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    Blancos molestos por “ansiedad” del Partido Colorado en promover la figura de Robert Silva y “apropiarse” de reformas educativas

    Para el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), urge plasmar una reforma curricular integral en el sistema educativo nacional, cuyo proceso ya se ha puesto en marcha. La idea, contenida en el mensaje presupuestal que envió el Codicen al Parlamento, complementa una resolución en la que el ente definió una “hoja de ruta” para iniciar la transformación en marzo de 2023.

    El domingo 15, El Observador informó que el Codicen pretende reformar el bachillerato para instalar uno general interdisciplinario en el cual los alumnos de educación media superior reciban una formación general en los primeros dos años (cuarto y quinto) y en sexto elijan “énfasis” temáticos específicos, como por ejemplo, ciencias médicas o tecnologías.

    Las medidas proyectadas están recogidas en el documento Transformación curricular integral. Hoja de ruta, elaborado en el ámbito de la Dirección Sectorial de Planificación Educativa de la ANEP, dirigida por Adriana Aristimuño, que incluye una serie de “cambios sistémicos”, por ejemplo, en la formación docente inicial.

    Estas primeras pistas sobre la reforma curricular proyectada que detalló públicamente el presidente del Codicen, Robert Silva, recibieron ya fuertes cuestionamientos por parte de dirigentes del Frente Amplio y de gremios docentes.

    Según las autoridades educativas, la intención es cambiar aquellos planes y programas que “no responden a las necesidades de la sociedad del siglo XXI”, no motivan a los estudiantes y no fomentan la innovación ni la creatividad.

    Más allá de esta declaración de intenciones compartida por la coalición y detallada en la prensa por Silva y Aristimuño —ambos colorados provenientes del ala del excanciller Ernesto Talvi—, en filas blancas preocupan las formas en que se están anunciando los cambios en materia educativa.

    Los blancos perciben cierta “ansiedad” por parte de sus socios colorados en promover como “figura política” al titular del Codicen para encauzar la renovación partidaria y también al “apropiarse” de ideas y proyectos de la administración emulando el estilo de conducción “personalista” de Germán Rama, presidente del Consejo durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti (1995-2000).

    La lectura política que hacen algunos dirigentes nacionalistas es que “el Partido Colorado, por un lado, muestra cierta ansiedad en promover la figura política de Robert Silva y, por otro, busca apropiarse del rótulo de la reforma de la enseñanza”, aseguró a Búsqueda una fuente blanca del ámbito educativo.

    “Así como 25 años atrás lo hizo con el estilo personalista de Rama, el Partido Colorado quiere mostrarse como protagonista de la reforma educativa, cuando en realidad esta es una transformación colectiva y consensuada en la que participan muchos técnicos de distintos partidos”, puntualizó otro dirigente al explicar “el malestar” entre los socios coaligados para gobernar.

    “Hay mucha ansiedad (en el Partido Colorado) por generar hechos políticos o por posicionarse políticamente”, en particular sobre los temas educativos, indicó.

    Los blancos cuestionan, por ejemplo, las salidas “fuera de libreto” del presidente del Codicen y también de la secretaria general del Consejo, Virginia Cáceres, también colorada, que en actividades político-partidarias ha atribuido las transformaciones educativas al “liderazgo” de su partido.

    “El Partido Colorado tiene espalda para sostener una reforma educativa” y “volver a ser el motor de las transformaciones” de los cambios en la educación, afirmó Cáceres el jueves 12 en una reunión de la agrupación de gobierno del sector Batllistas en la Casa del Partido Colorado.

    Allí la jerarca dio cuenta de “los avances en materia educativa” y defendió “la alimentación de 170.000 escolares que se realiza a partir de esta administración, aún en vacaciones”, según destacó en un tuit su correligionario Tabaré Viera, hoy ministro de Turismo.

