“Solo una de las hipótesis que manejó Policía Científica parecería quedar en pie: alguien borró las conversaciones con Lacalle Pou que estaban en el celular de Astesiano. Hasta el momento, la investigación de fiscalía no ha logrado identificar quién lo hizo y cuándo pasó”. Este es un tramo del libro sobre la saga de excustodio presidencial Alejandro Astesiano, investigación que salió a la venta en estos días y que escribió el periodista Lucas Silva.
Aproximadamente a las 22:10 horas del 25 de setiembre de 2022, luego de que regresara de un viaje a Costa Rica con el presidente, Astesiano fue detenido en la residencia presidencial de Suárez por el entonces jefe de Inteligencia policial, Claudio Correa, quien en ese momento le pidió que le entregara su celular.
Hace unos días, la fiscal Sabrina Flores pidió a la Fiscalía de Corte que se hiciera una pericia en el exterior al celular de Astesiano con el objetivo de recuperar los mensajes entre este y el presidente Lacalle Pou. Esta historia de Astesiano que ha tenido al gobierno a maltraer, comenzó centrada en su celular, y los últimos capítulos están centrados, otra vez, en el teléfono del exguardaespaldas.
Desde un primer momento, Astesiano acusó a Correa, quien fue eximido de esta responsabilidad por la fiscal Flores, y en los últimos días el excustodio anunció que denunciará formalmente alpolicía porque lo vio borrar los mensajes.
Aquella noche del 25 de setiembre, cuando Correa llegó a la residencia presidencial, según la versión de Astesiano, estuvo durante una media hora en una habitación de la zona llamada Suárez chico con él y con el presidente Lacalle Pou.
Con estos tres hombres, en la soledad de una oficina estatal, es que comienza el fin de la carrera delictiva de Astesiano y el calvario político para el gobierno.
¿Qué ocurrió durante esa media hora entre los tres?
Astesiano dice que fue allí que Correa comenzó a borrar los mensajes de su celular, puntualmente los que intercambió con el presidente.
Si lo que dice Astesiano, decidido ahora a enfrentarse con Correa en un careo, es cierto, ¿cómo es posible que un funcionario policial cometa tal irregularidad delante del presidente de la República?
Salvo que haya recibido una orden superior.
Además, ¿por qué iba a borrar por motus propio los mensajes entre Astesiano y Lacalle si hasta ese momento se trataba de una investigación por pasaportes falsos?
Pero lo cierto es que, a estar por declaraciones realizadas en su momento por la entonces fiscal Gabriela Fossati, Presidencia no estaba dispuesta a entregar, ya no el celular del presidente, sino el del propio Astesiano.
En su momento, cuando la fiscal Fossati admitió que no le dieran los mensajes de Astesiano con el Presidente, el diario El Observador, citando fuentes de Presidencia, informó que no hubo ningún requerimiento para entregar el teléfono de Astesiano y que el excustodio lo entregó voluntariamente.
En estos días, Fossati dijo a Medios Públicos que le preguntó “a Inteligencia de quién era el teléfono y me respondieron que era de Presidencia. Tampoco se trabajó bien. Se comunicó conmigo un oficial del caso, cuando estaba presente quien era el director de Inteligencia, Claudio Correa. ¿Por qué no me llamó él? Son esas cosas que uno no entiende”.
Un montón de puntos oscuros en dos párrafos. La entrega del celular de Astesiano no pudo ser voluntaria, ya que para acceder al aparato la fiscal debió pedir una orden a un juez.
Pero, además, Inteligencia le dijo a Fossati que el celular de Astesiano era de Presidencia, una falsedad. En los últimos días accedí al registro de propiedad del polémico celular y resulta que no es oficial sino que está a nombre de un particular. Por lo tanto, Presidencia no podía disponer de la entrega de ese celular, como se le dijo a la fiscal, ya que pertenecía a Astesiano. ¿Presidencia le mintió a Inteligencia o Inteligencia le mintió a la fiscal?
El otro celular que tenía los mensajes polémicos era el de Lacalle Pou. En un primer momento, Presidencia no lo entregó. Pero Fossati dijo, a través del director de Comunicación de Fiscalía, Javier Benech, que “el no uso de los chats entre el presidente (Luis Lacalle Pou) y Astesiano partió de lo que fue una mala comunicación de los intermediarios, particularmente de personal de Inteligencia, que estuvo en la noche de la detención”. ¿Un momento tan sensible y el presidente y el policía no se entendieron? Raro.
No fue sino hasta diciembre en que el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, anunció que Policía Científica había recuperado el 100% de los mensajes del celular de Astesiano y llevó un pendrive a Fiscalía.
Pero, ¿cómo es posible que se haya recuperado el 100% si en estos días la fiscal Flores está pidiendo una pericia externa para recuperar mensajes que permanecen borrados? Raro.
Al eximir al policía de esta responsabilidad, en el fallo escribió que el procedimiento entre Policía y Fiscalía no había sido “el ideal”. Otra fiscal que cuestiona cómo se manejó la investigación aquella noche. Para Fossati las desinteligencias fueron entre la Policía y Presidencia, para Flores, entre la Policía y Fossati.
¿Qué significa esto de que no fue lo “ideal”? Quizás preguntarse por qué Astesiano no fue detenido en el aeropuerto y se le permitió llegar hasta Suárez cuando al aterrizar en la terminal aérea ya había sido informado que la Policía lo esperaba.
Todas las versiones de lo que ocurrió esa noche describen al presidente Lacalle Pou tan sorprendido como Astesiano por la presencia policial en Suárez.
¿No le avisó Heber al presidente cuando este aterrizó, o incluso antes de aterrizar en Carrasco, que su custodio iba a ser detenido?
Quizás lo de que no fue el procedimiento “ideal” tiene que ver con el control de la cadena de custodia, las medidas necesarias para proteger la prueba, en este caso el celular de Astesiano. Correa se hizo del celular alrededor de las 22.40. Registros de llamadas desde el celular de un familiar del exguardaespaldas muestran que los mensajes que se le mandaron fueron leídos hasta las 5:12 de la madrugada siguiente.
¿Llevó Correa al celular a Científica esa misma noche que era lo que correspondía? La fiscal no puede saberlo porque esos trámites se dan dentro de la Policía.
Cuando Astesiano acusó a Correa como el responsable de esta acción, el exguardaespaldas aún guardaba la esperanza que el gobierno no se le soltara la mano. Pero ahora, que se confirmó que está solo, si formaliza la denuncia contra Correa (quien luego de este caso se retiró pero fue nombrado jefe de Policía de Rocha) quizás pueda aportar más datos.
Desinteligencias entre autoridades; procedimientos no ideales; manejo de la prueba sin que nadie pueda afirmar que se hizo de manera correcta; extrañas matemáticas en las que el 100% que no contempla la totalidad; mentiras a la fiscal; un teléfono que se decía oficial pero que era particular. Difícil que esto, todo junto, pase cuando se trata de gente común. Quizás la conclusión primaria y más general que se puede sacar de esto es que todos somos iguales ante la ley, pero que hay algunos que son más iguales que otros.