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    Nuevo sistema de tipificación del ganado ya empezó a operar en frigoríficos; hubo planteos de modificación

    “Si nos poníamos a toquetear manualmente (el sistema) se generaba un riesgo que no valía la pena correr”, dijo a Agro de Búsqueda el delegado de Cooperativas Agrarias Federadas en Inac, Luis Bianco, en rechazo a los cambios
    Redactor Agro de Búsqueda

    Con la puesta en funcionamiento en cuatro frigoríficos, el Instituto Nacional de Carnes (Inac) inició en julio la operativa del Sistema Automatizado de Tipificación (SAT), que pretende “contribuir a la transparencia comercial”, al “mejorar la información” proveída al productor que vendió su ganado y a la industria frigorífica.

    Hasta el momento “no hubo ningún problema” detectado en las primeras plantas de faena donde quedó activado el sistema, que dentro de un cronograma previsto, que se extiende como “fecha límite” hasta “el 15 de noviembre”, abarcará a 25 frigoríficos, que representan algo más del 95% del total de faena de vacunos del sector cárnico en Uruguay. Así lo señalaron varios integrantes de la junta directiva del Inac, que fueron consultados por Agro de Búsqueda.

    El cronograma se fijó en base a “un sorteo” y tuvo alguna modificación en el orden debido al caso de un frigorífico que “no estaba operando” y otra por cuestiones “técnicas” y de “sincronización”, porque “a cada media res que está identificada en las cajas negras ahora hay que asociarle la nueva tipificación”, lo que implica unir los dos sistemas, señaló el delegado de las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) en ese organismo, Luis Bianco. Acotó que “se irán incorporando más o menos una planta frigorífica por semana” al SAT en el período establecido.

    A la puesta en funcionamiento del mismo se llegó “por consenso” y “no por votación”, y hubo “algunos planteos” respecto a “introducir ciertas modificaciones en la información que brindaba el sistema”, que opera con “cámaras de fotos” generando imágenes de la media res y después “evalúa la conformación y la terminación” del producto, comentó.

    Indicó que “hay un cambio de escala, porque antes esas dos categorías de conformación y de terminación se evaluaban en una escala de seis unidades”, la primera, y “en una escala de cinco unidades”, la segunda, y “ahora pasaron a escalas de 10 y de 12 unidades”, respectivamente.

    “Para aquellos productores que venden el ganado sin una escala en el pago no importa los cambios que se produzcan en la escala, porque en realidad no tiene un valor”, y “para los productores que venden sus vacunos a los frigoríficos mediante una tabla de pagos, que incluye condiciones de terminación, de conformación, de edad y del peso de la carcasa” del animal, “lo que tienen que hacer es negociar con la industria cómo se va a modificar el precio de acuerdo a la nueva tabla y nada más”, sostuvo el delegado de las cooperativas.

    Además, enfatizó que para CAF, cuya representación en la directiva del Inac es compartida con la Comisión Nacional de Fomento Rural (Cnfr), es “importante” que “la información que se suministrara al sistema y a los productores sea la que devuelve el sistema, porque si nos ponemos a toquetear manualmente se generaba un riesgo que no valía la pena correr”.

    “Por ahora el sistema se está aplicando así”, sin incluir las modificaciones planteadas, y “a partir de noviembre, cuando esté instalado en los 25 frigoríficos, además estarán disponibles las fotos de las medias reses”, dijo.

    Basándose en comentarios que recibió, Bianco, también aclaró que sobre este tema “hay gente que no está diciendo las cosas como son”, porque “no hubo ningún acuerdo previo” entre las gremiales de productores respecto a una posición en común sobre el asunto.

    Al respecto, el delegado de Cnfr, José Mesa, quien alterna la representación en Inac cada 12 meses con CAF, recalcó que hubo consenso entre “todos” los integrantes de la directiva del organismo a la hora de aprobar el proceso de instalación del SAT, y que es “falso” lo de un acuerdo previo.

    Por su parte, el delegado de CAF dejó en claro que es necesario “seguir trabajando”, porque si bien el nuevo sistema es “mucho mejor al que había”, todavía se está “lejos de tener un sistema que sea bueno”.

