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Adiós a Michael Madsen: el alma rebelde de Tarantino
Fue hallado sin vida en su casa de Malibú tras sufrir un ataque cardíaco. Madsen participó en más de 300 producciones, pero se volvió ícono gracias a sus papeles en el cine de Quentin Tarantino. Su muerte marca el adiós a una figura indomable del Hollywood alternativo
Michael Madsen, el actor estadounidense que encarnó como pocos el costado más salvaje y melancólico del cine de Quentin Tarantino, murió este jueves 3 de julio a los 67 años, producto de un ataque cardíaco. Fue hallado sin vida en su casa de Malibú, en California, según confirmaron sus representantes Susan Ferris y Ron Smith, junto a la publicista Liz Rodríguez.
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“Michael Madsen fue uno de los actores más emblemáticos de Hollywood, al que muchos echarán de menos”, expresaron sus agentes de prensa en un comunicado. La noticia fue confirmada pocas horas después de su fallecimiento, y rápidamente provocó reacciones entre fanáticos del cine independiente y colegas de la industria.
Con una carrera que se extendió por más de cuatro décadas y más de 300 producciones en cine y televisión, Madsen nunca fue una estrella tradicional de Hollywood. Pero precisamente por eso logró forjar una figura distintiva, ligada al universo de antihéroes, forajidos y tipos rotos que marcaron el cine estadounidense de los años ‘90 en adelante.
Embed - Stuck In The Middle With You | Reservoir Dogs
Su salto a la fama llegó en 1992, cuando interpretó a Mr. Blonde en Reservoir Dogs (Perros de la calle), el primer largometraje de Tarantino. Esa escena —cruda, violenta, perturbadora— en la que su personaje tortura a un policía mientras baila al ritmo de “Stuck in the Middle with You” quedó grabada en la memoria del cine moderno. Más de una vez fue considerada una de las escenas más escalofriantes y brillantes de la filmografía del director.
Años más tarde, volvió al universo Tarantino con otro papel icónico: Budd, el amargado y decadente hermano del villano Bill, en Kill Bill Vol. 1 (2003) y Vol. 2 (2004). Lejos de repetir fórmulas, su personaje era el reverso exacto del asesino elegante: un hombre arrastrado por el fracaso y el desencanto. Su actuación le sumó aún más profundidad emocional al sangriento relato de venganza protagonizado por Uma Thurman.
Pero su filmografía no se agotó ahí. Madsen trabajó en películas como Thelma & Louise (1991), Donnie Brasco (1997), Sin City (2005), Free Willy (1993) y The Hateful Eight (2015), además de participar en docenas de thrillers, filmes de acción clase B y series televisivas. También tuvo un breve pero recordado paso por Once Upon a Time in Hollywood (2019), donde volvió a formar parte del universo tarantinesco.
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Michael Madsen y el director Quentin Tarantino posan en la fiesta posterior a Kill Bill Vol. 2, el 8 de abril de 2004 en Los Ángeles, California
AFP
Nacido en Chicago el 25 de septiembre de 1957, Madsen fue hijo de una realizadora de documentales y un bombero. Comenzó su carrera como actor teatral bajo la tutela de John Malkovich en el legendario Steppenwolf Theatre, antes de migrar a Los Ángeles y meterse de lleno en la industria del cine. Desde entonces, nunca dejó de trabajar.
Más allá de su filmografía, fue conocido por su carácter indomable, su voz ronca, su presencia imponente y su vida personal marcada por excesos, tragedias familiares —incluyendo el suicidio de uno de sus hijos en 2022— y momentos de introspección. Escribió varios libros de poesía y siempre sostuvo que actuaba “para sobrevivir, no para ser famoso”.
En entrevistas, Tarantino lo consideraba uno de sus actores fetiche. De hecho, le había ofrecido el papel de Vincent Vega en Pulp Fiction (1994), que luego sería interpretado por John Travolta. Madsen lo rechazó por compromisos previos, pero la amistad entre ambos nunca se rompió.