Ese organismo informa que el año pasado los frigoríficos Pul, ubicado en Cerro Largo, y Carrasco, que son propiedad de otra firma de Brasil que es Minerva (Athena Foods), faenaron 331.745 vacunos, lo que comprendió 16,5% del total.
La industria frigorífica de capitales uruguayos que más ganado faenó en 2020 fue Las Piedras con 193.012 cabezas, lo que es 9,6%, señala.
Esa es la mayor participación que alcanzó dicho frigorífico en los últimos años, y las estadísticas del Inac indican un incremento en la actividad de esa planta a partir de 2017, cuando pasó las 170.000 cabezas anuales, luego en 2018, cuando superó las 180.000, y en 2019, que casi llegó a las 190.000. Señalan además que la empresa de capitales japoneses BPU faenó 155.701 vacunos (7,8%) en 2020, lo que representó una baja respecto a años anteriores, cuando registró faenas de entre 180.000 y 190.000 cabezas anuales y pasó a posiconarse entre los principales jugadores del sector. Dicho frigorífico fue adquirido en 2017 por la compañía NH Foods, de Japón. Mientras que otras firmas, que son propiedad de uruguayos y que figuran en los 10 primeros lugares del ranking de faena de 2020, como Pando y Bilacor (Frigoyi) faenaron 147.340 y 104.817 vacunos, respectivamente.
Una de las empresas que tradicionalmente se ubicó en los primeros lugares del ranking de faena en Uruguay es el frigorífico San Jacinto, propiedad del grupo argentino Pérez Companc. Pero en la última década entró a perder participación en el pelotón que lidera esa actividad, ya que tras faenar unas 120.000 cabezas anuales entre 2011 y 2015 luego subió a unas 130.000 en 2016 y 2017, hasta ese momento con una participación de 6% del total de faena, pero posteriormente entró en declive con 106.000 cabezas en 2018, 98.000 en 2019 y 86.000 en 2020 (4,3%), indica el Inac. Y muestra que en lo que va de 2021 esa firma tiene 4,8% de porción en el total de la faena de vacunos.
En lo que va del presente año la participación brasileña en la faena de vacunos aumentó, principalmente por el retorno a la actividad del frigorífico Canelones, que es propiedad de Minerva (Athena Foods).
Los datos de Inac del 1º de enero al 22 de mayo de 2021 indican que ese grupo de Brasil tiene 23% de la faena de ganado local y Marfrig tiene 25,3%, lo que representa casi la mitad del total.
Al sumarle la porción de otros frigoríficos de capitales extranjeros en la faena, la participación de empresas del exterior este año llega a 63%, algo más que en 2020.
Espacio de mercado
Más allá de algunos casos puntuales, este año la actividad de los frigoríficos ganó dinamismo de la mano de la demanda creciente de China y la faena de vacunos superó las 940.000 cabezas, lo que implica un aumento de casi 30% respecto al año pasado, según el Inac.
Cabe recordar que en 2020, en un contexto de pandemia que impactó negativamente en el mercado internacional de carne, la faena cayó 25% en comparación con 2019, que además fue un año prácticamente récord en los negocios del sector cárnico.
La caída de la oferta de carne de cerdo en el mercado chino por efecto de la peste porcina africana provocó una mayor demanda de esa y otras carnes, para asegurar el abastecimiento del gigante asiático. Eso favoreció las exportaciones cárnicas de Uruguay a China, aunque con ciertos ajustes a la baja de los precios en ese momento.
Actualmente, el negocio muestra señales favorables para los negocios de los frigoríficos exportadores en ese país asiático, principalmente por el espacio que dejó primero Australia. Y a esa situación se le sumó la reciente decisión del gobierno argentino de suspender las exportaciones de carne vacuna por 30 días, lo que representa otra oportunidad para la carne uruguaya.
Históricamente, la carne argentina fue una competidora directa de la procedente de Uruguay, además de correr con la ventaja de tener un prestigio ganado en los mercados del mundo.
Un destino de los más apreciados por los exportadores es Europa, debido a que los precios son mayores a los que reciben en otros países y donde la carne uruguaya siempre fue una alternativa a la originaria de Argentina.
Es habitual encontrar platos elaborados con cortes cárnicos del producto rioplatense en el menú que ofrecen los restaurantes europeos.
