Pero el programa sí dejó plasmado el compromiso de darle al instituto —que hoy depende del Ministerio de Desarrollo Social (Mides)— un “rango jerárquico acorde con las responsabilidades institucionales asignadas por el marco jurídico nacional”. Por eso ahora, ante la cercanía de las elecciones y la posibilidad de que el FA vuelva a gobernar el país, feministas de la fuerza política quieren reinstalar la discusión sobre qué forma dar a Inmujeres para asegurarle más jerarquía y peso político.
En los ámbitos de discusión hay coincidencias sobre la importancia de quitar al instituto de la órbita del Mides y de reperfilar su cometido hacia la “igualdad”. También en que, bajo la forma que sea, debe integrar el gabinete de gobierno para dialogar “de igual a igual” con los ministerios. Más allá de estos consensos, hay diferencias en el cómo jerarquizar el instituto. Las ideas van desde llevarlo a la Presidencia, como una agencia o secretaría, transformarlo en un servicio descentralizado —similar a la Fiscalía General de la Nación— o pensar en una institucionalidad nueva.
También hay diferencias sobre las prioridades y los tiempos. En plena campaña electoral hay quienes creen que no es el momento de dar la discusión, que primero hay que enfocarse en que el FA triunfe para luego definir roles y, recién entonces, pensar en la institucionalidad.
Un organismo con más peso y orientado hacia la igualdad
Para la exsenadora Constanza Moreira, es claro que “la institucionalidad de género tiene que ser reforzada”. La referente del sector Casa Grande, que tras un acuerdo con el Partido Comunista ocupa el segundo lugar de la lista 1001 al Senado, aseguró a Búsqueda que “para la mayor parte de las feministas del Frente lo deseable sería tener la máxima jerarquía institucional, que sería un ministerio”. Y si bien esa idea “no logró los consensos necesarios” en el Congreso del FA debido a la posición contraria de algunos sectores “muy importantes”, dijo que no obstante “se está buscando cómo rejerarquizar” el Inmujeres.
Lo primordial es que no dependa de un ministerio y que adquiera “una jerarquía institucional que le permita transversalizar las políticas de género en todo el Estado”, dijo Moreira. Aunque todavía no hay consenso “ni dentro de la Comisión de Género ni de la Unidad Temática de las Mujeres sobre cuál es la arquitectura institucional más deseable”, las alternativas van desde ubicarlo en Presidencia hasta transformarlo en un ente descentralizado, explicó.
A favor de ubicarlo en Presidencia, se argumenta que le daría más poder y respaldo político. En contra, se plantea que sería un error sumarlo a las varias agencias que ya existen en la Torre Ejecutiva, que no siempre han logrado un peso significativo. Y que el organismo necesita tener una institucionalidad con peso propio, que trascienda el respaldo del presidente de turno.
Casa Grande, militantes del comité de base feminista La Comité y frenteamplistas de otros sectores están impulsando la creación de un grupo de trabajo para que se discuta el modelo institucional que debería tener el Inmujeres y se elabore una propuesta para el eventual futuro gobierno. La expectativa es que se encare ese trabajo “rápidamente” una vez pasadas las elecciones.
Luego de llegar a un acuerdo interno, la idea es llevar el tema a discusión de la bancada bicameral femenina —integrada por legisladoras de todos los partidos— para buscar consensos políticos en el Parlamento que le den más continuidad y solidez a la nueva jerarquía, dijo Moreira.
Tatiana Antúnez, secretaria de Género y Diversidad del Partido Comunista, dijo a Búsqueda que es un tema “que va a ameritar pienso” porque “no hay todavía una definición en los espacios orgánicos” del Frente. Sostuvo que espacios como la Comisión de Género pueden canalizar el estudio del tema, aunque cree que hoy, en el marco de la campaña, la prioridad está en el anuncio de medidas específicas y no en el futuro de Inmujeres.
Para la dirigente, es “claro” que el instituto “no puede seguir funcionando así”. Que tiene que tener un abordaje más transversal e interseccional, y una mayor jerarquía, como dice el programa de gobierno. Si la izquierda gana el gobierno, “las feministas del Frente Amplio, de todos los sectores, vamos a estar con el programa en la mano para velar porque eso se cumpla”, aseguró.
