El área de soja, que descenderá en términos generales, tendrá un crecimiento en la zona sur y centro-sur, y la siembra comienza con perspectivas de rentabilidad más alentadoras que en la campaña anterior a pesar de la caída de los precios, ante el descenso de la mayoría de los insumos. Mientras tanto, los cultivos de invierno, tanto trigo como cebada, presentan un muy buen estado, y favorecidos por el clima también alientan expectativas de mejora en su ecuación económica.
Destacó que en general el trigo presenta un mejor estado que la cebada, aunque esta última ha mejorado su condición en forma importante. El clima “medio fresco” está generando un llenado de grano “espectacular”, señaló, y dijo que a medida que pasen los días se irá incrementando la temperatura, aunque no es un tema que hoy preocupe demasiado. Declaró que “hace años” que no se ve un llenado de grano como el que se observa ahora. Estimó que si bien es temprano para hablar de rendimientos, “si no pasa nada raro” los volúmenes de cosecha deberían situarse por encima de los 3.500 kilos por hectárea.
Ignacio Foderé, por su parte, estimó que debe pensarse en un equilibrio de cerca de los 3.000 kilos para cubrir los costos, aunque esto “lógicamente” depende de si es un agricultor con campo propio o con renta, porque eso “cambia bastante la ecuación”. No obstante esa variable, dijo que “la cuenta da, siempre y cuando se obtengan rendimientos arriba de 2.700 a 2.800 kilos”.
Juan Foderé afirmó que sea como sea, “los números son justos igual” y que no perdiendo plata con el trigo, esta campaña puede considerarse ya un “éxito”.
Ignacio Foderé señaló que si continúa la misma situación en los próximos 15 días, se puede ser optimista en cuanto a rendimientos y calidad y que eso va a generar que se dinamice el mercado. Dijo que hoy el productor, dado los últimos tres años de antecedentes de malas cosechas, no está vendiendo nada forward, o futuro. Estimó que van a esperar hasta último momento, y que en ese sentido en Fadisol están trabajando con distintas alternativas en lo comercial y en servicios “para mejorar la atención y hacerle más rentable la ecuación al productor”.
Juan Foderé consideró que el trigo, en las cuentas de los productores, “sirve como para solucionar unos meses”, pero que el “fuerte” es la soja y que las cuentas vienen complicadas “de atrás”. La zafra de invierno pasada “fue muy mala” y para la oleaginosa, si bien la anterior fue una campaña medianamente buena, se hizo con costos para un producto que pensaban se ubicaría por encima de los U$S 400 y terminó en un eje de U$S 340. Además del precio, tampoco los rendimientos se situaron en los niveles esperados.
Evaluó, sin embargo, que este año las perspectivas son bastante más alentadoras debido a que los cultivos de trigo se hicieron con costos bastante más bajos. Más que por una disminución del precio de los insumos, el factor fue una menor necesidad de utilizar fertilizantes, urea y fungicidas debido a las condiciones climáticas favorables.
Ignacio Foderé, específicamente en lo relacionado con los mercados, razonó que el hecho de estar “inmerso” en la región con Argentina, y con Brasil como cliente ahora en una situación muy complicada en lo político y económico, “han continuado complicando las cosas” para el trigo.
Explicó que Brasil compra en Uruguay como rebote de sus negocios en Argentina, y que el hecho de que este último no esté en el mercado, hace que el brasilero directamente no venga a comprar a la región, lo cual ha sido “una constante” de los últimos años. Por eso consideró que es “muy importante” que se levanten las restricciones a las exportaciones de granos en la Argentina. “Es importante el cambio político que se puede vivir este año” en el vecino país, “porque para el mercado triguero uruguayo eso va a definir los próximos 4 o 5 años del comercio y la forma de hacer negocios de Uruguay”.
Vaticinó que no deben esperarse “grandes saltos” en los precios, como tampoco “grandes caídas”, y que las cotizaciones al productor van a estar en el orden de los U$S 170 a U$S 175 por tonelada. “No se ven muchas perspectivas, salvo que haya algún cambio político grande en Argentina, pero no vemos fuera del Mercosur grandes cambios, sino que los precios de los commodities se mantengan por lo menos por un año más en los niveles que están hoy”, expresó.
