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    La ANII está en “una etapa más sofisticada”: apunta a la ciencia con “un propósito” que contribuya a resolver problemas de la sociedad

    El Ministerio del Interior y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación lanzarán un llamado para investigar temas como el sicariato, los ajustes de cuentas y el microtráfico de pasta base

    Al Ministerio del Interior le interesa conocer más sobre los fenómenos delictivos y sobre la organización social del microtráfico de la pasta base de cocaína y su relación con otras actividades criminales. También quiere saber más sobre los mercados ilegales de drogas y las nuevas formas de sicariato, así como las dinámicas de resolución de conflictos que están ocurriendo con “violencia cruenta”, como los ajustes de cuenta, y su impacto en la convivencia barrial. Tiene interés en que se estudie sobre los procesos de identificación juvenil y la convivencia en los barrios vulnerables y su relación con las actuales modalidades de delito urbano, como la rapiña. También quiere tener más información sobre los efectos sociales de los programas de “rehabilitación”. Por otra parte, el gobierno desea conocer mejor el impacto de las medidas que abordan el problema de la violencia de género y quiere contar con estudios que echen luz sobre el desempeño policial y sus efectos sobre el crimen.

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    Para saber más sobre todos estos temas, el Ministerio del Interior hizo un acuerdo con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII). Según información a la que accedió Búsqueda, en las próximas semanas se abrirá un llamado a un nuevo fondo de financiamiento llamado De seguridad ciudadana: performance policial y comportamiento del crimen. Convoca a grupos de investigación y otorgará montos de $ 580.000 o  $ 1.060.000 para cada proyecto dependiendo de la dimensión del trabajo.

    El llamado se encuadra en el nuevo perfil que está tomando la ANII a 10 años de su creación. Es que la agencia se encuentra, luego de una década de trabajo, en “una etapa más sofisticada”. Su hoja de ruta tiene ahora una mayor conexión con los problemas que ocurren en la sociedad y busca dirigir los llamados a investigaciones que contribuyan a resolverlos. Esto implica abordar problemas que preocupan al sector público y también a las empresas del sector privado.

    “Es una versión nueva, no es empezar de nuevo, no se pierde la continuidad, es ir sofisticando los instrumentos y que la calidad se mantenga”, explicó a Búsqueda Fernando Brum, presidente de la ANII.

    Esta estrategia de dirigir las investigaciones científicas hacia la resolución de problemas de la sociedad, ya sea del sector de las ciencias sociales, la educación, la ingeniería o la medicina, por mencionar algunas, “marca la agenda de cómo va a estar funcionando” la ANII en los próximos años, dijo Brum.

    “Los últimos 10 años implicaron todo un tema de aprendizaje, de ir cambiando el énfasis”, afirmó. Se trabajó en construir el Sistema Nacional de Investigadores (que hoy cuenta con 1.700 miembros en áreas tan diversas como la biología, la matemática y las humanidades) y en “apuntalar y darle continuidad” a los fondos como el Clemente Estable y el María Viñas, que no tienen una restricción temática, informó Brum. “Una vez que todos están construidos, se puede empezar a construir instrumentos más sofisticados”, señaló.

    Resolver problemas.

    “Estamos tratando activamente de promover que la ciencia tenga un propósito. No estamos pensando en distinguir entre ciencia básica o ciencia aplicada. Lo importante es tener ciencia de buena calidad”, afirmó Brum. “El tema es que esa ciencia se oriente, en una buena parte, a resolver problemas nacionales”.

    En los fondos como el Clemente Estable o el María Viñas, que existen desde los inicios de la agencia, es el investigador quien propone los temas sobre los que trabajar. Respecto a esa modalidad, Brum dijo en el discurso que pronunció durante los festejos de los 10 años de la ANII, que “por supuesto que van a seguir existiendo fondos abiertos”. Pero, añadió, “vamos a insistir en los fondos sectoriales y en los fondos orientados a la ciencia con un propósito”.

    Otro instrumento de la ANII que tiene un perfil diferente a los anteriores es el de los fondos sectoriales. Uno de los primeros fue el de energía, que surgió de un acuerdo entre la ANII, la Dirección Nacional de Energía del Ministerio de Industria, Ancap y UTE, y contribuyó en el desarrollo del cambio de la matriz energética.

    La idea es “trabajar con socios” que identifiquen una agenda de problemas y temas que se reflejan en los llamados que hace la ANII a proyectos de investigación. “La novedad es que estamos tratando de que cada fondo sectorial sea más explícito en la temática, que haga un esfuerzo de identificar mejor las áreas y subáreas”, los “temas y problemas”, detalló Brum.

    Un fondo que realizó un llamado este año surgió de un acuerdo entre la ANII, el Ministerio de Ganadería y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, al que ahora también se sumó el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU). A estos organismos les preocupa la inocuidad alimentaria. El fondo propone investigar sobre la resistencia a antibióticos, la prevalencia de Salmonella a nivel nacional, el uso de plaguicidas y la presencia de metales pesados en frutas y hortalizas.

    “A ese fondo hay que verlo como el MGAP, el INIA y el LATU diciéndole a la comunidad científica: estos son nuestros problemas, a nosotros nos interesa que ustedes trabajen en estos temas porque son las prioridades nacionales en inocuidad alimenatria”.

    Hay otros fondos más recientes y acotados, como el que se planteó a partir de un acuerdo con el Ministerio de Salud Pública (MSP) para investigación clínica. Si bien ha recibido críticas por parte de los investigadores por ser demasiado acotado, “es una buena noticia que ahora el MSP esté activo”, dijo Brum al ser consultado sobre el tema. “Me pueden decir, sí, que esto no es lo ideal, pero hace dos años no teníamos fondo de salud y la gente tenía que ir al fondo María Viñas y Clemente Estable y decían que nunca les aprobaban el proyecto porque nadaba en un mar de otros proyectos. Ahora hay un fondo especial para investigación clínica, antes no había nada”, agregó.

    Con privados.

    Otra novedad es que la ANII está abriendo los fondos sectoriales “a otros inversores”, los del sector privado, dijo Brum.

    La agencia no aspira a que solo los ministerios y organismos públicos acudan con interés de resolver sus problemáticas. Tiene una nueva estrategia y el fondo de salud es reflejo de eso: “Invitamos a que mutualistas y laboratorios se incorporen al fondo de salud. Hasta ahora estamos empezando contactos y no hemos tenido todavía una respuesta clara, es una línea de trabajo”, anunció.

    Los fondos se tratan de casos en los que “un sector de actividad le propone temas a la comunidad científica y esta modalidad está abierta para inversores privados, y estamos trabajando para lograr su participación”. Ya hay una buena experiencia con la empresa Unilever, que se acercó a la ANII para resolver el problema de los residuos de alimentos vencidos que retiraba de la góndola de los supermercados.

    En los últimos 10 años la ANII ha apoyado a más de 6.000 proyectos de investigación por un monto de 279 millones de dólares, sobre temas tan variados que han permitido crear hormigón de alto desempeño, identificar bacterias para uso agrícola y hallar un embrión de reptil, uno de los más antiguos del mundo. Además, la ANII otorgó en ese período 3.500 becas para estudios en diferentes niveles de desarrollo profesional.

    Entre los objetivos que trazó la ANII a futuro está profundizar en los vínculos entre la academia y las empresas y continuar fomentando el emprendedurismo.