De todos modos, Antúnez dijo que es posible que, si el FA triunfa, se defina primero el nombre de quién va a liderar las políticas de género para luego determinar cómo se va a reformular el organismo.
La ubicación del Inmujeres en el Mides “no es acorde al rol que debe desempeñar por ley”, opinó por su parte Valentina Perrotta, del sector PAR. Sostuvo que el objetivo debería ser que toda la institucionalidad del Estado “transversalice” las políticas de género, y que para impulsar eso el organismo rector tiene que tener más peso. “Es una pena que no se haya optado por el ministerio de igualdad. Es la tendencia regional y mundial”, señaló.
“Necesita un lugar de jerarquía para poder tener incidencia sobre los demás, porque no es un organismo que pueda resolver todo por sí mismo. Tiene que lograr que los demás ministerios se involucren con las políticas de género”, afirmó. En ese sentido, consideró “muy importante” que el nuevo jerarca responsable “participe en el Consejo de Ministros como un par”.
Mariella Mazzotti, exdirectora del Inmujeres, se inclina por la idea de pensar una “institucionalidad nueva, innovadora”. “El instituto actual no tiene una institucionalidad que pueda responder a las necesidades”, coincidió, y fundamentó que las políticas de igualdad de género están “estrechamente vinculadas al desarrollo del país”. Mazzotti dijo que el ministerio hubiera sido importante para dar jerarquía a estas políticas, pero que una vez descartado es necesario “construir acuerdos políticos, incluso interpartidarios”, para darle “sustentabilidad” a un nuevo modelo institucional.
En las conversaciones en la interna de la fuerza política hay consenso en que la nueva institucionalidad debe reperfilarse hacia la “igualdad”, para que aborde de forma interseccional las desigualdades de género, étnico-raciales, de diversidad sexual, de clase y de territorio, coincidieron la mayoría de las consultadas. También subrayaron que Uruguay está en falta ante organismos internacionales por la débil institucionalidad en el área de género, un tema que ha sido observado por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw, por su sigla en inglés) de la ONU.
La institucionalidad “no es lo central”
Para la presidenta de la Comisión de Género del FA, Patricia González, la futura institucionalidad del Inmujeres no es una prioridad en este momento. Consultada por Búsqueda, dijo que será algo a definir por el futuro gobierno. “No tiene tanto sentido dar la discusión antes; una vez que se establezcan las jerarquías y las autoridades supongo que va a ser uno de los temas en los que se van a centrar”, comentó.
“Ni la comisión está dando esa conversación orgánicamente ni estoy ocupada en esas conversaciones”, afirmó. Dijo que la comisión que preside está enfocada en las medidas de gobierno en el marco de la campaña.
“Entiendo que se estén dando conversaciones sobre cómo cada uno se imagina que tiene que ser y cuál va a ser el lugar que cada uno va a tener. Y si bien creo que la institucionalidad es importante, no me parece lo más central. Además, estoy convencida de que dar estas discusiones ahora, públicamente, es un error. Estamos en campaña para ganar el gobierno, hay que ser consecuente con eso y dedicar el tiempo a la militancia”.
Inés Cortés, diputada suplente del MPP que en el Congreso del FA argumentó contra la idea del ministerio, coincidió con González en que la discusión “no está muy presente” en la Comisión de Género. Sí concedió que “hay consenso” sobre la necesidad de “jerarquizar a las políticas de género y al instituto rector de estas políticas”. Pero, advirtió, “modificar la institucionalidad no te asegura cambios”. En ese sentido, argumentó que en los países en los que se instaló un ministerio de la igualdad “no hubo un cambio sustantivo en las políticas sobre las mujeres”.
Por eso Cortés y su sector entienden que lo importante es que las políticas de género sean transversales a todo el programa de gobierno del FA. Y dio por descontado que estas políticas van a ser “centrales” en un eventual gobierno del FA e impulsadas por todo el gabinete, en parte gracias al “recambio generacional”. Respecto al órgano rector, dijo que no sane si va a tener cambios: “Si se le asigna mayor presupuesto, ya es un montón”.