Los proyectos de ley para universalizar los cuidados paliativos y legalizar la eutanasia nacieron recién iniciado este gobierno, en el primer semestre de 2020, pero el derrotero que siguieron ha sido muy distinto. El primero se convirtió en ley el 1º de agosto, con apoyo unánime de todos los senadores, tal como había sido en diputados, en diciembre de 2021. Para el segundo, que tiene media sanción desde octubre de 2022, más allá del deseo de sus promotores y de que hipotéticamente cuenta con los votos necesarios para su aprobación, el camino aparece más trabajoso.
El presidente de la Comisión de Salud del Senado, el frenteamplista José Nunes, dijo a Búsqueda que ahora el Estado deberá garantizar que los cuidados paliativos, destinados a pacientes que están cursando enfermedades “graves, progresivas y avanzadas” que limitan “su pronóstico vital”, lleguen al 100% de su población objetivo en todo el país, tal como estipula la nueva norma. Un trabajo del Ministerio de Salud Pública (MSP), fechado en mayo de este año con base en números de 2022, estima que son 17.131 personas las destinatarias, de las cuales hoy recibe esta asistencia el 69,7%.
El 18 de abril, ante esa comisión, la ministra de Salud, Karina Rando, señaló que ese objetivo podía alcanzarse en un año y medio una vez aprobada la ley. Para ello, la Rendición de Cuentas 2022 dispuso una partida de $ 40 millones para la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Ese plazo es esgrimido por los detractores de la despenalización de la eutanasia como un argumento para quitarle urgencia al tratamiento parlamentario de esta iniciativa.
Prudencia Uruguay está elaborando un proyecto de ley que señala que recién “a un año a partir de la implementación real de los cuidados paliativos” se deberá examinar “si la eventual demanda de eutanasia en esas condiciones persiste o aumenta”. Esto se sustenta en el parámetro internacional que de 10 personas que piden una muerte anticipada, nueve cambian de opinión luego de recibir alivio a través de la medicina paliativa. Esta idea, en cuya redacción estuvo involucrado el psiquiatra Marcos Di Segni, llevaría al estudio de la eutanasia, por lo menos, a 2026.
Miguel Pastorino, vocero de Prudencia, dijo a Búsqueda que fueron notificados para asistir a la Comisión de Salud del Senado con esta iniciativa en una fecha aún no confirmada. Este proyecto, justificado por la “necesidad de tener un tiempo de implementación de los cuidados paliativos”, estaría pronto en octubre.
Tercer lugar
En la discusión parlamentaria entre los distintos sectores políticos había cierto consenso en que la aprobación de los paliativos era casi una instancia previa a dar el mismo paso con la eutanasia. Esta relación había sido admitida por el renunciante senador Daniel Olesker, del Frente Amplio, antecesor de Nunes en la presidencia de la Comisión de Salud. Sin embargo, el proyecto de ley está actualmente tercero en la lista de temas a estudiar, detrás de la prestación de asistencia obligatoria estatal a personas en situación de calle (proyecto por el cual ya estuvo en la comisión el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, el martes 8) y la prohibición de la pirotecnia de estruendo.
“El acuerdo era que trataran la eutanasia después de los cuidados paliativos y metieron estos dos proyectos por la ventana. Nos parece una completa tomadura de pelo, pero eso es consecuencia de que en la Comisión (de Salud) la mayoría es contraria a la eutanasia”, dijo a Búsqueda la vocera de Empatía, Florencia Salgueiro.
Nunes sostuvo que la intención de la comisión que preside es tratar el proyecto de ley de eutanasia este mismo año. “Si queda para el próximo, por más que sea electoral, entiendo que se podría abordar también”, agregó. En su opinión, aunque hay quienes intentan contraponer los cuidados paliativos a la eutanasia, se trata de proyectos “complementarios”.
El vicepresidente de la comisión, el nacionalista Amin Niffouri, dejó entrever que es más probable que 2023 no traiga novedades: “Pienso que el estudio de estos dos proyectos (anteriores) sí terminarán este año. No sé si vamos a poder comenzar el análisis de la eutanasia”. El senador blanco estimó que se requerirá la presencia de “10 o 12 delegaciones” para que brinden sus opiniones de este tema, algo que significará más dilaciones.
De los siete integrantes de esta comisión, los tres frenteamplistas (Nunes, Charles Carrera y Sandra Lazo) tienen posturas afines a la despenalización. Otros tres que ya se manifestaron en contra: Carmen Asiaín, del Partido Nacional, Guido Manini Ríos, de Cabildo Abierto, y Carmen Sanguinetti, del Partido Colorado. Niffouri es hasta ahora el único que no ha definido su posición.
