forma de inspiración a quien pueda estar buscando incorporar hábitos saludables en su día a día.

¿Cómo articulás lo familiar con lo laboral?

Este fue un año de muchos cambios. Nos separamos con el papá de mis hijos y me mudé, así que los niños están mitad de semana conmigo y mitad con su padre, y después un fin de semana con cada uno. Eso implicó reorganizar todo. Antes vivíamos muy cerca de la escuela, ahora no tanto. Gadú empezó el liceo, Kima sigue en la misma escuela. Las rutinas cambiaron. Hacemos algunos pequeños rituales para el despertar, porque a veces es difícil despertar a un adolescente. Compartimos un jugo de naranja; me pregunta si ya le hice el jugo de naranja. El hermano menor en lugar de seguir durmiendo se suma. Compartimos ese petit desayuno, que si bien es más corto, siempre tiene esto de algo casero, o que quedó del día anterior, o que preparé en el momento, con el juguito de naranja, y así arrancamos el día.

¿Tenés ahora más espacio personal?

Sí. Es un proceso que ya venía viviendo desde antes, a medida que los niños fueron creciendo empecé a reencontrarme conmigo misma. Después de años tan dedicados al nido familiar, empecé a preguntarme qué quiero, qué necesito, cómo me cuido. El descanso, el ejercicio, la alimentación... sigo aprendiendo todo el tiempo. Estos espacios de autoconocimiento siempre estuvieron en mi vida de diferentes formas y siempre voy encontrando cosas nuevas.

MAU_0821.jpg

¿Te considerás una activista nutricional?

Siempre digo en broma que le tiraría una bomba a los ultraprocesados, porque siento que sin ellos seríamos más felices. Pero claro, están ahí, existen, y convivimos con eso. De chica viví en una comunidad alternativa, con huerta y alimentos naturales. Pero iba a la escuela, convivía con otras realidades y estaba el almacén. Cada tanto bajábamos todos al pueblo a comer galletitas y a tomar un refresco sin culpa. Entiendo que hay un equilibrio, no soy extremista. Me gusta acompañar a mis hijos y a mis alumnos desde ese lugar: sin culpas, sin imposiciones pero con conciencia.

¿Te preocupan también otros impactos, como el ambiental?

Sí, absolutamente, es un todo. Cuando pienso en no consumir ultraprocesados, es también para reducir el impacto ambiental. No es solo por mí, sino por el planeta. Creo que hay un equilibrio, porque creo que somos humanos y que eso está ahí. O sea, no tengo en mi día a día un 0% de consumo. Hay cosas que no he podido sacar. Hoy en día hay muchos trastornos alimentarios por la culpa, el no se puede y eso hace mal. Creo que la clave está en no obsesionarse ni caer en extremos. En estos días me ha pasado de encontrarme a varias personas que eran veganas y dejaron de serlo, pasaron de un extremo al otro, a consumir mucha proteína animal en su día a día porque por ahí ahora está de moda, o quieren amigarse con sus ganas. Pero no solo la proteína animal, sino los ultraprocesados que vuelven a consumir. Por eso tampoco creo que los extremos sean buenos, es como lo que te dicen sobre las dietas muy estrictas.
Es cierto que hay personas que logran salirse 100%, también de los fármacos, de todo lo que es industrializado. Pero son las menos. Son, tal vez, las que se van a vivir al medio del campo, no tienen contacto con la civilización y ya encontraron ese camino. Pero viviendo donde vivimos y si tenemos hijos que interactúan con otros niños, con otras realidades, creo que ahí está esa importancia de acompañarlos en ese proceso. Así como a mí no me lo negaron ni me lo prohibieron, también es lo que yo tomé para acompañar el proceso de mis hijos, con amor y equilibrio.

¿Qué pensás sobre los ultraprocesados que se presentan como “saludables”?

La industria sabe qué palabras activar: natural, calcio, vitaminas, cereales. Pero los ingredientes que te prometen son los últimos de la lista. Recuerdo un cartel gigante que decía “sopa caserísima” y era una sopa de sobre. Puede tener vegetales deshidratados, pero también tiene resaltadores de sabor, exceso de sal, glutamato monosódico y aditivos para que te guste y quieras consumirlo más. Es una publicidad engañosa, fríamente calculada para que lo consumas.

