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Este verano Jorge Esmoris se toma un descanso de los musicales carnavaleros y —en el otro extremo estético— presenta un monólogo sobre un personaje histórico. El actor con más de 40 años de presencia ininterrumpida en los escenarios uruguayos presenta Ronquillo, funcionario de la patria, una obra poco conocida (hasta setiembre de 2024, cuando se estrenó esta puesta) de Víctor Manuel Leites, destacado dramaturgo uruguayo que vivió entre 1933 y 2016, muy recordado como autor de Doña Ramona.
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Este unipersonal dirigido por Luis Vidal Giorgi y escenificado en la Biblioteca Nacional es un retrato muy divertido de Francisco Acuña de Figueroa, el célebre literato montevideano que vivió entre 1791 y 1862, que balconeó todo el proceso de independencia, desde la Banda Oriental hasta el Uruguay independiente, y cuyas obras más célebres son la letra del himno uruguayo y su Breve apología del carajo, esa pieza poética que enumera todas las denominaciones posibles de los órganos sexuales, censurada durante décadas.
Apodado Ronquillo por su afección crónica de garganta, Acuña de Figueroa fue funcionario de las monarquías española y portuguesa, del Imperio del Brasil y luego de los gobiernos blancos y colorados que inauguraron la República Oriental. Por esa razón el autor lo define como “el funcionario de la patria”. También fue el primer director rentado de la Biblioteca Nacional, razón por la cual Leites ambienta allí la obra y por la que en su sala Julio Castro cobra vida esta representación.
La obra se centra en la agitada peripecia administrativa del protagonista y pone foco en su inmensa obra poética, compuesta de 24 tomos y pionera local en lo que después se conoció como “humor de actualidad”, pues satiriza los hechos de la vida política, social e incluso religiosa y también se adentra en el nada sencillo —y para muchos fangoso— terreno de la sátira picaresca.
Esmoris logra una muy acertada encarnación, con todo su histrionismo y su despliegue corporal al servicio del personaje, aunque en una cuerda menos expansiva y más intimista y minimalista que en su faceta más frecuente, la de gran porte escénico. Ronquillo va los viernes y los sábados de febrero y marzo a las 21 y los domingos a las 20, con entradas en RedTickets.