Más allá de no lograr la mayoría en la comisión, la eutanasia puede tratarse en el Plenario del Senado. Ahí los equilibrios cambian y a eso apuestan las organizaciones civiles.
No encajonar
El jueves 3, Empatía coorganizó con el Partido Colorado un evento sobre la eutanasia. El martes 8 se reunió con el senador nacionalista Jorge Botana. La idea de la organización, indicó Salgueiro, es hacer “todos los contactos que sean necesarios con aquellos políticos cuya opinión no se conoce”.
De los 31 votos en el plenario del Senado, la eutanasia tiene a favor los 13 del Frente Amplio y en contra los tres de Cabildo Abierto. Esto repite la dinámica de lo ocurrido en Diputados, donde la media sanción se logró por 57 votos a 39. “Dentro de los partidos Colorado y Nacional no hay nada seguro”, señaló Salgueiro, cuya militancia comenzó luego de la muerte a los 57 años de su padre, Pablo, en 2020 por una esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
Según maneja la organización, de los cuatro senadores colorados, dos –Adrián Peña y Raúl Batlle– tienen una visión favorable a esta iniciativa. Dentro del Partido Nacional, recuerdan, Graciela Bianchi se expresó públicamente de forma afirmativa, Juan Sartori les expresó que “lo consideraría seriamente” y los diputados que responden a Jorge Gandini “aportaron sus votos” para la aprobación en Diputados. De confirmarse esto, las manos para la despenalización ya serían las suficientes.
Empatía prevé reunirse con la mayor cantidad de senadores posible. Peña, Niffouri, Batlle y Gandini están entre los próximos en la lista. “Vamos a reunirnos con todos los políticos y con las juventudes de todos los partidos”, indicó Salgueiro. La organización, junto con el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y el grupo Muerte Asistida Digna en Uruguay (MADU), que también solicitó audiencia ante la Comisión de Salud del Senado, estuvieron detrás de la visita en junio del médico neerlandés René Heman, residente de la Real Academia de Medicina de Países Bajos, primer país donde se legalizó esta práctica.
Salgueiro también participó del podcast Sin peies en la lengua, del rabino Hori Sherem, y prepara la realización de una pieza audiovisual con el testimonio de Beatriz Gelós, una profesora de Idioma Español con ELA diagnosticado desde 2008.
“Es difícil de imaginar lo que hablamos hasta que ves a estas personas. Por ellas es importante que este proyecto no se encajone. Por eso, cuando los senadores meten estos otros dos temas antes, dan la señal de que hay otras cosas más urgentes, y no hay que olvidarse de que detrás de esto hay gente, hay familias que merecen una solución. No es el tema del agua o los jubilados, que si pasa algo hay una marcha, pero sí hay una familia atrás. Y la respuesta de los legisladores es: esto no nos interesa”, indicó Salgueiro.
Suicidio
En la vereda de enfrente, Pastorino –doctor en Filosofía– sostiene que “apurar” la eutanasia es “borrar con el codo lo que se escribió con la mano”, en referencia a la celebrada aprobación de los cuidados paliativos. La prioridad de Prudencia es seguir impulsando la aplicación de esta ley, con el proyecto parlamentario ya señalado a la cabeza, además de participar en charlas académicas y de divulgación en colegios y otras instituciones, como sociedades médicas, donde dejan clara su postura contraria a la eutanasia.
Pastorino también apunta al vínculo entre la eutanasia y el suicidio. “Dicen que no tienen nada que ver y sí lo tienen. Es paradójico que unos suicidios nos escandalicen y por otro lado consideremos que hay que ser empáticos con otros”, subrayó. En referencia a las localidades del interior donde aún no llegó la universalidad de los cuidados paliativos, agregó: “Si alguien sufre, necesita alivio, no que le den la única opción de morir”.
Los detractores de la eutanasia coinciden en que el proyecto actualmente a estudio es “muy ambiguo”, “muy poco restrictivo” y que ofrece “pocas garantías”. En ese sentido, el senador Gandini –cuya opinión inicial es favorable a la legalización– dijo a Búsqueda que está trabajando en añadir al texto un capítulo “garantista” que incluya la participación de un psiquiatra que evalué si el paciente está en condiciones de definir su muerte y un asistente social que detecte o descarte violencia o presiones de su entorno para tomar esa decisión en el proceso.
“Que se agregue lo que haya que agregar, pero que el tema se discuta. Porque esta situación actual es la nada”, concluyó Salgueiro.