Ajeno a las presiones por la suspensión de clases presenciales, el gobierno extiende la medida a mayo por ser “lo menos malo”

REDACCIÓN  

La pandemia sigue asestando duros golpes al sector educativo. Si bien la suspensión provisoria de las clases presenciales en las escuelas, liceos y centros de UTU —aunque con asistencia virtual obligatoria— puede ayudar a reducir la transmisión del coronavirus, por sí sola es una medida “insuficiente”, en particular para las poblaciones infantiles más vulnerables donde “la brecha socioeducativa se ensancha peligrosamente”. Así lo advierten expertos científicos y del mundo académico, y comprueban a diario docentes, familias y alumnos, al tiempo que los sindicatos y la oposición presionan para que se tomen otras medidas que contengan uno de los efectos más crueles del Covid-19.

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