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    Elecciones en Argentina: ¿Quién es Menem? ¿Massa o Milei?

    Columnista de Búsqueda

    El futuro presidente argentino quedará definido entre dos dirigentes que de algún modo sueñan con parecerse al último líder que encaró en la Argentina un proceso de reformas modernistas: Carlos Saúl Menem, que presidió el país entre 1989 y 1999. Su gobierno fue peronista y de derecha.

    Según quedó establecido en las elecciones presidenciales del domingo 22 de octubre, los resultados finales fueron así: Sergio Massa, candidato por el oficialismo, peronista, kirchnerista y hoy ministro de Economía de Argentina (todo junto, créase o no), obtuvo el 36,68% de los votos. Javier Milei, un candidato de derecha y libertario, 29,98%. Y Patricia Bullrich, de la coalición de centroderecha, 23,83%.

    El 19 de noviembre Massa y Milei definirán en balotaje. El ganador asumirá el nuevo mandato unas semanas más tarde, el 10 de diciembre. Y que Dios lo ayude: heredará una economía con casi 200% de inflación.

    Si las posiciones de Massa y Milei sobre qué hay que hacer a partir de ese día fueran representadas cada una con una cruz sobre una línea horizontal de izquierda a derecha, ambas se ubicarían en dos extremos opuestos.

    Pero es esperable que de aquí al balotaje esas cruces se acerquen entre sí. No quedarán juntas, pero sí más cerca.

    El candidato del peronismo, en su discurso del domingo luego de los resultados, no solo no mencionó a Cristina Kirchner, ni al gobernador reelecto de la provincia de Buenos Aires (la más grande de Argentina), Axel Kicillof, los dos exponentes de las visiones más de izquierda y anacrónicas de la coalición del gobierno argentino (el kirchnerismo), sino que al día siguiente dijo que la economía argentina debía recuperar rápidamente el equilibrio fiscal y registrar un superávit fiscal equivalente a un punto del PBI para el año que viene. Ello es música para los oídos de Wall Street, los mercados y el FMI.

    Milei, por su parte, parece haber alcanzado el límite máximo en sus posturas liberales y busca moderar ahora su discurso.

    El libertario, que desafía las ideas del peronismo clásico y del kirchnerismo, reivindicó siempre el gobierno de Menem. Cita un trabajo académico del economista e historiador argentino Gerardo della Paollera, un paper que repasa más de un siglo de historia económica argentina y concluye que la gestión de Menem fue la que mejor resultados produjo sobre la economía, al contemplar un abanico amplio de variables.

    El expresidente Menem fue un caudillo peronista caricaturizado o ridiculizado muchas veces por sus patillas largas y que antes de llegar a la Rosada había sido un gobernador de la provincia de La Rioja. Desembarcó en la presidencia prometiendo un programa de corte populista a partir de aumentos en los salarios y cuando asumió se despachó con un serie de reformas del Estado que significaron un giro de 180° respecto a los mitos peronistas. Menem abrazó las políticas neoliberales del Consenso de Washington de la década de los 90.

    Los chistes y los memes muestran a Milei hoy con patillas como Menem en el 89. ¿Será porque en caso de que gane ‘se las quitará’ como el expresidente y aplicará una reforma?

    Algo parecido sucede con Massa. Si bien el ministro es un dirigente histórico del peronismo, sus primeros pasos provienen de un partido de derecha en la Argentina que en la década del 80 supo tener protagonismo electoral, como la Ucedé. Luego Massa ‘saltó’ al peronismo y en los últimos 15 años directamente abrazó al kirchnerismo respaldando las ideas más intervencionistas del Estado en la economía, como la estatización del sistema previsional que en los 90 había instaurado Menem. Ahora muchos sospechan que Massa, si gana la presidencia, volvería a su viejo primer amor.

    A 20 años del arranque del kirchnerismo y en los que Massa ejerció un rol central, la demanda de un cambio de eje en la economía regresó con énfasis y la revalorización de Menem cobró momentum.

    Hay una explicación. Y es que Menem en 1989 arrancó desde un punto de partida muy parecido al que la Argentina atraviesa hoy en 2023.

    Carlos Menem gobernó Argentina entre 1989 y 1999

    Veamos.

