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La colección Discos, iniciada en 2017 por Estuario Editora, ha logrado una interesante masa crítica cercana a la veintena de títulos que le confiere diversidad tanto en la naturaleza musical de las obras como en el modo en que se cuenta la historia. Una buena parte de los 18 volúmenes publicados hasta el momento proponen abordajes periodísticos clásicos. La entrevista a los protagonistas, el relevamiento del archivo documental y el juicio crítico del autor son los tres pilares fundamentales en trabajos como Mediocampo, de Andrés Torrón, Fines, de Ignacio Martínez, De bichos y flores, de Jorge Costigliolo y Brindis por Pierrot, de Mauricio Martínez. Otros optaron por la crónica testimonial, como Tango que me hiciste mal, de Gabriel Peveroni, Mateo solo bien se lame, de Mintxo y La fuente de la juventud, de Nicolás Alberte. Y en menor medida apareció la ficción, en Oktubre, de Carolina Bello. En Pasajeros permanentes, José Arenas combina todos esos recursos para contar la historia de uno de los discos fundamentales de Laura Canoura.
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A sus 33 años, el escritor nacido en Montevideo y criado en Nueva Helvecia acumula una obra tan valiosa como variada: publicó cuatro novelas, cuentos, poesía, ensayo y una biografía (de Gustavo Nocetti). Conoce muy bien la escritura periodística que ejerce en diferentes medios y es compositor de letras de tango. También tiene formación como pianista y sabe lo que es pisar un escenario: recita poesía en proyectos musicales tangueros y performáticos, como el que presentará el 16 y el 23 de setiembre en Tribu Espacio Cultural con La condesa sangrienta, sobre la obra de Alejandra Pizarnik.
Arenas escribe con elocuencia, rigor documental y dosis muy necesarias de humor, ironía y sarcasmo que revitalizan continuamente la lectura. Y así logra un híbrido entre el periodismo musical y la narrativa ficcional, que en todo momento transmite una particular devoción por la obra y el estilo interpretativo de Canoura. El tour de force ficcional se sostiene en el dato fundamental de que Canoura grabó este disco en Chile en 1998, con producción artística del uruguayo Alfonso Carbone, quien en ese entonces dirigía la filial chilena del sello Warner. El protagonista del relato es un joven periodista chileno llamado Martín Vicuña, quien “se obsesionó” con el disco de Canoura y decidió viajar a Uruguay para investigar su génesis, entrevistar a esa voz que lo cautivó desde siempre y escribir un artículo de largo aliento para una prestigiosa revista internacional. “Supo de ese disco desde su niñez, sin embargo, las melodías que lo habitaban y que oía su madre quedaron difuminadas pero certeras, como fantasmas cálidos andando los médanos de la memoria”, cuenta el párrafo inicial del libro, y agrega que esas canciones sonaban en su casa los sábados, cuando su madre lo mandaba a jugar afuera y emprendía la limpieza de la casa.
En un tono que parodia la literatura detectivesca y, a la vez, muy tierno, el narrador vuelca lo que va conociendo, en una especie de crónica íntima de su pesquisa. Así aparecen personajes laterales como Carbone, los excompañeros de Canoura en Rumbo y el mismísimo José Arenas, mencionado como el autor de una biografía de la cantautora llamada Furiosa. Tratado sobre Laura Canoura. Vicuña conoce al Arenas ficticio, quien le cede abundante material inédito, como una serie de entrevistas que no llegaron a formar parte del supuesto libro y que ahora el chileno revela por primera vez. Así, este entramado de ficción y realidad moldea un dispositivo muy ingenioso para contar la historia real, la de las canciones y la grabación.
Pasajeros permanentes es un punto de inflexión en la carrera de Canoura, en especial por los estándares sonoros que alcanzó y por la preponderancia de la compositora frente a la intérprete que tiene esta docena de canciones. Es una obra fuertemente pop con visitas al rock (El club de los martes, Aeropuerto), la milonga tanguera (Agua y aceite), la chacarera (La dama de la noche), el bolero (El principio del fin) y la balada romántica (3 de agosto, Para hacerte sentir mi amor). El mayor éxito comercial del álbum fue la balada blusera Al sur de tu corazón; contiene además versiones aggiornadas de Detrás del miedo (su éxito consagratorio en Uruguay) y Andenes (de Estela Magnone), orquestadas con sonidos más globales que las originales. Una producción claramente orientada a la inserción regional de la cantante. El resultado fue un interesante éxito en Chile durante los años posteriores.
En la presentación del libro, que tuvo lugar en la Alianza Francesa, Arenas realizó una importante aclaración: “Entre todas las citas apócrifas, hay una fuente que es real y tiene un rol importante”. Lo dijo en referencia a ¿Quién es esa mujer? (Medio y Medio, 2011), la biografía escrita por la periodista Cristina Canoura, hermana de Laura. En su alocución trazó una interesante definición de su técnica narrativa: “Con todas las horas de charla que tenía con Canoura y con los músicos que participaron en la grabación, y con todo el material reunido, hice algo así como el reverso del periodismo narrativo: una narrativa periodística hecha en base a esas fuentes”.
La obra contiene, diseminada entre sus 144 páginas, una buena selección de material gráfico: fotos de conciertos, manuscritos con letras de canciones, partituras, facsímiles de casetes y CD y hasta elementos ficcionales como el afiche de un concierto de Canoura junto al guitarrista Carlos Gómez en Francia, “su actual país de residencia”. Porque la ficción también alcanza a la cantante, a quien sitúa radicada en París desde 2014.
Junto con el autor estuvo Gustavo Verdesio, el curador de la colección Discos, investigador literario y docente universitario uruguayo radicado en Estados Unidos (trabaja desde hace 18 años en la Universidad de Michigan). El académico expresó que la idea de la colección es que cada escritor contribuya con su impronta. “Al elegir los autores busqué voces con personalidad, con una visión del mundo diferente o que vengan de un lugar ajeno a la literatura, al periodismo o a la música, que aporten una mirada oblicua al hecho musical”. Como ejemplo, adelantó dos próximas ediciones de la colección, a cargo de dos creadores que provienen de disciplinas muy distintas, como la narradora Lalo Barrubia, quien contará la historia de Ferrocarriles, de Jorge Galemire, y el artista plástico y diseñador Fidel Sclavo, quien luego de debutar en la colección con una hermosa narración sobre Zurcidor, del Darno, ahora dedicará un volumen a Artaud, de Luis Alberto Spinetta.
