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Cooperativas de recicladores ven con preocupación expansión de empresas de recuperación de residuos
Entienden que las organizaciones, en general con fines sociales, no pueden competir con la infraestructura que ofrecen los servicios privados, que además exportan gran parte del material y afectan la cadena de valor de Uruguay
Materiales para reciclaje
FOTO
Pablo Vignali / adhocFOTOS
Uruguay produce entre 360.000 y 400.000 toneladas al año de residuos de cartón y plástico que podrían ser reciclados, de los cuales hoy se recupera menos de la mitad. Es así que cada vez surgen más empresas enfocadas en aumentar el porcentaje de reciclaje en el país y vinculadas a la recolección, el tratamiento y la valorización de los materiales que son desechados. Sin embargo, la expansión de este tipo de iniciativas ha comenzado a afectar el trabajo de las pequeñas cooperativas de recicladores, quienes no logran competir en infraestructura y recursos con los servicios privados.
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Tal es el caso de la empresa TD Recicladora, filial de una compañía brasileña, especializada en la recuperación de cartón, papel y plásticos; la firma, que desembarcó hace unos dos años en Maldonado, ya comenzó a operar además en Rivera, San José, Cerro Largo, Montevideo, Rocha y Treinta y Tres y se encuentra en negociaciones para instalarse también en Flores. Además de expandirse hacia diferentes partes del país, TD es uno de los mayores exportadores de residuos hacia Brasil, donde los materiales, sobre todo el plástico, se comercializan a mejor precio que en el mercado local.
No obstante, los insumos son finitos, por lo que el desarrollo de este tipo de empresas impacta en el trabajo de organizaciones, por lo general con fines sociales, que buscan recuperar y vender residuos en Uruguay, señalaron a Búsqueda fuentes del sector. Esas organizaciones operan de dos maneras: les compran a las cooperativas el material que ellas clasifican para poder exportarlo o venderlo o directamente recolectan, clasifican y seleccionan el material para exportar y el que pueden vender a empresas que trabajan en Uruguay, como Ecopet, salteándose en este caso a la cooperativa intermediaria.
“Esa clasificación primaria generalmente la hacen las cooperativas, pero TD hace las dos cosas y en el medio no solo compite con estas organizaciones, sino también con otras industrias uruguayas que utilizan los materiales dentro de Uruguay, por ejemplo, con la recuperación del plástico”, criticó uno de los informantes. De esta forma, se afecta a toda la cadena de valor a escala nacional al exportarse insumos que podrían ser procesados por empresas nacionales, agregó.
En esa línea, según datos a los que accedió Búsqueda, solo en 2023 la empresa exportó casi 9,5 millones de kilos de papel y cartón corrugado para reciclar, 44.000 kilos de recortes de polímeros de etileno, 72.500 kilos de papel y cartón obtenido de pasta química y 20.300 kilos de plásticos.
Otro de los puntos problemáticos de la convivencia con este tipo de empresas es que el Plan Vale (una plan nacional impulsado por la Cámara de Industrias para recuperar y valorizar materiales de envasado posconsumo) prevé exigir un mínimo de recolección por parte de las cooperativas para acceder a diferentes beneficios como equipamiento y capacitaciones. Sin embargo, si los residuos se exportan y además las cooperativas deben competir con las empresas privadas por el mercado, corren el riesgo de no alcanzar los mínimos establecidos.
“Las cooperativas no tienen cómo hacer frente a una empresa con capitales y recursos. Y generalmente son personas en situación de vulnerabilidad que, si se quedan sin trabajo, es muy difícil que se reinserten en otro tipo de tarea”, señaló otro informante del sector.
Una de las cooperativas afectadas es Crer, que funciona en Maldonado y que le vende todo lo recolectado a TD. Según supo Búsqueda, cuando inició el trabajo en 2022 la empresa les pagaba a los clasificadores $ 6 por quilo de cartón, cifra que hoy se redujo a $ 3 y se encuentra por debajo de lo ofrecido por las demás industrias a escala nacional. Y es que si bien la cooperativa no está obligada a venderle el material a la empresa, ese tipo de organizaciones “son muy vulnerables” en lo que refiere a gestión, “además de que la informalidad que rodea a todo el sector hace difícil acceder a la información adecuada”, indicó un informante.