¿Y el etiquetado frontal te parece útil?

Sí, creo que cualquier herramienta que ayude a tomar conciencia es positiva. En las escuelas, muchas maestras usan los etiquetados para enseñar. Una vez fui a control médico con Gadú y vio una frutilla en una propaganda de un Perifar infantil. La enfermera le dijo que era porque era de frutilla y él le contestó que no era de frutilla, que tenía sabor a frutilla. Es importante que supiera la diferencia, si sabemos que algo tiene exceso de sal, de azúcar o de grasas trans, lo consumimos de otra forma, a sabiendas o lo reducimos.

En 2024 recibiste un premio en los Influencers­ Awards en la categoría Foodies-gastronomía, y este año recibió el premio Mujer del año en el rubro Influencers-creadora de contenido; además, tenés una comunidad de más 807.0000 seguidores. ¿Cómo es tu experiencia como influencer de alimentación saludable?

No es fácil. Algunas marcas quieren asociarse y no todas van con mi mensaje. Por suerte, mis cursos en línea y los libros son mis pilares más fuertes de trabajo. El trabajo editorial no es fácil, pero gracias a mi comunidad en redes logré vender casi 10.000 libros, lo cual en Uruguay es muchísimo. Con las marcas, he dicho muchas veces que no, aunque duela económicamente y porque me gusta generar contenido. Pero también logré algunas alianzas lindas con marcas más afines a lo que promuevo.

MAU_0742.jpg

¿Te gustaría volver a la televisión o explorar otros formatos?

Sí, la tele me encanta. Disfruté mucho cuando estuve en Buen día Uruguay o en La mañana en casa. También hice un ciclo en TV Ciudad que se llamó Frutas planetas, de cocina para niños. Todo lo que es comunicación me gusta y me atrevería a hacer diferentes cosas: radio, streaming, podcast. Ya participé en varios y me encanta. Hasta tengo un nombre pensado para un programa de tele. Estoy abierta a posibilidades.

¿Cómo manejás el uso de pantallas de tus hijos?

Intenté postergar lo más posible su uso, trato de no caer en el facilismo de dar pantalla a la primera pedida. A Gadú le dimos celular recién en sexto de escuela, con un acompañamiento desde la escuela. No pude evitar del todo las pantallas, pero siempre traté de reducirlas. No quise irme al extremo de eliminar todo. Vivimos en sociedad y el desarrollo que hay a través de la tecnología también trae cosas buenas. Con Kima (7), cuando propongo otras alternativas para hacer él se copa.

¿Te gustaría seguir viviendo en Uruguay?

Brasil me tira mucho, sobre todo por el clima, y mi hijo grande últimamente me pide mucho para ir a Brasil. Tengo a mi papá y hermanos en Brasil y también tengo hermanos y sobrinas en Buenos Aires. Pero mi trabajo se abrió acá, y es mucho lo que construí. Aunque podría trabajar digitalmente desde cualquier lugar, hay algo muy lindo en los vínculos que tengo acá. Maldonado me llama bastante, está cerca, tiene un poco más de mar abierto, quizá sea un próximo paso

broinas (1).jpeg

Receta de broiñas

(sin gluten, sin lácteos)

Ingredientes

2 tazas de fécula de mandioca (y un poco más para la mesada)

1 cdta. de canela

1 cdta. de jengibre en polvo o cardamomo

1/2 taza de azúcar rubia

1/2 cdta. de sal

1/2 taza de aceite de girasol (coco, ghee o manteca)

1 huevo (se puede reemplazar por 1 huevo de chía: 1 cda. de chía + 1/4 taza de agua, dejar reposar 10 minutos)

Variantes:

1/4 taza de chips chocolate

1/4 taza de cacao

Ralladura y jugo de 1 limón

broinas.jpeg
Kima y Gadú, hijos de Jacinta Luna, prueban las Broiñas.

Kima y Gadú, hijos de Jacinta Luna, prueban las Broiñas.

Preparación

Precalentamos el horno a 180ºC.

