• Cotizaciones
    domingo 20 de abril de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    "Las finanzas personales garantizan la calidad de vida, el desafío es planificar", sostiene Santiago Mercant

    El vicerrector administrativo de la UCU y profesor de UCU Business School, Santiago Mercant, analiza la importancia de la educación financiera, el impacto de la demografía en la economía y los desafíos de gestionar el dinero de forma adecuada

    En un contexto donde la longevidad aumenta y los sistemas de previsión social enfrentan desafíos estructurales, la educación financiera se vuelve un pilar fundamental para garantizar el bienestar a lo largo de la vida. Sin embargo, hoy “las finanzas personales no están siendo abordadas lo suficiente en ningún ámbito”, afirma Santiago Mercant, vicerrector administrativo de la Universidad Católica del Uruguay (UCU) desde 2018 y profesor de la UCU Business School. Es así que, con esta premisa, la institución impulsa iniciativas educativas para brindar herramientas que permitan tomar decisiones financieras informadas y sostenibles en el tiempo.

    Mercant reflexiona, además, sobre la importancia de planificar a largo plazo, la necesidad de democratizar el acceso al conocimiento financiero y el impacto de la demografía en los sistemas económicos. También subraya cómo el dinero electrónico y el crédito han cambiado la relación con el consumo: “Hoy el fin de mes pasa de largo, no hay un límite claro”. Frente a estos desafíos, destaca que comprender el “flujo de fondos de la vida” es esencial para administrar los ingresos, ahorrar de forma efectiva e invertir con criterio.

    —¿Por qué considera que las finanzas personales son tan relevantes en la actualidad, tanto para los individuos como para las empresas?

    —Las finanzas personales no están siendo abordadas lo suficiente en ningún ámbito y ahí somos todos responsables; son relevantes porque garantizan la calidad de vida a lo largo de la vida de las personas. Una persona, en vez de pensar mes a mes, piensa en ciclo de vida. Sabemos que tenemos una etapa más formativa, otra más de trabajo y de acumulación y otra de retiro, y que tenés que llegar a ese estadio con algún grado de ahorros porque los sistemas podrían no funcionar a pleno. Siempre se discute si los sistemas están bien o mal, pero hay un tema estructural, que es la demografía. En Uruguay, como en muchos países del mundo, nace cada vez menos gente, por tanto, los sistemas de solidaridad intergeneracional no van a funcionar de forma efectiva. Entonces, la importancia de las finanzas personales es para cuidar la calidad de vida de aquellas personas que estén en condiciones de hacerlo, porque hay otra cantidad por las que el Estado sí va a tener que velar.

    —¿Cuáles son los factores que han hecho aumentar la importancia de gestionar las finanzas personales de manera adecuada?

    —Por los avances en tecnología, la medicina nos regaló 20 años más de vida, y si bien el mundo financiero evolucionó lo suficiente, eso todavía no se democratizó para llegar al último de la fila. Por tanto, nos regalaron 20 años, pero somos pobres, las finanzas no acompañan la democratización y el acceso.

    El otro punto es la demografía; la cuenta en España muestra que en 1950 por cada español retirado había nueve aportantes. En el 2050 habrá un aportante y medio. Y en 2100 va a ser uno a uno. No funciona la cuenta. La demografía es un dato estructural y los actores del sistema financiero o las universidades o las escuelas o el Estado no han logrado democratizar que las finanzas sean para todos.

    —¿Hoy no existe suficiente educación financiera accesible para todos, tanto en la educación formal como en la informal?

    —No es suficiente, queda mucho por hacer. Hay esfuerzos de la educación, del Banco Central, de algunos bancos; la UCU por ejemplo, tiene unos talleres para bachilleres en acuerdo con uno de estos actores del sistema financiero, pero no es suficiente. Y lo peor es que es cada vez más importante, porque antes teníamos el concepto de fin de mes. Hoy ni siquiera existe el fin de mes. Porque con el dinero electrónico, con el crédito, con la tarjeta, todos los días estás gastando sin tener mucha conciencia. Hoy el fin de mes pasa de largo, no hay un límite claro.

    —¿Cómo pueden los conocimientos de finanzas personales impactar en la vida diaria de alguien, ya sea en términos de ahorro, inversión o toma de decisiones financieras?

    —El ahorro es la base de la fortuna. Uno debería ahorrar en las épocas en que se puede para cubrir esos valles en lo que haya, por ejemplo, menos trabajo. Y así para la jubilación. Es lo que se les pide en la Escuela de Negocios.

