Lo colectivo
El rostro de Cancela aparece cubierto por un traje. Cae nieve. Arriba, en un rincón de la imagen, dice “El eternauta”, y en la parte inferior se lee “el héroe es colectivo” y “más cogobierno: Cancela rector”. El afiche, que gira desde esta semana en el ambiente universitario por WhatsApp, es una señal de que la campaña ha comenzado. Sin embargo, el protagonista respondió a Búsqueda que no participó de su diseño y que no vio la serie, aunque conoce el cómic. De todas maneras, admitió que el póster “encaja bastante” con la plataforma programática sobre la que se impulsa su candidatura, que se titula “Por una universidad participativa y comprometida con el país”.
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Afiche difundido por WhatsApp
Cancela, de 57 años, destacó que el programa se elaboró de forma colectiva. “Podemos seguir mejorando la universidad, como se ha venido haciendo, y estar cada vez con el oído más puesto en las necesidades del país, para ser más efectiva”, explicó.
Su plataforma se distingue de las otras tres elaboradas en los últimos meses (la de EUR y las de grupos que impulsan a Randall y Miranda) en que no propone una reforma de la Ley Orgánica de Udelar, aprobada en 1958. “Se puede aumentar la participación democrática dentro de la universidad en forma rápida aun sin necesidad de hacer cambios en la Ley Orgánica”, dijo el académico, y agregó que “cualquier cambio en la Ley Orgánica va a requerir una discusión más profunda en la Udelar y también profunda a nivel parlamentario”. Cancela remarcó que la elección definirá a quien ocupe el rectorado por “menos de un año y medio”, hasta octubre de 2026, y estimó que en ese lapso “no habrá un cambio de la Ley Orgánica”. En cambio, acotó, la Udelar podría, por ejemplo, darles voto a los centros universitarios regionales (Cenures: el del Litoral Norte, el del Noreste y el del Este) en las llamadas Áreas, donde hoy tienen voz pero no voto.
El doctor en Informática (título otorgado por una universidad de Francia) fue decano de Ingeniería entre 2010 y 2015, por lo que integró el CDC durante ese lustro y participó en el órgano de conducción de la universidad. Luego, entre 2019 y 2023, presidió ADUR. Esta experiencia sindical le permitió “estar en contacto y conocer con bastante detalle no solo las reivindicaciones docentes, sino de todos los órdenes y los gremios”. Recordó, además, que “el trabajo de ADUR se hizo de forma colectiva con los compañeros de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), con representantes de egresados en el CDC y con otros gremios de trabajadores de la universidad, tanto la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República (Affur) como la Unión de Trabajadores del Hospital de Clínicas (UTHC)”.
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Héctor Cancela en 2022, en conferencia de prensa durante el inicio de la huelga de la Udelar en Facultad de Medicina en Montevideo.
Javier Calvelo / AdhocFotos
Reforma orgánica
Miranda tiene 57 años, es licenciado en Educación por la Facultad de Humanidades, se doctoró en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona en el área de educación artística, y desde 1999 es docente de la Escuela Nacional de Bellas Artes, instituto que dirigió desde 2016 y que en 2022 se transformó en facultad. Ese año fue electo su decano.
Como director de la Escuela Nacional y luego como decano, integra el CDC y además condujo la creación de esa facultad durante el rectorado de Arim, con cuya gestión siente “una gran afinidad”.
Para Miranda, es “clave” la reforma de la Ley Orgánica para cambiar la gobernanza de la universidad. El decano argumentó que “la ley tiene casi 70 años, fue pensada para otra universidad, de otro tamaño, en otro país, con otra cantidad de estudiantes y docentes, donde no había otras universidades públicas”. La modificación que busca discutir les daría voto en el CDC a aquellas facultades que no lo tienen (como Artes, Psicología, Ciencias, Ciencias Sociales y Enfermería) y también a los centros regionales universitarios.
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Fernando Miranda, decano de Facultad de Artes
Mauricio Zina / AdhocFotos
En ese marco, propuso corregir la ciudadanía universitaria, porque mientras algunos que deberían tenerla no la tienen, otros tienen “doble o triple ciudadanía” en la Udelar. “El presidente de la Comisión Coordinadora del Interior es grado 5 de la universidad y no vota como docente porque su cargo está en una sede del interior, por lo tanto, vota como egresado de la facultad de la que es graduado; y en mi caso voto en dos facultades, como egresado de Humanidades y como docente de Artes, por lo tanto, tengo una doble ciudadanía”, ejemplificó, y agregó que un egresado de Medicina que fuera docente en Ciencias y en Enfermería votaría en tres lugares. Para Miranda, “eso no tiene sentido”, porque hay gente que por haber obtenido su título en el exterior, y tras una carrera universitaria en estructuras sin representación en la AGC o en el CDC, se ha jubilado como grado 5 y nunca ha votado.
Además, planteó la necesidad de implementar “un cogobierno de cercanía”, puesto que existen consejos en las facultades y en el CDC pero no instancias intermedias. “Hoy hay Áreas Académicas donde funciona el cogobierno, con participación y reflejos de autonomía”, explicó. Estos son espacios de “coordinación y colaboración”, pero no dictan actos administrativos, como piensa Miranda que podrían hacerlo, para agregar así “estamentos de cogobierno más próximos a las definiciones de los servicios”.
