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Álvaro Delgado asume el directorio blanco con un perfil opositor y el desafío de articular voces moderadas y confrontativas
Delgado dijo que la autocrítica debe ser “fraterna”, mientras algunos dirigentes plantean la idea de formar una convención delegada de 50 miembros que lleve adelante ese proceso
Álvaro Delgado en su asunción como presidente del Directorio del Partido Nacional
“Hoy no asume un presidente, hoy asume un directorio”. Ese fue el primer concepto que eligió trasladar Álvaro Delgado en su acto de asunción en la sede del Partido Nacional en la plaza Matriz. Necesariamente tenía que hacer un discurso de unidad. Había que barajar y dar de nuevo, resetear una máquina que cargaba en su archivo una serie de momentos complicados, discutidos. Quedaban heridas por coser. Por eso es el mensaje, para abrazar a todos los miembros del flamante directorio.
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Casi que de inmediato, mencionó a Javier García, su principal competidor en la convención blanca. Hizo referencia a una columna suya publicada en el diario El País. Lo parafraseó: “La unanimidad no es buena, la unidad es una obligación colectiva”. Y dijo que con esa frase buscó “representar el espíritu” con que asumía la conducción del directorio. Habló del “desafío” que implica trabajar en “clave de unidad”, por “encima de los grupos”. Y el reto está en poder amalgamar en una sola expresión institucional dos estilos diferenciados de hacer oposición y de encarar el juego político.
Se habló mucho de esto en la previa de la convención. Incluso fue comentario en la Torre Ejecutiva. Como nunca antes, el Frente Amplio observó con atención la deriva de la interna nacionalista. Había expectativa en saber quién iba a ser uno de los principales interlocutores de la oposición con el oficialismo: si el moderado y dialoguista Delgado o el más confrontativo García. Pero aun con la victoria de Delgado los blancos con perfil más combativo avisaron que iban a tratar de imponer su discurso. El senador Sebastián da Silva, dirigente del sector de García, no tardó en señalar que el flamante presidente del directorio blanco “necesariamente tiene que acordar con el resto porque no tiene mayoría ahí adentro”. “Cada uno de nosotros va a tener el partido que quiere. El partido no es de nadie. Delgado tiene cinco directores de 15”, recordó Da Silva en rueda de prensa.
En su asunción, Delgado dijo, sin embargo, que “la gente” los “puso en la oposición” y que adoptarán ese rol con una postura “firme y clara” ante “un gobierno lleno de carencias, de falta de rumbo, de iniciativas y de ideas”. Luego afirmó que el actual gobierno quiere “instalar” el “relato de la herencia”. “Seguramente por su inacción y seguramente para incumplir promesas electorales”. Dijo que a ese “relato” se lo debe combatir con la “verdad”. El expresidente de la República Luis Lacalle Pou pidió a sus dirigentes en su última visita al directorio que haya defensa a su gobierno y ataque a ese relato. Delgado enumeró “logros” de la gestión de Lacalle Pou: “Recuperación del salario real, récord de personas trabajando, de exportaciones, con menor inflación, menor informalismo, shock de infraestructura histórico”.
Añadió que a esa oposición “firme y clara” le sumará la iniciativa de presentarle propuestas a la actual administración frenteamplista. “Tenemos el rol de ser oposición, pero no nos olvidemos de que también tenemos el rol de ser gobierno en 14 departamentos y en 97 municipios”, destacó, aludiendo a un reclamo del intendente electo de Paysandú, Nicolás Olivera, que había advertido sobre esto en declaraciones a Búsqueda.
En diálogo con Búsqueda tras asumir en el directorio, Delgado dijo que su perfil será de “oposición” y de “articular con la agrupación parlamentaria y con los intendentes, alcaldes, ediles y comisiones departamentales”. Pero no solo con los blancos, sino con los “demás partidos” que integran la coalición republicana. Delgado valoró el “buen clima” que se vivió en la sede blanca en la fría tarde del lunes 7, el día de su asunción.
La autocrítica: una convención delegada
En un tramo de su discurso, Delgado tuvo que referirse a un asunto incómodo, un incordio: la autocrítica por la derrota. Tratar de desentrañar los errores de campaña que llevaron a los blancos a perder el gobierno. El candidato presidencial dijo que ese “análisis de todo el proceso” tiene que hacerse “con respeto, con fraternidad”. Y aseguró que se va a ubicar en “primera fila” a observar cómo se opina “descentralizadamente, abiertamente” y “buscando siempre cuidar el instrumento con oportunidad de mejora”.
No está claro aún cómo será ese proceso. Y algunos de los dirigentes blancos tienen sus reparos con que sea Delgado el que lo lidere desde el directorio. En los últimos días han aparecido voces que reclaman que haya una “convención delegada” de 50 miembros que funcione como el organismo encargado de llevar adelante la tarea de analizar qué se hizo mal, qué falló. El primero en plantear la idea de una convención delegada fue el intendente electo de Florida, Carlos Enciso. Lo hizo el mismo día de la convención, a fines de junio. Esta idea fue también retomada por otro candidato a presidir el directorio, el senador Luis Alberto Heber. En declaraciones a Desayunos informales, señaló que esto permite una “discusión interna mucho más fluida”. “Es un ámbito de mejor discusión y generalmente se busca que sean los principales dirigentes: intendentes, diputados, ediles, alcaldes”.
Distintas fuentes blancas señalaron a Búsqueda que de esta manera, con un órgano de 50 convencionales de todos los departamentos, se puede alcanzar una autocrítica más “representativa y controlable”.