    Después, dónde invertirlo; y en el mundo de la inversión hay poquísima formación y es como jugar al tenis. Hay que equivocarse poco, nadie sabe más que nadie. Podrá haber alternativas que te pagan el 10% —cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia—, pero hoy tenés 5% de tasas libres de riesgo en Estados Unidos, casi 6% en Uruguay, bonos en dólares o en pesos, todos con un grado de certeza bastante importante, y con eso es más que suficiente para cuidar la calidad de vida. Con esto no es que la gente se vuelva millonaria, pero sí va a tener seguridad. Nuestra visión desde UCU Business School, que es una mirada más vital de las finanzas, es que la gente entienda que de esto se va a tener que encargar, que va a tener que aprender y que la cuenta es para toda la vida, que no es una cuenta del mes a mes. Lo importante es entender la vida como tu flujo de fondos.

    —¿Qué desafíos enfrentan las organizaciones con diferentes estructuras y objetivos financieros?

    —Hay que separar organizaciones de empresas. Hay que separar el mundo de las organizaciones sin fines de lucro, como es la Universidad Católica, donde todo el dinero que se recauda es invertido en la misión. Nosotros no tenemos fin de lucro pero tampoco tenemos ánimo de pérdida, queremos ser extremadamente eficientes en el uso de los recursos para poder volcar más a la misión, que es brindar una mejor educación universitaria para más gente. Nosotros entregamos unas 300 o 400 becas por año de diferentes porcentajes, tenemos un 40% de estudiantes que son primera generación de universitarios en sus familias y todos precisan algún tipo de ayuda, la mayoría económica. Entonces en las organizaciones sin fin de lucro la administración del activo financiero o del flujo de fondos está al servicio de la administración.

    En el mundo de las empresas el objetivo es, cuidando las reglamentaciones y los temas de sostenibilidad, el cuidado general de las personas y que puedan ser negocios de largo plazo, la creación de valor para el accionista. Hay una creación de valor que se tiene que repartir entre los diferentes actores que aportan ese valor, como trabajadores, empleadores, etcétera. Pero hay una eficiencia operativa al servicio del accionista.

    Un tema que me preocupa es la cantidad de nacimientos por año en Uruguay. Antes en el país nacían entre 55.000 y 60.000 niños por año. Y el año pasado, extraoficialmente, dijeron algo parecido a 31.000. Están naciendo la mitad de los niños que nacían hace 20 años. Eso implica, con una claridad meridiana, que se van a precisar menos escuelas, menos jardines de infantes, menos universidades. Vamos a tener que armar un sistema educativo para la mitad. Pero nadie habla de esto, y la estructuración de las finanzas también tiene que estar pensando en ese mediano y largo plazo.

    ADR_1164.jpg
    Vicerrector administrativo de la UCU y profesor de la UCU Business School, Santiago Mercant

    Vicerrector administrativo de la UCU y profesor de la UCU Business School, Santiago Mercant

    —En su rol como vicerrector administrativo de la UCU y profesor en la UCU Business School, ¿cómo percibe la evolución del aprendizaje de las finanzas entre los estudiantes? ¿Qué habilidades son las más demandadas?

    —Las generaciones se han mantenido con las necesidades básicas de aprendizajes en finanzas personales. No hay grandes cambios en lo que necesitan o lo que vienen a buscar, las grandes decisiones son siempre las mismas. ¿Me caso o no? ¿Me voy a vivir con mi pareja o no? Si me voy a vivir solo, ¿cuánto cuesta el alquiler? Cuándo me independizo es una primera decisión.La segunda es: ¿tengo hijos? ¿Cuántos hijos tengo? ¿Cuánto me cuesta un hijo? ¿Dónde lo voy a educar? La tercera gran decisión es la necesidad de comprar la vivienda, dejar de pagar alquiler, que por lo general compro con un préstamo en el banco. Y después, el retiro. Eso es lo que la gente tiene que aprender, son las decisiones de finanzas personales estructurales.

    Lo otro que está siendo cada vez más o menos intuitivo es cómo funciona el dinero en el mes a mes, cómo entiendo mi política de gastos, dónde se gasta mi dinero, cómo ahorro. Y ahí hay algunos patrones que intentamos enseñar.