En un bol batimos el huevo o ponemos el huevo de chía. Agregamos el azúcar y la sal, batimos hasta formar una crema. Agregamos el aceite y batimos.

Agregamos la fécula y las especias y unimos la masa con cuchara. También podemos dividir la masa y a una mitad ponerle cacao. Luego unimos un poco las dos masas para que queden marmoladas.

Amasamos hasta que se forme masa homogénea (queda algo pegajosa).

La estiramos y con moldes hacemos formitas o tomamos porciones y formamos bolitas y achatamos, si queremos marcamos con un tenedor. Y ahí, la imaginación de los niños aparece para hacer formitas y hasta letras y números. También pueden ser tapitas de alfajor para después rellenar.

Colocamos en asadera forrada o aceitada y horneamos por 20 minutos a 180°C, hasta que queden levemente doradas.

Pique: Las podemos preparar juntos para ponerlas en bolsitas y que sean las sorpresitas de cumpleaños.

Receta de granola

MAU_0718.jpg

Ingredientes

5 tazas de avena arrollada

1 taza de semillas de girasol

1/2 taza de semillas de calabaza

1 taza de chips de coco o coco rallado

1/2 taza de almendras picadas

1/2 taza de avellanas, castañas, nueces picadas

1 taza de maní pelado

3 cdas. de melaza o azúcar mascavo

¼ cdta. de sal

½ taza de aceite de oliva o coco (me gusta variar)

3 cdas. de miel

1 taza de pasas de uva

Opcionales: copos de arroz, mijo, trigo sarraceno (también se ponen al final)

granola.JPG

Preparación

Precalentamos el horno a 180ºC.

Forramos una asadera alta (mínimo 2 cm de altura) con papel manteca, esto va a hacer que la granola no se pegue, pero si no tienen no le ponen.

Ponemos todos los ingredientes en la asadera, menos las pasas y la miel, entreveramos todo con una cuchara y llevamos al horno por 30 minutos aprox. Vamos entreverando cada 10 minutos para que se cocine y dore parejo.

Sacamos del horno y agregamos la miel, que la ponemos al final para conservarla cruda, y las pasas para que no se inflen y quemen, y volvemos a entreverar bien. Van a ver que está húmeda, pero cuando enfría endurece y la separamos con las manos y podemos dejar algunos montoncitos pegajosos.

La guardamos en un frasco grande de vidrio hermético y dura un montón.

Pique: Me gusta a veces ponerle canela o cacao para variar los sabores. Podemos endulzar con miel de dátiles o pasas. Tengamos en cuenta que puede quedar más húmeda, pero muy rica.

Receta de yogur casero

yogur.jpeg

Ingredientes

1 litro de leche entera

1/2 taza de yogur natural (como cultivo inicial)

2 cdas. de leche en polvo (opcional)

Preparación

Hervimos la leche en una olla y dejamos que se enfríe hasta que alcance una temperatura de 45°C. La temperatura es importante, pues si esta muy caliente puede quemar el cultivo inicial y el yogur no se hace.

Agregamos el yogur natural y mezclamos bien.

Podemos dejarlo en la propia olla o pasarlo a un termo o frascos de vidrio. La idea es que quede en un lugar cubierto y calentito para mantener la temperatura, pues eso ayuda a que el yogur se haga.

Dejamos reposar la mezcla durante al menos 6 horas, o hasta que el yogur haya espesado y adquirido su sabor característico.

Una vez que el yogur esté listo, lo llevamos a la heladera para detener la fermentación y tenerlo fresco.

Pique: Podemos servir el yogur casero tal cual o agregarle frutas, miel, granola. Lo podemos licuar con fruta para que quede bebible y también preparar helados palito. Podemos usar nuestro yogur también como ingrediente para diferentes preparaciones dulces y saladas.

Tapa Libro Nutri tu Dia de Jacinta Luna
Nutrí tu día. Mucho más que desayunos y meriendas saludables, de Jacinta Luna; 228 páginas, 1.710 pesos

Nutrí tu día. Mucho más que desayunos y meriendas saludables, de Jacinta Luna; 228 páginas, 1.710 pesos