El 1% de incremento en la proporción de la erosión sobre el volumen de la capa superficial original del suelo en un campo está asociado al decrecimiento de 0,22% en el precio por hectárea, en promedio.
El valor de la reciente venta de una estancia en Young fue “castigado” por el deterioro en el suelo, según operadores
El 1% de incremento en la proporción de la erosión sobre el volumen de la capa superficial original del suelo en un campo está asociado al decrecimiento de 0,22% en el precio por hectárea, en promedio.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEsa es una de las conclusiones y resultados preliminares del informe titulado El precio implícito de la erosión en Uruguay: una estimación con “derrames espaciales”, que elaboró un grupo de investigadores encabezado por el doctor en Economía de los Recursos Naturales Marcelo Caffera, profesor de la Universidad de Montevideo (UM).
Con un precio promedio de US$ 3.520 la hectárea sobre una muestra de 3.563 establecimientos rurales, eso da aproximadamente US$ 7,7 por hectárea, calcula el informe.
Señala que dado que la extensión en promedio de cada predio estudiado era de 134,4 hectáreas, la pérdida media de ese campo es de US$ 1.040, lo que equivale al 1% de erosión.
El grupo de investigación que trabajó en los últimos años en el tema estuvo integrado por Felipe Vásquez, Daniel Rodríguez, José Hernández, Leonidas Carrasco-Letelier y Mariela Buonomo.
Esos técnicos se desempeñan en la UM, en la Universidad de Desarrollo de Chile, en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y en la Oficina de Programación y Política Agropecuaria.
El informe fue analizado recientemente en el Ministerio de Ganadería y ajustado en algunos puntos vinculados a las estimaciones y valoraciones del plan de uso y manejo del suelo, que aplica esa cartera de Estado, específicamente en la producción de granos.
“Hemos encontrado evidencia de un impacto negativo y significativo de la erosión en el valor de la tierra”, enfatizaron los investigadores en el trabajo.
Adicionalmente, encontraron evidencia respecto a que un aumento de 1% en la tasa de erosión en establecimientos ubicados dentro de un radio de 50 kilómetros incidió en el valor de un campo que fue transado en los últimos dos años. El “efecto indirecto” fue una “reducción en el precio por hectárea de 0,05% en promedio”, indicaron.
Consideraron que con ese trabajo el grupo provee un “aporte valioso” a los generadores de políticas públicas en Uruguay y otros lugares para “poder estimar los beneficios económicos de los planes de conservación de los suelos” productivos.
Los investigadores reconocen que su cálculo de estimación del impacto de la erosión en el mercado de tierras no incluye una valorización del beneficio económico del plan de uso y manejo de los suelos.
Las medidas de control para el cuidado en la explotación de las tierras implican reducir las “externalidades negativas” de la erosión del suelo, como el “bloqueo de la penetración de luz en los cursos de agua que deteriora las funciones biológicas, como la fotosíntesis”, advirtieron.
Comentaron además que el mal uso del suelo puede “alterar los sitios donde deshovan los peces”, el “sobreenriquecimiento de los cuerpos de agua con nitrógeno, fósforo y otros nutrientes que son transportados con el suelo”, entre otros efectos negativos.
Caffera destacó a Búsqueda que la investigación es una de las primeras a escala internacional en la búsqueda de una aproximación en cuanto al impacto económico de la erosión en el precio de la tierra. Atendiendo a la importancia que alcanzó el tema del cuidado del medio ambiente y los recursos naturales en el mundo, ese tipo de estudios pone sobre la mesa elementos y números para avanzar en su tratamiento.
Operadores del mercado de campos consultados por Búsqueda confirmaron que los problemas de erosión en los suelos impactan en el precio de las tierras.
Los potenciales interesados en adquirir un campo, cuando advierten situaciones de deterioro en el predio, “lo descartan o lo castigan en el precio” que ofrecen pagar, afirmaron.
Contaron un caso concreto registrado este año en el que se dio una situación de ese tipo: la transacción del establecimiento denominado La Esmeralda, en la zona de Young, que se vendió a un precio de US$ 6.700 la hectárea. Se trata de un campo agrícola que tiene un índice de productividad de 200 —siendo el promedio país de 100—, pero tenía una compactación importante y entonces el precio fue castigado, ya que requerirá de medidas para su recuperación, explicaron. Precisaron que el predio tiene una extensión algo superior a las 1.000 hectáreas y fue adquirido por un fondo de inversión de Alemania.
Al igual que en ese caso, también es frecuente que se den situaciones similares en el mercado de tierras, cuando los interesados analizan el estado del suelo y las condiciones que permiten verificar problemas de erosión.
Tal vez un establecimiento rural tiene factores positivos, como la cercanía a rutas, poblados o a algún puerto, pero la explotación intensiva realizada sin los manejos adecuados para mitigar o reducir el impacto en el suelo termina perjudicando su valor en el mercado.