Mujica propició el saludo amistoso entre Venezuela y Estados Unidos; mediar en conflictos “es una buena forma de que nos conozcan”, opina

Las señales amistosas entre dos enemigos históricos generaron un ambiente propicio para contagiar a otros en la región, y pronto el presidente Mujica se embarcó en una nueva misión casi imposible: acercar a Estados Unidos (EEUU) y Venezuela.

“Los agarré de la mano a los dos y les dije que hablen y que, cuando se cansen, sigan hablando”, dijo el presidente Mujica a Búsqueda, consultado sobre el episodio, que ocurrió minutos después de la ceremonia, en una sala abarrotada de presidentes y delegaciones oficiales que aguardaban para saludar a Rousseff.

El acercamiento ocurre en momentos en que Venezuela enfrenta una recesión económica por la continua caída del precio del petróleo. Maduro anunció días atrás un viaje a China para conseguir fondos que lo ayuden a aliviar la crisis.

“Amigos por acá y por allá”.

El embajador de Venezuela en Uruguay, Julio Chirino, dijo a Búsqueda que su país “quiere y espera” poder “desarrollar mejores relaciones con EEUU, en un marco de respeto y de diálogo, y de respeto a las normas internacionales”. Pero esto último “no sucede de parte del gobierno norteamericano, que desarrolla acciones y medidas extraterritoriales contra Venezuela”, afirmó.

El embajador hizo referencia a las recientes sanciones aprobadas por EEUU que prohíben la entrada al país de funcionarios venezolanos acusados de violaciones a los derechos humanos. “El gobierno de Venezuela siempre ha estado abierto al mejoramiento de las relaciones con EEUU pero siempre en el marco del respeto y de la no intromisión en los asuntos internos, que es lo que nunca hemos tenido por parte de ese país”, afirmó.

Chirino destacó la participación del presidente uruguayo en propiciar el diálogo. “Mujica ha sido un amigo de Venezuela y un amante de que la región pueda tener espacios de encuentro y diálogo”, señaló. No obstante, aunque “para nosotros es muy importante su disposición”, dijo, “depende más que todo de que EEUU cambie su visión y perspectiva con Venezuela”.

El presidente Mujica dijo a Búsqueda que su intervención en este y otros focos de tensión no son hechos aislados. En cambio, forman parte de una estrategia general, que busca que Uruguay ocupe un rol de país mediador en el plano internacional. Esta política, además, tiene sus beneficios: fama y prestigio para un país chico que tienen que pelear su presencia en los foros internacionales.

“No es una cosa improvisada, que se me haya ocurrido ahora. Es una política general del gobierno de Uruguay, que se precisa en el mundo en el que estamos”, explicó. “La política es de ayudar a disminuir las tensiones. Donde hay una guerra, puede ser suplantada por una negociación y donde hay una negociación, se puede ayudar para la paz. Siempre hay que tratar de aflojar las tensiones. Esa es la línea general a la que nos tenemos que subordinar”, señaló.

De paso, a Uruguay “no le hace mal”. “Por el contrario, lo prestigia y lo ayuda a tener amigos por acá y por allá”, dijo el presidente. “En el mundo exterior, entrás si te ganas un prestigio, si te tienen consideración y eso se logra trabajando. Es un valor que Uruguay debe cultivar. Tiene que ser una política general del país”, afirmó.

En su opinión, Uruguay se puede “caracterizar por ser amigable y por tratar de acercar a las partes cuando los otros tienen problemas”. Esa “es una buena forma de que nos conozcan como país chico”, consideró. Además, “nadie va a pensar que tenemos objetivos dominantes ni nada por el estilo”, añadió.

“Pelo a pelo”.

“¿Qué le pedimos nosotros a Estados Unidos? Lo que le dije al vicepresidente Biden, lo he dicho mil veces, en público y en privado, relaciones de respeto, más nada”, dijo el presidente Maduro a los periodistas tras el encuentro con el representante de EEUU.

Según informó la prensa internacional, durante el saludo Maduro aprovechó para decirle a Biden que quería mejorar la relación y le reclamó por las recientes sanciones que impuso a funcionarios venezolanos acusados de violaciones a los derechos humanos durante la represión de las protestas en Venezuela en los primeros meses de 2014.

Biden, por su parte, le dijo que EEUU también estaba interesado en mejorar la relación bilateral, y que Venezuela podía dar algunas señales de buena fe para fortalecer el diálogo, como la liberación de prisioneros políticos, informaron los medios internacionales.

Uno de los casos emblemáticos es el del opositor Leopoldo López, que se encuentra detenido desde febrero de 2014, acusado por el gobierno venezolano de cuatro delitos, entre ellos “instigación pública” y “asociación para delinquir”.

El 4 de enero en su alocución presidencial desde el palacio presidencial de Miraflores, Maduro dijo que “la única forma” de que utilice sus facultades presidenciales para liberar “al monstruo de Ramo Verde” (en referencia a Leopoldo López) era a cambio del puertorriqueño Óscar López Rivera, detenido hace más de treinta años en Estados Unidos por formar parte de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN), una organización clandestina que luchaba por la independencia de la isla.

El intercambio lo haría “pelo a pelo, hombre a hombre”, dijo el mandatario. Pero a EEUU la propuesta no le gustó. En rueda de prensa, una vocera del Departamento de Estado dijo que los casos de López Rivera y Leopoldo López no son comparables, y cuestionó a Maduro por pretender evadir la discusión “sobre las verdaderas preocupaciones y problemas que enfrenta Venezuela”.