    Desde el Partido Nacional perciben que “esta captación política de las iniciativas institucionales desvirtúa el trabajo técnico en equipo del Codicen y hace que todo el mundo se ponga en guardia, a menos que pertenezca al Partido Colorado”, indicó una fuente.

    Silva, que lleva más de un cuarto de siglo en la tarea educativa e integró el equipo de Rama en los 90, minimizó el alcance de estos cuestionamientos que, además de no compartir, dijo desconocer.

    “Es una opinión y no estoy de acuerdo, además de no haber escuchado a nadie decirlo”, dijo a Búsqueda el también excompañero de fórmula presidencial de Talvi, que pasó a liderar la enseñanza justo cuando se desató en Uruguay la pandemia del Covid-19.

    Ahora el titular del Codicen pretende acelerar la agenda de cambios en la educación, apremiado por los tiempos que trastocó el coronavirus. Y una línea de acción que puso en agenda en estos días es precisamente la reforma curricular del bachillerato.

    En el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) también coinciden en la necesidad de una reformulación o actualización curricular, que es respaldada por el ministro Pablo da Silveira.

    Juan Gabito. Foto: Nicolás Der Agopián / Búsqueda

    Comunicar, comunicar, comunicar

    Si bien existe acuerdo general en el Codicen en la necesidad de actualizar los planes y los programas de estudio, algunos consejeros creen “imprescindible” un proceso de intercambio de ideas previo con otros actores del sistema.

    En particular, el consejero nacionalista Juan Gabito plantea, por ejemplo, una consulta preceptiva a las Asambleas Técnico Docentes de los subsistemas involucrados (las ATD de Secundaria y UTU), acorde a lo que establece la Ley General de Educación.

    Gabito entiende “apresurado” referirse públicamente al formato que tendrá el futuro bachillerato, anunciado por Silva en la prensa. “Todo este plan se discutirá el año que viene para recién ponerse en práctica en 2023, por lo que no hay nada resuelto todavía. Hay criterios conversados, pero no son definitivos”, dijo a Búsqueda el también extitular del Codicen.

    Gabito explicó que se pretende dar a los bachilleres una formación integral mediante “una cultura general”, y a su vez ofrecer una “parte propedéutica” o de preparatorio hacia un nivel superior. Y ahí se abre la discusión sobre si debe haber “muchos bachilleratos o un bachillerato solo”.

    “Hay quienes opinan que alcanza con una formación general, y otros, de la vieja escuela, que dicen que debe haber una preparación específica, porque no es lo mismo luego pasar a la Facultad de Derecho que a la de Ingeniería o de Economía”, dijo.

    El consejero aseguró que esa discusión “todavía no está saldada” y entiende “razonable” consultar, por ejemplo, a las instituciones de nivel terciario. A la Universidad de la República, por supuesto, dijo, “pero también a las instituciones privadas”.

    Por consiguiente, “la iniciativa en materia de comunicación fue un poquito anticipada con respecto a la reforma curricular en bachillerato”, valoró.

    Según Gabito, el Codicen tiene la responsabilidad de debatir y de resolver estos asuntos con otros actores antes de decidir con cierto consenso técnico y político. “Si me asesoro con cuatro o cinco personas, por mejores técnicos que sean, y luego pretendo imponer unas ideas, voy a encontrar una barrera muy fuerte, y de eso ya el país tiene experiencia”, advirtió.

    Y continuó: “Anticipando los tiempos, estamos generando más anticuerpos que opiniones a favor y sobre todo desdiciéndonos de los documentos ya emitidos. Porque para algo tenemos un plan que dice que todo el 2021 es de consultas, el 2022 es de elaboración y el 2023 es el de implementación”.

    “A veces parece que la necesidad de comunicar, comunicar, comunicar nos lleva a precipitarnos y el que se precipita, se precipita”, dijo el consejero, parafraseando al líder histórico colorado José Batlle y Ordóñez.

    Información Nacional
    2021-08-25T21:24:00