De hecho, el Inac estableció acuerdos con cadenas gastronómicas para la promoción de la carne de Uruguay, como es el caso del convenio realizado con la firma alemana Block House, que comprende una red de restaurantes y en los últimos años abrió una serie de locales con un perfil de comida rápida, denominado Jim Block.
Exportaciones y cambios
Los datos del anuario del Inac completan estadísticas de los últimos 10 años y en cuanto a la evolución histórica de las exportaciones muestran un incremento en el monto.
De US$ 1.300 millones generados en 2011 en esos negocios de colocación de carne vacuna, se pasó a superar los US$ 1.400 millones en 2012, luego llegó a algo más de US$ 1.500 millones en 2017, volvió a aumentar a US$ 1.670 millones en 2018 y marcó el récord con US$ 1.823 millones en 2019, indican.
A eso le siguió una disminución en 2020, cuando el monto de las exportaciones de carne bovina fue de US$ 1.593 millones. Considerando que fue el primer año de la pandemia, tampoco significó un desplome de los negocios.
Uno de los cambios más significativos que queda en evidencia al repasar los registros de las exportaciones es la importancia que pasó a tener China para la ganadería y la industria cárnica.
En 2011 el mercado chino apenas figuraba con 5% de participación entre los destinos de las ventas al exterior del principal producto exportable de Uruguay, como es la carne vacuna.
Hace 10 años unas 16.000 toneladas de carne uruguaya eran exportadas al gigante asiático. En ese entonces era Rusia el mercado preponderante con 33% de participación, unas 113.000 toneladas, según el Inac.
Ese organismo indica que en 2012 China empezó la carrera vertiginosa en cuanto a la demanda de carne de Uruguay, con 8% del total, unas 29.000 toneladas. Al año siguiente saltó al 26% con 92.000 toneladas.
El crecimiento adquirió mayor dinamismo en los años posteriores, principalmente desde 2015, al llegar al 45% de participación con 162.000 toneladas de carne exportadas a China, y siguió: en 2017 más de 200.000 toneladas, en 2018 con 248.000 toneladas y en 2019 con 311.000 toneladas y una participación de 66% en el total, muestran las estadísticas. Señalan a su vez que pese al contexto de la pandemia el mercado chino fue el destino de 235.000 toneladas de carne vacuna uruguaya y comprendió un 55% de participación.
También en el caso de las exportaciones de carne ovina el mercado chino ganó relevancia para asegurar los negocios del sector. Al inicio de la década el volumen de ese producto exportado a China era de unas 3.000 toneladas, y luego de ciertos altibajos en algunos años siguientes, ese país llegó a comprar más de 4.000 toneladas en 2018 y se duplicó al alcanzar las 8.000 toneladas en 2019, lo que representó algo más del 50% del total exportado, de acuerdo al Inac.
En 2020 el volumen de carne ovina exportado al país asiático trepó a 11.000 toneladas, con una participación de 63% del total. Esa tendencia continúa en 2021, con un destaque aún mayor, ya que entre enero y mediados de mayo el volumen exportado de dicho producto superó las 8.000 toneladas, lo que significó un aumento de 414% respecto a igual período del año pasado.
El análisis de la evolución histórica del monto de las exportaciones de carne ovina permite advertir que el negocio empezó una recuperación en los años recientes, tras una caída registrada en 2015 y en 2016.
Entre 2011 y 2014 esa exportación llegó a generar entre US$ 80 millones y US$ 95 millones, luego bajó a US$ 47 millones en 2016 y posteriormente se recuperó para alcanzar los US$ 76 millones en 2020, según el Inac. El instituto muestra también que en 2021, sin llegar a cerrar mayo, el monto de las exportaciones de carne ovina es de US$ 46 millones.
Pese al riesgo de concentrar los negocios mayoritariamente en China, el destino del 60% de la carne vacuna y el 85% de la carne ovina en volumen de exportaciones corresponde a ese país.
Entre los operadores del sector la sensación es que esa tendencia seguirá en los años venideros, aunque destacan que el grupo de frigoríficos exportadores tiene en cuenta la estrategia de diversificar la canasta de cortes cárnicos, dependiendo de las oportunidades que brinde cada mercado.