En el caso de la colza, que se empieza a cosechar en estos días, Juan Foderé dijo que está en una “muy buena” condición, y que si bien “tuvieron un nacimiento espantoso”, han mejorado considerablemente. “Que siga todo así, lo necesitamos”, expresó.
Arranque de la soja
En estos días están comenzando las primeras siembras de soja, y esperan que las temperaturas suban algunos grados para favorecer el arranque de las plantas.
Juan Foderé estimó que en las zonas sur y centro-sur el área va a ser igual o va a crecer en relación con lo sembrado el año pasado, pero que puede preverse que caerá hasta en un 40 % en la zona este y un 30 % en el norte.
De todas maneras, relativizó estas cifras, porque “tirar un número es muy difícil”, pero dijo que basado en la venta de semillas es la proyección que se puede hacer al momento. En la zona Este también el área de soja va a depender de qué suceda con las siembras de arroz, que hasta ahora se han retrasado por el exceso de lluvias. Razonó que de quedar área liberada del arroz por dificultades en la siembra, esta podría también ser destinada a soja y cambiar los números, aunque cree que esto es muy difícil de determinar a la fecha.
Se prevé por otra parte un incremento importante, del orden del 20 % al 25 %, en la soja de primera, que corresponde a la menor área que se hizo de trigo.
En términos generales, evaluó que “hoy la situación es mejor a la del año pasado”, ya que están sembrando soja con un valor de venta del orden de los U$S 300, pero con insumos como fertilizantes, agroquímicos, semillas, laboreos, servicios y rentas que “se han ido acomodando de una manera u otra” .
Ignacio Foderé coincidió con esa apreciación, y agregó que a diferencia del año pasado, las perspectivas de siembra ya son a un precio bajo y con costos que han ido cayendo, además de que el clima “está dando una ventana muy buena porque los campos se ven muy bien, ya se hicieron todos los barbechos y ya están para comenzar las siembras. Hay buenas reservas de semillas y fertilizantes y se ve que el productor está apostando también a la mejor tecnología”.
Perspectivas de precio
Sobre las perspectivas de precio, dijo que estas son negativas, pero que pareciera que están “cerca de los pisos”. Consideró “difícil” que se vuelvan a ver caídas de U$S 40 o U$S 50 adicionales, y que si bien las proyecciones estarían en un piso de 280 dólares según consultoras internacionales, hoy el valor es de U$S 300 a U$S 310 puesto en el puerto de Nueva Palmira. Sostuvo que esa situación es visualizada por el productor y que por eso es que está tomando pocas decisiones de venta a estos precios. Dijo además que no debe olvidarse que en soja el Mercosur es el productor más grande del mundo, solo seguido por EEUU, por lo que lo que pase en esta región es “muy importante”. Afirmó que recién comienzan las primeras siembras y que “faltan todavía todas las aduanas”, lo cual puede generar “nerviosismo” y “oportunidades”. También si todo marcha bien —dijo— va a haber una presión a la baja en el mercado de la soja. Visualizó también algunas amenazas como la situación de Argentina, que tienen un stock muy importante, y que en caso de haber una devaluación, existe la probabilidad de que decidan volcarlo al mercado. “Hoy no venden esperando una devaluación, y se calcula que tienen en stock 25 millones de toneladas”, señaló. En el caso de que eso sucediera y se concretara una venta importante de la cosecha anterior, va a haber una presión “muy fuerte” en el mercado.
Por estos motivos entendió que las perspectivas de precio no son al alza. Aunque en estos últimos días ha habido algunas subas, entendió que estas son “técnicas”, generadas por “especuladores” que entran y salen del mercado. No obstante, consideró que el de la soja es un mercado “internacionalmente muy sólido”, con compradores en todo el mundo y donde todos los años, y no solo en China, aumenta su consumo. “Las perspectivas son muy buenas”, concluyó.