Dependiendo de la evolución de la demanda y de la duración del shock negativo en los precios de exportación, este año las pérdidas del sector lácteo podrían variar de US$ 4 millones hasta US$ 32 millones, considerando que el total de exportaciones de lácteos del Uruguay alcanzó US$ 650 millones en 2019, según estimaciones de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa), a las que accedió Búsqueda. Plantean una posible reducción de 4% en las exportaciones lácteas en 2020, respecto al año pasado, y diferentes escenarios de baja en los precios de los principales productos.
Comentó que considerando que la cadena láctea uruguaya tiene una “fuerte inserción en los mercados externos, porque el 70% de la producción se exporta, el Ministerio de Ganadería (MGAP) y el Instituto Nacional de la Leche (Inale) hicieron un seguimiento del comportamiento del mercado internacional en sus primeras adecuaciones al nuevo escenario”.
“Si bien podía esperarse una fuerte retracción de la demanda de lácteos como consecuencia de la crisis planetaria, la información de las exportaciones concretadas por Uruguay hasta abril no mostró cambios significativos, más allá de algunas leves fluctuaciones en volúmenes comercializados y precios obtenidos por los productos lácteos exportados”, analizó.
Y luego destacó: “En mayo se registraron algunos cambios con volúmenes y precios a la baja que parecen recoger directamente la referida contracción de la demanda por parte de nuestros principales clientes, algunos de ellos también afectados por la caída del precio del petróleo”.
Basándose en información proveída por las industrias del sector, Uriarte afirmó que “se cancelaron algunos negocios” y “otros fueron renegociados”.
Ese tipo de problemas pasó a ser una complicación más generalizada en ciertos sectores agroexportadores, ya que uno de los principales productos, como es la carne vacuna, registra situaciones parecidas, especialmente en China y en otros destinos (Búsqueda N° 2.074).
A diferencia de los cuatro meses precedentes, en mayo el panorama de las exportaciones lácteas por efecto del Covid-19 en los mercados mostró cambios en el sentido de un “desmejoramiento” de la situación si se compara con los registros de mayo 2019.
El titular del MGAP señaló que hay una “caída de la facturación de exportaciones lácteas uruguayas en todos los productos, que es de 42%”, debido a una disminución en las leches en polvo entera y descremada, además en quesos.
Mientras que los precios promedio de exportación se mantienen sin cambio en el caso de los quesos, registran caídas en las leches en polvo y en manteca. A modo de ejemplo, el precio promedio de exportación de manteca en 2019 fue de US$ 4.789 por tonelada y en mayo de este año cayó a US$ 2.911 la tonelada, según Inale con base en datos de la Dirección de Aduanas.
Mayo registró una “retracción” de los negocios en términos de volúmenes con una caída de los precios de “menor magnitud”, pero que “cambia la tendencia” hasta abril en el caso de las leches en polvo, que habían mostrado en el primer cuatrimestre un aumento de precios comparado con el mismo período del 2019, planteó.
La caída en el volumen de lácteos exportados en mayo le pegó fuerte en el caso de la leche en polvo descremada con 92%, de la leche en polvo entera con 40% y de los quesos en 45%, según datos de Inale. Solamente el volumen exportado de manteca tuvo un aumento, que fue de 33%.
Drástica reducción
Aludiendo al impacto del Covid-19 en los primeros meses del año, Uriarte admitió que en el mercado local la demanda estuvo afectada por la “drástica reducción” de actividad gastronómica y de esparcimiento, además por la “desaparición del turismo regional”.
Las ventas de algunos productos como los quesos, específicamente muzarella y otros, fueron los más afectados por esa caída, pero la situación fue “normalizándose” durante la pandemia en cuanto a la demanda del consumidor uruguayo, comentó.
El secretario de Estado participó de la conferencia virtual del IICA, que supuso un intercambio online con otros ministros de América Latina que repasaron la situación de cada uno de sus países sobre la producción de leche.
Contó que en los tambos uruguayos “la evolución de los costos en comparación con países competidores venía mostrando una tendencia desfavorable, lo que fue acortando las ventajas que el país tenía hace unos años y con la realidad de precios internacionales fueron disminuyendo los márgenes por litro de leche producida”.
En el eslabón industrial “la productividad comparativa de la mano de obra también aparecía como una debilidad creciente”, sostuvo.
Para el ministro de Ganadería, “la situación de disminución de la capacidad competitiva adquiere mayor vulnerabilidad para la sustentabilidad de la cadena láctea”. “Y a la vez implica una posible profundización de la contracción de la demanda mundial por lácteos y un ajuste de la oferta con delay”, señaló.
Eso ocurriría, según Uriarte, “más allá de las políticas instrumentadas por países productores que buscan bajar su producción para alinearla a las condiciones del mercado y evitar una caída mayor en los precios”.
Prioridad sanitaria
Uno de los ejes clave en la política del gobierno para la lechería es la “línea prioritaria” de monitoreo de la situación referida a la problemática sanitaria en los tambos y en las industrias, recalcó el titular del MGAP.
Respecto a las acciones y medidas adoptadas por ese ministerio y el Inale, como organismo asesor del Poder Ejecutivo, Uriarte valoró que se focalizó en la “difusión de medidas preventivas, protocolos sanitarios y planes de contingencia orientados a evitar la infestación y, en el caso que la misma se diera, a disponer de protocolos claros de intervención que permitieran asegurar la continuidad de las actividades productivas”.
Se desplegó una “comunicación intensa” al sector primario e industrial, “convergente con la política sanitaria nacional de distanciamiento social e higiene”, enfatizó.
Contó que “a la fecha (miércoles 3) no se han registrado casos de coronavirus en el sector lácteo, ni en las actividades de la producción primaria ni en el transporte lácteo, y tampoco en el eslabón industrial”.
En el sector se implementó el seguro de paro rotativo, cada 15 días, y se suspendieron algunas líneas de productos que no son tan demandados por su estacionalidad, como en el caso de helados, dulce de leche y yogures, precisó.
Destacó que la producción lechera uruguaya mantuvo la continuidad y la remisión de leche a plantas industriales en el primer cuatrimestre de 2020, en comparación con igual período del año anterior.
Pero los tamberos debieron enfrentar una situación en costos de producción comparativamente mayores, debido a un déficit hídrico que afectó a la principal cuenca lechera del país desde diciembre de 2019 y que se extendió a los primeros meses del año, comentó.
A raíz de ese fenómeno climático el MGAP declaró la emergencia agropecuaria en varios departamentos para otorgar asistencia financiera a los productores afectados. Esa medida fue concretada en un proceso gradual que llevó a ampliar el área incluida en esa situación.