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Interés argentino por invertir en Uruguay se “multiplicó por seis”
Aunque la recepción de capitales extranjeros cayó en los primeros meses del año, a futuro “el manejo de la pandemia fortalece” la “imagen” del país, afirma el director de Uruguay XXI
Plaza Independencia, Montevideo. Foto: Nicolás Celaya /adhocFOTOS
Simultáneamente, empresas de todo el mundo y de distintos sectores de actividad afectadas por el shock económico provocado por la pandemia han paralizado o postergado los planes de inversión que tenían para expandir su negocio. Ello repercutió negativamente en las corrientes de inversión extranjera directa (IED) a escala global, que según algunas estimaciones caerán en torno a 40% este año —en promedio— y continuarán reduciéndose en 2021, con impactos que “posiblemente sean permanentes”.
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En ese contexto, en Uruguay la IED “se mantendrá en niveles mínimos” este año, indica el Instituto Uruguay XXI en un reciente informe. “Está muy claro que la pandemia, no solo en Uruguay, sino en todo el mundo, ha hecho poner en pausa muchos proyectos de inversión; son efectos más bien transitorios, que una vez que tengamos la vacuna y podamos volver a una situación más parecida a la normalidad se van a retomar”, dijo a Búsqueda el director ejecutivo de esa agencia de promoción de exportaciones e inversiones, Jaime Miller. “Uno no decide una inversión en medio de una pandemia, sino que son procesos largos en los que intervienen muchos actores. Es cierto que la gente quiere tocar antes de venir. Pero hemos hecho muchos avances con reuniones virtuales y, en definitiva, la institucionalidad de Uruguay en el manejo de la pandemia fortalece su imagen. Y una vez de vuelta a la normalidad, eso nos va a hacer plantar como país de otra manera frente a los inversores”, estimó.
Como indicio de ello, Miller destacó que en el período enero-agosto Uruguay XXI atendió 96 nuevas consultas de inversión de empresas extranjeras, lo que significó un incremento de 33% frente a igual lapso de 2019. Ese aumento se explica, sobre todo, por el mayor interés de empresas argentinas, que “con la pandemia se multiplicó por seis”.
Argentina fue históricamente el segundo inversor en stock de IED en Uruguay. Pero ahora, a diferencia del interés tradicional por los negocios inmobiliarios y el agro, consultan además por proyectos en tecnología, audiovisual y servicios profesionales.
Miller consideró “posible” y “sostenible” que se recuperen los flujos de IED captando inversiones del país vecino porque Uruguay “ha mantenido la estabilidad en las reglas de juego, lo que favorece la atracción de capitales argentinos y de otros (orígenes) también”.
En perspectiva, aunque es “muy difícil” cuantificar y hacer proyecciones de los flujos de IED hacia Uruguay en los próximos años, Miller señaló que hay industrias “muy promisorias” que pueden empujar la recuperación de los niveles de inversión. Como ejemplo, mencionó que el país tiene elementos muy fuertes para atraer “grandes firmas” en el sector de la transformación mecánica de la madera (de pino especialmente) para construcción de casas y edificios.
Adicionalmente, apuntó a los proyectos de exportación de servicios globales, porque si bien son operaciones que no requieren grandes inversiones en capital fijo, “mueven la aguja” del empleo. Y para capitalizarlos, dijo, “sería bueno” que de vuelta a “la normalidad” se agilicen los trámites de residencia para impulsar la “inmigración calificada” hacia el sector (Búsqueda Nº 2.101).
IED en caída
Luego de que en 2019 los flujos globales de IED registraran un “modesto aumento” con relación al año anterior (mientras en América Latina bajó 8%), por el impacto de la pandemia de Covid-19 se reducirán 40% en 2020, señala el informe citando estimaciones de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por su sigla en inglés). En 2021 la disminución sería de entre 5% y 10%, para recién a partir de 2022 comenzar a recuperarse siempre que haya un escenario “sin problemas adicionales”, agrega el documento de Uruguay XXI.
El descenso en 2020 en las economías latinoamericanas sería de entre 40% y 55%, debido a que son menos diversificadas y tienen menor capacidad fiscal para implementar medidas que suavicen los efectos de la crisis del Covid-19, según la UNCTAD.
Uruguay
En promedio, entre 2008 y 2019 los flujos entrantes de IED a Uruguay habían sido del orden de 3% del Producto Bruto Interno (PBI). En todo el año pasado el país recibió inversión foránea por US$ 1.690 millones, incluyendo los aportes de capital de las compañías (US$ 521 millones), la reinversión de utilidades (con un valor negativo de US$ 717 millones) y los préstamos intraempresas por US$ 1.886 millones.
La emergencia sanitaria tuvo un “fuerte efecto negativo” sobre la actividad económica, el empleo y un “sensible descenso” en la inversión extranjera, analiza la agencia gubernamental.
En la primera mitad del 2020 la IED neta se ubicó en US$ 1.198 millones. En el segundo trimestre, donde el impacto de la pandemia fue de lleno, aumentaron los aportes al capital y los préstamos entre empresas emparentadas. Y en contrapartida, cayeron las reinversiones, comparando contra enero-marzo (ver cuadro).
Haciendo un análisis de las tendencias recientes de los proyectos presentados para recibir beneficios fiscales, el instituto halló que el 43% del monto de la inversión recomendada entre 2009 y 2019 por la comisión que aplica el régimen correspondió a empresas extranjeras. El año pasado, los principales beneficiarios fueron planes de inversión de capitales extranjeros de Finlandia, Argentina y Chile, y por sector encabezaron la lista los proyectos de infraestructura, otros servicios y la industria manufacturera.
En los primeros cuatro meses del 2020, que reflejan una afectación parcial de la pandemia, el monto de inversión promovida cayó 63% frente a igual período del año anterior: los proyectos presentados por empresas foráneas fueron el 23% del total; habían sido el 77%, en el mismo lapso del 2019.
Luego de mencionar algunas fusiones y adquisiciones registradas este año entre empresas extranjeras radicadas en el país, el instituto detalló la asistencia a potenciales inversores, que en general son de mediano porte. Entre enero-agosto Uruguay XXI atendió 96 “nuevas” empresas extranjeras interesadas en invertir, en un total de 184 consultas. Ello fue 33% más que en igual lapso del año pasado (72) y 37% superior a las gestiones iniciadas en 2018.
Los potenciales inversores atendidos provinieron de Argentina (casi 60), seguidos por los de origen europeo y norteamericano.
Por sectores de actividad, se destaca el incremento del interés de parte de firmas tecnológicas (28% del total), pero también del rubro farmacéutico, agroalimentario y otros servicios.
Casi la mitad de las consultas gestionadas estuvieron enfocadas en la prestación de servicios desde Uruguay en el modelo “hub de comercio y servicios”, principalmente de firmas del sector tecnológico y de servicios empresariales. Le siguieron los proyectos industriales, en especial en el sector de alimentos y las actividades logísticas con preponderancia en la distribución de productos farmacéuticos, detalla Uruguay XXI.
Entre las explicaciones del mayor interés en invertir recibido, destaca el conjunto de políticas que el gobierno implementó frente a la crisis del coronavirus y el reconocimiento de esa estrategia por parte de organismos multilaterales de crédito y medios de comunicación internacionales. Como ejemplo, cita un ranking elaborado por la publicación Business Insider, donde Uruguay es mencionado como “uno de los mejores lugares para vivir luego de que la pandemia finalice”.