La Udelar tiene tres Áreas Académicas: Tecnologías y Ciencias de la Naturaleza y el Hábitat (Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, de Agronomía, de Veterinaria, de Ingeniería, de Ciencias y de Química), Ciencias de la Salud (Facultad de Medicina, de Enfermería, de Psicología, de Odontología, de Nutrición y el Instituto de Educación Física) y Social y Artística (Facultad de Ciencias Sociales, de Derecho, de Humanidades y Ciencias de la Educación, y de Artes). Cada área cuenta con una mesa en la que participan los decanos y delegados de los órdenes.
Por otra parte, el colectivo que impulsa su candidatura propone “la construcción y el desarrollo de un programa de diplomacia científica”.
“Voz fuerte”
Randall, de 64 años, se doctoró en Francia en Informática Aplicada. A su entender, en el próximo año y medio la universidad debería avanzar en cuatro discusiones; una de ellas es la reforma de la Ley Orgánica, para la que se creó una comisión de la AGC.
De todas maneras, su foco está en otros debates pendientes. La segunda discusión, que Randall califica como “fundamental”, refiere al rumbo de la universidad hacia el año 2050, para lo que pretende lograr “un dibujo compartido de un futuro posible”, que hoy no existe. “Hoy estamos trabajando sobre las grandes orientaciones que se acordaron en 2007 a raíz de la elección de (Rodrigo) Arocena (como rector), muchas de las cuales ya están cumplidas, como la descentralización o el cambio de la ordenanza de grado, aunque algunas no se han podido cumplir, como el cambio de la Ley Orgánica. Pero hoy necesitamos una nueva agenda y nos está faltando una discusión política y participativa”, subrayó quien fuera prorrector de Investigación durante el rectorado de Arocena y presidente de la Comisión Coordinadora del Interior de Udelar.
Actualmente en la Udelar hay unos 160.000 estudiantes matriculados y este año hubo 21.604 ingresos nuevos. Randall se preguntó “cómo se va a posicionar la universidad” dentro de 25 años cuando tenga 250.000 o 300.000 universitarios, cuando probablemente haya una universidad de la educación, además de la Universidad Tecnológica (Utec), por lo que se conformará “un sistema de educación pública superior” que requerirá “articulación”. Por ello, reclamó “acordar una mirada estratégica” sobre la que se sustentarían las modificaciones necesarias.
En tercer lugar, el secretario de Asuntos Universitarios de ADUR dijo a Búsqueda que en la Udelar deben definir “cómo se evalúa la función docente”, porque “hay cierto consenso” de que en este tema hay “grandes problemas, en particular en cómo se evalúa la enseñanza, la extensión y la investigación”, una discusión “que trasciende al Uruguay”, porque “el mundo entero lo está discutiendo”. Randall, cuya candidatura impulsan egresados de Facultad de Ciencias, aspira a definir “criterios comunes, acuerdos políticos, que permitan que cualquier docente, según su grado y categoría horaria, sepa qué se espera de él o ella”.
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Gregory Randall en 2019, durante actividad de Udelar
Santiago Mazzarovich / AdhocFotos
En cuarto lugar, propuso redactar “un código de conducta que diga qué está permitido y qué no con claridad”, lo que se convertiría en “una garantía para quienes eventualmente sean acosados o acusados de acoso”. Destacó en ese sentido que hoy hay “declaraciones generales” y que el CDC ya resolvió avanzar en el camino de una mayor definición de los conceptos. Para el candidato, ese código también debería atender “los temas de poder académico, de extractivismo”, como estipular la autoría de un paper. “¿Están los autores o también el jefe solo porque es jefe?”, se preguntó, y aseguró que “los criterios de evaluación y el código de conducta definen la universidad que tendremos en cinco o 10 años”.
El candidato consideró que la Udelar tendrá que tener “una voz fuerte en el país”. Randall concurrió al CDC para impulsar y defender una declaración de la universidad en contra del establecimiento de una Oficina de Innovación y Emprendedurismo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación de Uruguay (ANII) en Jerusalén, Israel, en colaboración con la Universidad Hebrea de Jerusalén (HUJI). “El tema de ANII es demasiado gordo para que en este país no haya una reacción de decencia. Estamos hablando del asesinato de miles de niños; tan sencillo como eso. Y me parece que los niños palestinos y los israelíes valen exactamente lo mismo; ni más ni menos”, expresó. Si bien no se refiere solo a este tipo de declaraciones, su rol en esta discusión fue preponderante. “Hay grandes temas nacionales en que la institución debe opinar, como, por ejemplo, cómo se debe constituir el sistema nacional de investigación, de educación pública o de seguridad social”, mencionó.
Colectivos impulsaron su candidatura a rector en 2014, pero no cumplía entonces con un requisito, tener un título universitario expedido por la Udelar, por lo que no pudieron postularlo. Luego, en 2021, se graduó en Sociología en la Facultad de Ciencias Sociales, razón por la que hoy está habilitado.
“Hay un proceso en el mundo de avance de la extrema derecha, de avance del oscurantismo y el pensamiento anticientífico. Es un fenómeno global, está llegando a Uruguay, porque no somos una isla, y la Udelar tiene una responsabilidad en combatir eso”, dijo, y enumeró una serie de “antídotos”, como “la democratización del conocimiento, la ampliación del acceso y la generalización de la enseñanza superior”. En esa línea, remarcó que el ascenso del trumpismo y los terraplanistas han llevado a que Estados Unidos, que ha sido vanguardia de la investigación científica, recorte el presupuesto para este fin, lo que presentó como “el resultado de decenas de años de destrucción sistemática del sistema público de educación” en ese país “en todos los niveles” y al cual “han contribuido el Partido Demócrata y el Republicano”.