Y los valores de la hacienda siguen en alza con un precio del novillo gordo que varió entre US$ 4,22 (para abasto) y US$ 4,32 (para exportación) entre fines de octubre y primeros días de noviembre, al igual que otras categorías, según datos de la Asociación de Consignatarios de Ganado.
Consultado sobre si una medida de ese tipo ya llegaría tarde, el titular del organismo señaló que si se hubiese adoptado esa decisión y hoy no estuviera China con su demanda actual de carne, quizá el mercado estaría más frenado y sería otra la situación.
“Uruguay tiene una política muy definida y clara para el sector cárnico”, “esas son las reglas de juego” y “si uno empieza a tocarlas en un sentido o en otro, empiezan los problemas”, advirtió.
La pieza que falta
A pedido del Ministerio de Ganadería (MGAP), el Inac realizó un estudio sobre el tema y en la respuesta correspondiente emitió algunas sugerencias al Poder Ejecutivo.
La recomendación de ese organismo respecto a la exportación de ganado en pie enviada al ministro de Ganadería, Enzo Benech, que fue “aprobada por unanimidad” en la Junta Directiva, fue “no cambiar la política oficial” sobre ese negocio. “Que la exportación de ganado en pie siga abierta, pero hay que habilitar también la importación” de vacunos, dijo Stanham. Argumentó: “Lo que debería suceder es que ante una falta de ganado se puede traer de la región, lo que le daría un poco más de holgura a la industria frigorífica para trabajar mejor”.
Uruguay tiene “muchos mercados abiertos” para exportar carne, “todos los frigoríficos están habilitados para exportar, hay libre importación de carne mientras se cumplan los requisitos sanitarios, hay libre exportación de ganado en pie, pero está faltando una pieza”, reconoció.
Ante el incremento en el precio de los vacunos en el mercado uruguayo, algunos frigoríficos iniciaron gestiones en el MGAP para importar animales para su faena y comercialización de la carne en el abasto local (Búsqueda Nº 2.019), pero hasta el momento no se registró ningún negocio de ese tipo.
Consultado sobre los motivos que impiden la concreción de los pedidos tramitados para importar ganado de la región, el presidente de Inac descartó que sea por un eventual riesgo sanitario y respondió que “Uruguay construyó un acceso a mercados diferenciándose de la región, porque era efectivamente diferente a los países vecinos”.
“Con la fiebre aftosa controlada, con la trazabilidad individual y obligatoria del ganado instalada podía mostrarse en una situación sanitaria más controlada” que el resto de la región, justificó.
Entre otros argumentos, el titular de Inac comentó que Uruguay tiene 76 puntos de un máximo de 100 en el ranking de acceso sanitario en los mercados, que elabora el Inac, lo cual es una posición muy parecida a países como Canadá, Nueva Zelanda y Australia, mientras que los países de la región están por debajo de los 60 puntos de acceso.
Para la importación de ganado se deben resolver los asuntos entre las autoridades sanitarias de cada país, de Uruguay con Brasil, con Argentina y con Paraguay, planteó.
Y aseguró que “Estados Unidos (EE.UU.) importa ganado en pie de México, lo traza en el momento en que ingresa a su territorio para cumplir con los mercados que le exigen trazabilidad, y le aplica su tratamiento sanitario”.
Esos animales “son incorporados a sus protocolos sanitarios y EE.UU. puede faenarlos y exportar la carne como si fuera un producto estadounidense”, indicó.
Para avanzar en el objetivo de importar ganado, Stanham explicó que “Uruguay tiene que demostrar que la región es homogénea (en lo sanitario), que lo está siendo, para mostrar que aún importando ganado de los países vecinos, puede cumplir los requisitos sanitarios de los protocolos”.
En cuanto a los plazos para concretar la importación de vacunos, el titular de Inac dijo que “es un trabajo sanitario que tiene que ser objetivo del gobierno en los próximos años”.
Calculó que “para este año es muy difícil, pero se puede enfocar como un tema de mediano plazo”.
La recomendación de importar ganado en pie “no hay que mirarla como un tema de mañana, sino como una medida que precisa el complejo cárnico para tener una sostenibilidad a largo plazo, con las reglas de mayor apertura posible”, señaló.
Al enfatizar la importancia de esa medida, Stanham advirtió que “si se repiten períodos de alta extracción, que luego llevan a períodos de baja faena, y las empresas trabajan por debajo de su punto de equilibrio, eso es un desincentivo para que la industria frigorífica invierta, mejore sus estándares de calidad, conquiste mercados, capacite su personal y reciba auditorías cada vez más exigentes de sus clientes y las cumpla”.
“Es una preocupación de todo inversor saber con cuáles reglas de juego se tiene que desempeñar”, dijo. Y acotó: “Lo peor que puede pasar es que uno planifique y después la materia prima no esté”.
En abril el Ministerio de Ganadería convocó a las distintas partes involucradas en el sector cárnico, a los ministerios de Trabajo y de Industria, a las gremiales agropecuarias, a las asociaciones de las empresas frigoríficas, a los sindicatos y al Inac para analizar que “se avizoraba una situación compleja”, recordó.
Dijo que la idea es continuar conversando sobre el asunto.
Al repasar algunas interrogantes sobre la situación y las medidas al alcance del gobierno, Stanham comentó que “hay un juego de negocios globales y empresariales que no están al alcance de uno como para poder gobernar”.
“Si la pregunta es: ¿hoy hay faltante de ganado debido a la exportación en pie?, la respuesta es sí, pero la situación es más compleja que eso solamente”.
Sostuvo que “hay falta de ganado porque la extracción es más alta de lo que nuestro sistema ganadero tolera, que debería ser de poco más de 20% anual, y se viene por arriba de eso, en casi 25% en 2017-18”.
“Eso fue debido a la alta faena y a la exportación en pie”, insistió.