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El gobierno uruguayo tiene acordada una visita del canciller chileno, Heraldo Muñoz, a Montevideo para el 4 de octubre. Ese día, si ningún imprevisto ocurre en las semanas que faltan, se firmará un tratado de libre comercio (TLC) entre los dos países. Para el Poder Ejecutivo, que encabeza Tabaré Vázquez, tendrá un “efecto simbólico” más allá de los efectos económicos, que serán más limitados: se tratará de la firma de un TLC, una sigla que por sí sola genera resistencias en parte del Frente Amplio (FA), en momentos en que el Mercosur está paralizado.
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El acuerdo dará la sensación de que Uruguay no está “totalmente atado” a un Mercosur que “no funciona”, dijeron a Búsqueda fuentes del gobierno. “Ayuda mucho” a la imagen internacional tener un TLC de “cuarta generación” con Chile, un país que tiene decenas de tratados de ese tipo.
En el Poder Ejecutivo confían en que ese paso no encontrará demasiadas resistencias en la interna de la coalición y que permitirá preparar el terreno para una negociación con México, que sí será más complicada tanto en la interna de Uruguay como con la contraparte, explicaron los informantes.
“Cuarta generación”.
El miércoles 10, el canciller Rodolfo Nin Novoa concurrió a la comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados para hablar de la situación del Mercosur. En ese marco, el diputado Daniel Peña (Partido Nacional) aprovechó la oportunidad para preguntarle al Ministro en qué estaban las negociaciones de un TLC con Chile.
Nin respondió que por orden del presidente Vázquez su Ministerio había iniciado un proceso de negociación con Chile con el objetivo de alcanzar un acuerdo comercial de “cuarta generación”. El director para Asuntos Económicos de la Cancillería, Ricardo Nario, explicó que el acuerdo que se firmará con Chile en octubre no viola las normas del Mercosur, que exigen a los socios una autorización expresa para negociar un TLC con terceros.
Nario dijo que en materia de bienes no habrá demasiadas novedades porque ya están desgravados. Aunque sí habrá novedades en los “capítulos” del acuerdo vinculado al “comercio electrónico, medio ambiente, normas laborales, género y comercio (…), cooperación, coherencia regulatoria, compras públicas, transparencia y anticorrupción”. El TLC también abordará el intercambio comercial de las pequeñas y medianas empresas.
“Muy genérico”.
Desde que asumió, el nuevo gobierno ha planteado su objetivo de “abrir” a Uruguay al mundo en materia comercial, lo que le ha valido críticas desde el oficialismo. El primer golpe para las intenciones del Poder Ejecutivo llegó cuando el Frente Amplio resolvió que el país se retirara de las negociaciones para alcanzar un acuerdo global de servicios (TISA, por sus siglas en inglés). Ahora, la posibilidad de dar un paso en esa dirección con un TLC con Chile genera dudas en la interna del Frente Amplio y el PIT-CNT.
El jueves 11, el Ministerio de Trabajo cumplió con el compromiso asumido por Vázquez de informar a los sindicatos y convocó al PIT-CNT a una reunión. Federico Barrios, uno de los representantes de la central en el encuentro, dijo a Búsqueda que no están en condiciones de hacer una evaluación completa porque apenas pudieron conocer el capítulo “laboral” del acuerdo que, además, tenía un contenido “muy genérico”.
Según contó Barrios, miembro del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT y dirigente de la Federación de Obreros y Empleados Molineros y Afines, el acuerdo recogerá las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pero no prevé sanciones en casos de incumplimiento. En paralelo, se aplica la normativa laboral de cada país.
“Eso nos deja en una situación muy complicada con Chile porque ellos no tienen negociación colectiva y los trabajadores no tienen los mismos derechos que en Uruguay. Es decir que, al no haber barreras arancelarias, las empresas de acá competirán con las de allá en desigualdad de condiciones”, valoró.
Por último, Barrios cuestionó la “imprecisión” de algunos términos del acuerdo. Por ejemplo, afirmó que el capítulo establece que las condiciones salariales deben ser “aceptables”.
El próximo miércoles 24 se desarrollará una nueva reunión en el Ministerio de Trabajo. El PIT-CNT concurrirá con abogados y técnicos del Instituto Cuesta Duarte para dar una devolución del capítulo laboral. La central pidió además que a ese nuevo encuentro concurran representantes del Ministerio de Relaciones Internacionales y brinden información sobre los demás capítulos del acuerdo.
Una vez que el acuerdo sea firmado por los gobiernos de ambos países debe ser ratificado a nivel legislativo.
El diputado Roberto Chiazzaro (Partido Socialista) dijo a Búsqueda que es importante que el Parlamento conozca el contenido del acuerdo antes de que se firme. Es necesario que eso ocurra porque “hay determinados sectores que al enterarse de los detalles puedan advertir si implican dificultades para el país”, explicó.
El legislador Daniel Caggiani (Movimiento de Participación Popular) también reclamó que la Cancillería envíe la información a la bancada oficialista, como habían acordado con Nin en una reunión de la Agrupación Nacional de Gobierno. Caggiani no está muy preocupado por el acuerdo con Chile ya que “no cambia demasiado” la situación actual del intercambio de bienes entre los dos países. Sí le preocupa el que Uruguay comenzará a explorar con México en los próximos meses.
Para el gobierno la posibilidad de un acuerdo con México es “más atractiva” porque las exportaciones a ese país están limitadas en cuotas anuales, explicaron fuentes del gobierno. La primera reunión exploratoria está prevista para setiembre.
Caggiani dijo a Búsqueda que hay que tener cuidado a la hora de negociar con México porque hay diversos sectores de la economía uruguaya que se pueden ver afectados.
