¿Milei o Massa? El fútbol argentino juega fuerte para las elecciones

escribe Andrés Burgo 

Los futbolistas argentinos, desde hace varios años (o décadas), no suelen hablar de política. No siempre fue así, claro, y no solo por Diego Maradona, el ídolo que hablaba de lo que quería, aunque se contradijera. De hecho, en el regreso a la democracia, en 1983, los jugadores de Primera División —los de River, Boca, Ferro y Platense— decían abiertamente a qué partido político pensaban votar. Los medios hacían encuestas y los deportistas accedían a publicar su preferencia. Resulta hasta cándido —pero a la vez muy sano democráticamente— que un joven Maradona, de regreso a Buenos Aires por la patada criminal con la que el vasco Andoni Goikotxea le quebró un tobillo, se reunió en octubre de 1983 con tres candidatos a presidente para “conocer sus propuestas”.

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