    Imaginate a una mujer de 30 años que empezó hace algún tiempo su vida laboral y como la agarró la reforma de la seguridad social va a tener que trabajar hasta los 65 años. Para mantener el nivel de vida a los 65 años, tiene que ahorrar un 10% de su sueldo durante 35 años y colocarlo al 5% en un bono uruguayo, un bono americano, un bono uruguayo libre de impuestos o un bono americano libre de impuestos. Así va a poder mantener el nivel de vida de la mujer 65 hasta la mujer 85, que es más o menos cuando va a morir. Ahora, supongamos que no lo coloca a ninguna tasa, sino que lo guarda en su casa. Para mantener el nivel de vida tiene que ahorrar el 40%. Es imposible. Entonces, de ahí la relevancia de aprender la potencia del interés compuesto.

    En cuanto a las cajas, si antes tenías —como pasaba en España— 8 por 1 y ahora vamos a tener 1,5 por 1, no hay cuenta que resista. Como Estado de bienestar queremos proteger a las personas y hay que buscar una solución de justicia. Algunos hablan de la solidaridad intergeneracional, pero la solidaridad intergeneracional es que los hombres y las mujeres de 30 paguen la cuenta para que los hombres y las mujeres de 60 puedan mantener una jubilación prometida que no es ni justa ni racional con lo que ellos aportaron, con la esperanza de que los hombres y las mujeres que están naciendo hoy te paguen la jubilación a vos. Pero ya sabemos que no cierra la cuenta.

    Además, tenemos un 20% de los niños pobres en Uruguay y prácticamente 1% o 2% de pobreza en la vejez. ¿Dónde ponemos la plata? Si tengo que elegir, voy para la pobreza infantil, primero, porque son los más vulnerables y, segundo, porque son los que van a pagar las jubilaciones del futuro. Y no es una discusión política, es una discusión práctica.

    —Uno de los grandes desafíos hoy es combinar lo “duro” de las finanzas con lo “blando”, como el autoconocimiento y la toma de decisiones emocionales. ¿Cómo encuentra el equilibrio entre estas dos dimensiones al enseñar finanzas?

    —Todos tenemos un tipo de personalidad y a través de ella nos relacionamos con el dinero. Hay algunos que somos más austeros. Hay otros que, por personalidad, son más gastadores. Entonces, el autoconocimiento puede ser tremenda pista para ver cuál es la mejor forma de abordar las finanzas personales para cuidar la calidad de vida que tengas a lo largo de la vida. También está, por ejemplo, tu pareja. ¿Cómo es con el dinero? ¿Hay una cultura familiar con respecto al dinero? ¿Cómo vas a educar a tus hijos en el dinero? ¿Cómo te educaron tus padres a ti? Es mucho más blando que duro, porque los estamos condicionando mucho más de lo que creemos.

    —¿Cómo deberían prepararse las empresas para adaptarse a los nuevos cambios en la economía desde un enfoque financiero, en un entorno tan cambiante y dinámico como el actual?

    —El desafío más grande de las empresas es adaptarse, es entender que el mundo cambia y va a seguir cambiando. Las empresas deben tener una capacidad de adaptación lo suficientemente eficiente y ágil para poder tomar las decisiones correctas para llevar mediana y sanamente los cambios de este tiempo. La UCU hizo cuatro o cinco edificios en los últimos seis años, estamos en un plan de inversión y de expansión muy grande. Dos ejemplos: nació la carrera de Medicina y renació la UCU Business School, nuestra escuela de negocios. Y en momentos de evaluación me planteo: ¿precisaremos edificios para la educación de los próximos 25 años o será todo virtual? No lo sé. Y ahí me autoconvenzo: “No, la Universidad Católica es presencial”. No solo damos formación, invitamos a una experiencia vital. Entonces lo que resolvimos es generar la mejor infraestructura para que los estudiantes de este tiempo la pasen bien acá, aparte de aprender y de tener una carrera. Y si después tenemos que vender los edificios, los venderemos. Esa es una tensión permanente, es un tradeoff entre interpretar el futuro y construir presente, porque la satisfacción del estudiante es hoy. ¿Y qué tiene que ver esto con las finanzas? Todo. Porque o hago el edificio o compro tecnología. Y en UCU Business School también buscamos alternativas de programas que sean un poco más virtuales. Somos presenciales por decisión, pero también queremos impactar en más gente, y en esa coconstrucción estamos permanentemente.

    Como país nos debemos tener una conversación en serio y adulta sobre qué vamos a hacer sobre el tema de las finanzas personales o la demografía. A veces da la sensación de que hay mucho ruido y los temas relevantes quedan ahí. Entonces, buscamos incidir en lo que podamos desde la educación universitaria de grado hasta formando líderes con propósito en nuestra escuela de negocios y que al final aprendan y salgan con estas sensibilidades.

    ¿Te gustaría un mano a mano con Santiago Mercant? Registrate aquí.