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Al día siguiente de que el Poder Ejecutivo anunció un aumento de tarifas, que incluía un 5% para UTE, la presidenta del ente tuvo una intensa jornada de firma de decretos y resoluciones. Era el penúltimo día del año, y el Palacio de la Luz no hacía honor a su nombre. Oscuridad en varios pasillos y contados funcionarios en el camino hasta llegar al despacho del noveno piso, donde su presidenta, Silvia Emaldi, analizó en diálogo con Búsqueda lo que significó el 2020 para la empresa estatal de electricidad. “El año de la pandemia”, sí, pero también para muchos un año con un déficit hídrico.
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Meses atrás, en abril, cuando el Covid-19 llevaba poco más de un mes en Uruguay, la demanda de electricidad ya presentaba una disminución de 5% y eso había generado un impacto en los ingresos de UTE, según dijo entonces Emaldi (N° 2.068). En ese momento se proyectaba una baja anual de 4%. Ahora afirma que esa estimación resultó “más pesimista que la realidad”, ya que el 2020 habría cerrado con un “leve incremento” —de 0,4%— de la demanda respecto al 2019. La suba estuvo dada por un mayor consumo por parte del sector residencial (5,6%), impulsado por una mayor presencia de las personas en sus hogares.
En el sector no residencial, la demanda de electricidad disminuyó 3,6% en comparación con el año anterior.
Como muchos organismos, UTE tuvo que posponer algunos proyectos y ofrecer soluciones a la situación de sus clientes ante la emergencia sanitaria que derivó en mayor desempleo y otros problemas laborales. Para unos 24.000 clientes, por ejemplo, impulsó un plan para que a partir de octubre pudieran financiar sus saldos de facturas pendientes hasta en 12 cuotas sin recargo. En el sector empresarial, dio descuentos para rubros como los hoteles, restaurantes, agencias de viajes y salones de fiestas. Fueron unos US$ 20 millones en total los que la estatal eléctrica resignó con esas medidas, informó la jerarca.
UTE cerrará en marzo su balance de 2020, pero la estimación inicial es que habría ganado unos US$ 100 millones; eso es 56% menos que en el ejercicio anterior (US$ 180 millones).
Generación
Pandemia y sequía mediantes, en 2020 la mayor parte de la electricidad de la matriz de UTE fue de origen renovable (89%), una disminución respecto al año anterior (había sido de 98%) explicada por la menor generación hidráulica, que bajó de 55% a 34%. Otro 7% fue de origen térmico; la Central de Ciclo Combinado de Punta del Tigre, en particular, operó varias semanas al 100% de su capacidad, contó Emaldi.
A través del Fondo de Estabilización Energética, creado justamente para reducir el impacto del déficit hídrico, unos US$ 70 millones sirvieron para “amortiguar” un mayor costo de la generación térmica, explicó. Para el 2021 se espera que el gasto en combustible sea de US$ 140 millones, ya que se espera que la sequía continúe hasta marzo.
Una porción menor de energía que abasteció UTE (4%) se importó desde Argentina. De todos modos, el ente exportó más —por US$ 97 millones en total— de lo que compró tanto a ese país como a Brasil en 2019.
El viernes 1° entró en vigor un ajuste de tarifas eléctricas de 5%, una cifra que estuvo “acorde a lo propuesto” por el directorio de UTE y “bastante por debajo de la inflación”, aseguró su presidenta. Además, explicó que aquellos clientes que tengan contratadas tarifas de doble y triple horario, en el marco del Plan Inteligente que UTE lanzó a partir de 2021, verán una reducción de 7% en sus facturas porque ese plan ya preveía una disminución de 15% en términos globales. UTE cuenta con 110.000 clientes adheridos a esos planes y, hasta junio, ofrece la posibilidad de continuar incorporándose.
Ejes.
En noviembre pasado UTE realizó un encuentro con el directorio y los gerentes de sus principales áreas para definir las bases de su “nuevo modelo de negocios sostenible” hacia el 2024, con cinco ejes estratégicos. El primero de ellos refiere a una mejora en la calidad del servicio ofrecido, y una mejora del desarrollo del sector productivo en el país.
El segundo eje se relaciona con la regulación que comprende al ente. En el marco de la Ley de Urgente Consideración se estableció como responsable de la definición de la tarifa técnica de UTE a la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea). “Desde UTE entendemos que es momento de actualizar el marco regulatorio del sector eléctrico, y entonces allí hay un fuerte compromiso en asumir el rol preponderante que tenemos en todas las actividades del sector eléctrico”, expresó Emaldi. Por otro lado, el marco regulatorio de UTE fue definido en 2002 y, según Emaldi, no contempla el desarrollo de las energías renovables en el país.
Un tercer eje tiene que ver con la “descarbonización” del transporte. Esto significa tender a dejar de usar combustibles fósiles y potenciar la movilidad eléctrica, no solo en el transporte público sino también en flotas de vehículos de empresas y a nivel particular. UTE tiene la ambición de cerrar el 2021 con “un punto de carga cada 50 kilómetros en las rutas nacionales”, informó.
Para incentivar la adquisición de vehículos eléctricos, el ente también trabaja en acciones conjuntas con el Banco República (BROU) y con República Administradora de Fondos de Inversión (Rafisa). Una alternativa que manejan es la creación de un fideicomiso para facilitar la compra de ese tipo de automóviles y se evalúa la posibilidad de impulsar mecanismos tipo “leasing”. El BROU, por su lado, trabaja en el diseño de planes de financiación flexibles para clientes que adquieran vehículos eléctricos.
El cuarto y quinto eje tienen que ver con cambios y mejoras internas de UTE. “Queremos promover una toma de decisiones y una gobernanza que haga que los procesos en la empresa sean más simples, transparentes y eficientes”, dijo Emaldi.
Por último, buscando ser “un lugar mejor para trabajar”, UTE impulsará prácticas de liderazgo, más investigación y desarrollo, y una mayor efectividad en los procesos, anunció Emaldi.