    El contexto inflacionario es de una tasa cercana a 200% para fin de año. La brecha entre los tipos de cambio oficial y paralelos está arriba también de 200% (de hecho, es la más alta desde 1989, cuando llegó Menem). Y se acumula una escalofriante cuenta de letras remuneradas del Banco Central de la Argentina que no hacen más que retroalimentar más la inflación.

    Como dice la economista argentina Marina Dal Poggetto, “el ‘síganme, no los voy a defraudar, el salariazo y la revolución productiva’ se transformaron en ‘conmigo la casta va a ser quien pague el ajuste’ y ‘démosle a la gente lo que quiere, dólares en vez de pesos y de paso dinamitemos el BCRA, así evitamos que en el futuro alguno de estos de la casta vuelva a usar la maquinita’”.

    Continúa Dal Poggetto: “Milei quiere ser Menem, a quien referencia como sin dudas el mejor presidente de la Argentina del último siglo. Incluso se dejó crecer las patillas en el último tiempo”.

    “Massa quiere ser Menem. Sus orígenes de la Ucedé y el pragmatismo extremo llevan a quienes lo conocen de cerca a responder con contundencia frente a la pregunta quién es Massa: ‘Massa es Menem’”.

    El problema para Massa fue que en su desesperada búsqueda por conseguir el poder, ha cambiado tantas veces el discurso y las alianzas que crea una confusión enorme entre sus mismos aliados de Unión por la Patria.

    Días atrás los periodistas argentinos Carlos Pagni y Marcelo Longobardi conversaban en la televisión acerca de uno de los límites de las elecciones presidenciales en la Argentina: y es que el resultado consagra la voluntad popular, pero no termina la pelea por el poder. Y más dentro del peronismo.

    Por ejemplo, líderes importantes como Menem, y ni hablar Néstor Kirchner, tuvieron que pelear por retener el poder e incluso imponerse dentro de la propia estructura partidaria, pese a estar al frente de la Casa Rosada.

    No hay ninguna duda de que Massa sabe todo esto y conoce cada rincón del poder. No demorará lo más mínimo en actuar así a partir del 10 de diciembre.

    Sin embargo, para llegar a ser Kirchner antes tiene que haber un Duhalde y para llegar a ser Menem de 1991 antes hay que estabilizar la situación y eso lleva tirando “a un año”, dice un economista de trayectoria que pide no ser nombrado.

    La pregunta es cómo Massa piensa encarar la transición hasta convertirse en ese líder del peronismo en el que ya sí puede pensar en el poder.

    La economía enfrenta desequilibrios severos, superiores a los que heredó Mauricio Macri en 2015, con un déficit fiscal de cerca de 4% del PBI, según estimaciones privadas, y una inflación estacionada en los dos dígitos mensuales. Encima hay precios reprimidos (como las tarifas y medicina prepagas) que cuando sean sincerados o actualizados, la inflación irá para arriba y no para abajo.

    ¿Massa recibirá el apoyo de su partido para sincerar una situación que el mismo peronismo creó durante estos años?

    Está claro que la Argentina hoy no enfrenta un riesgo de chavización o radicalización de su economía como había pasado con Cristina Kirchner. No con Massa y Milei en el balotaje, que expresan y manejan ambos ideas a favor del mercado.

    Pero sí el principal desafío para que el país vuelva a entrar en un sendero de crecimiento ya no es un cambio de expectativas, o el envío de señales como muchos economistas piensan o la extracción de recursos naturales como el litio o el gas. Hacen falta reformas de índole institucional (básicamente sanción de leyes que aseguren el cumplimiento de contratos y regulaciones acordes a los estándares internacionales y que le permiten a la Argentina competir) y económicas (las empresas necesitan adecuar sus costos a la realidad del mercado).

    Es difícil ver cómo Milei podría llegar a sortear esos desafíos con menos de 40 diputados y apenas un puñado de senadores.

    Queda entonces el rol de Massa. ¿Le habrá guardado la historia un lugar entonces a Massa para llevar adelante la principal traición en la historia del peronismo moderno?

    Habrá que ver. En principio conducirá el ajuste más severo que el peronismo se autoheredó y ahora deberá arreglar.

    * El autor es editor jefe de Economía en el diario Clarín. Especial para Búsqueda.

    2023-10-25T17:34:00