Falta de normativa
En la actualidad, no hay una normativa departamental que obligue a los comercios a gestionar sus residuos de forma adecuada. Solo Montevideo y Canelones exigen la puesta en marcha de un plan de gestión de residuos que implica contratar a una empresa o cooperativa habilitada por la intendencia departamental.
En el interior uruguayo, en tanto, no hay normativa que regule ni ampare el trabajo de las cooperativas en determinado sector, por lo que en general son los privados los que logran realizar convenios con los grandes generadores, como supermercados y grandes industrias.
Mayra Bargas, coordinadora de la cooperativa Crer de Maldonado, dijo a Búsqueda que hoy TD es su “competencia y su comprador”, pero ahora buscan expandirse para que la empresa no se los “coma”. Y es que, según dijo la clasificadora, si bien cuando comenzó TD mejoró la situación de la cooperativa, igual fueron perdiendo lugares al no poder ofrecer la misma disponibilidad de horarios ni el volumen de procesamiento e infraestructura de transporte que podía brindar la empresa. “La intención de (Gabriel) Trombini —director de TD— es agarrar todo el país, nos afecta porque ha abarcado cada vez más mercado y no tenemos cómo competir. Nosotros recuperamos unas 30 toneladas por mes”, dijo Bargas.
Opinó además que, en caso de operar en Flores, TD podría quedarse con todos los grandes generadores, al poder ofrecer más horarios y beneficios.
Consultado por Búsqueda, Trombini dijo estar sorprendido por la visión de la cooperativa y aseguró que su empresa “no compite con ella”. Respecto al precio, aseguró que se redujo debido a que “bajó el precio de los reciclables en el mundo”.
“Por ejemplo, el cartón en 2022 se vendía en Brasil a US$ 450 la tonelada y hoy sale US$ 150. Crer no tiene obligación de venderme a mí, no hay ningún contrato que los obligue. Nos venden porque tenemos el mejor precio para ellos”, aclaró.
En cuanto a las críticas vinculadas a la exportación de residuos, Trombini señaló que la pérdida de valor en la cadena nacional “es un punto importante”, razón por la que en el plan de negocios de la empresa prevén “verticalizar y poder procesar el material en Uruguay”. Sin embargo, explicó que eso lleva tiempo y una inversión muy grande, ya que “no hay industrias en el país que consuman el material que TD exporta”.
“Lo que exportamos es porque no lo podemos procesar en Uruguay; la cadena de cartón corrugado genera en Uruguay 15.000 toneladas mensuales, de las que se recuperan solo 5.000. Y hay solo una industria, Palmer, que puede procesar 3.500 toneladas. ¿Qué hacemos con las demás? Nuestra propuesta es aprovechar la diferencia, generar más en el interior y poder exportar, porque en el sur de Brasil se recupera 80% del cartón, mientras acá se recupera solo 33%”, indicó el empresario; según dijo, su idea es poder trabajar en Uruguay aumentando los porcentajes de recuperación de materiales que hoy se pierden. “La valorización se puede generar en Uruguay pero solo si hay industrias para eso”, opinó.
Desde 2021, las empresas necesitan obtener previo a la exportación de residuos plásticos el consentimiento del país que recibirá el material, con el fin de asegurar que los movimientos transfronterizos tengan un destino real para el reciclado u otras formas de valorización. Es así que el límite lo establece la empresa en su solicitud y la autorización se otorga en función de cada trámite, informó a Búsqueda el Ministerio de Ambiente. En ese sentido, TD renovó la solicitud de exportación de algunos tipos de plásticos que, según Trombini, “no pueden ser reciclados en Uruguay y que de otra forma terminarían en los vertederos”.
De esta forma, la empresa comenzó a instalar molinos y equipamiento para procesar y exportar en el futuro nuevos tipos de plásticos como poliestireno, polipropileno y policarbonato.