    Consultado sobre la implementación de este sistema, el delegado de la Asociación Rural del Uruguay, Ricardo Reilly, señaló a Agro de Búsqueda que “la implementación del SAT no está haciendo otra cosa que cumplir con la segunda parte del decreto 310/16, que fijó el dressing máximo, indicando cuáles eran los órganos y tejidos que como máximo se pueden retirar en esta operativa”.

    “Con el SAT se alcanzará una tipificación estandarizada, lo cual no quiere decir que sea objetiva, ya que la información para la calibración de las máquinas fue cargada por humanos, en este caso técnicos en la materia”, dijo.

    Y sostuvo: “a priori sabemos que las máquinas, de acuerdo al nivel de exigencia con que fueron calibradas, están clasificando las carcasas con algún grado menos de terminación y conformación de lo que estamos acostumbrados”.

    “Como delegados de la producción hemos planteado la posibilidad de hacer ajustes sobre la marcha, en la medida que sea necesario, ya que una vez que el proceso sea igual en todas las plantas, la idea es que se eviten discusiones, y que el negocio gane en valor, transparencia y confianza”, argumentó.

    Reilly acotó que “con una mayor exigencia en la tipificación, más que nada en los niveles de conformación, podría haber un mayor número de carcasas que queden fuera de algún cupo en particular”. De todas formas, “las máquinas recién están operando en plantas de faena, por lo que seguramente debamos esperar hasta fin de año para sacar conclusiones más precisas”, reconoció.

    En tanto que el delegado de la Asociación de Plantas de Faena del Mercado Interno en Inac, Carlos Pagés, dijo que la información generada en los primeros frigoríficos “aparentemente” es “correcta” y “no hubo ningún tipo de inconvenientes”, pero “de todos modos se planteó en la reunión de la junta directiva (el lunes 31 de julio) cierto reparo”, porque “había productores preocupados” por el “temor de que surjan errores”.

    “Se aclaró que al filmarse todo (el proceso) puede mirarse toda la película de la faena de los animales de determinado productor, para comprobar que la máquina está tipificando en forma correcta”, comentó.

    Pagés indicó que “el ojo humano fue el que hizo la variedad de tipificaciones que la máquina expresa”, con la participación de “técnicos de vasta experiencia de Inac y del Ministerio de Ganadería”.

    Control y fiscalización

    El propósito principal es brindar “objetividad y estandarizar los criterios de tipificación de canales asociado al grado de desarrollo muscular y terminación (cobertura de grasa) de las canales” de la res faenada, indica el Inac en su sitio web (www.inac.uy).

    Señala que la instalación de los equipos del nuevo sistema cumple con lo mandatado por el decreto 310 de 2016, y se incorpora como “un puesto adicional” al Sistema Electrónico de Información de la Industria Cárnica (Seiic), al estar instalados los equipos en la línea de faena posdressing e inmediatamente previo a la pesada de la carcasa caliente del animal.

    Los equipos de la tecnología comprendida que se incorporó en las plantas frigoríficas fueron “calibrados por los criterios de expertos en tipificación del Inac, generando criterios uniformes, necesarios para la correcta evaluación del valor comercial de las canales”, sostiene.

    El decreto 310 de 2016 estableció que compete al Inac el control y fiscalización en establecimientos de faena de aspectos como la implementación, ejecución, aseguramiento del correcto funcionamiento y evaluación de los sistemas automatizados de tipificación en los establecimientos de faena de bovinos que Inac determine y que cuenten con el Seiic.

    Además de suministrar al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (Mgap), en forma simultánea, de los datos emergentes del sistema automatizado de tipificación al que se refiere el punto anterior.

    Este nuevo sistema es una de las diferentes herramientas implementadas en el sector cárnico, principalmente por parte del Inac, en coordinación con el Mgap, en el intento de ofrecer más información concreta y precisa sobre el proceso de la faena de los vacunos, tendiendo a saldar de manera objetiva las diferencias entre el ganadero y el frigorífico a la hora de definir las condiciones de pago y comercialización del animal.

    Y además apunta a aportar elementos a esa histórica discusión por el precio del ganado y los criterios utilizados para determinar cuánto y cómo pagar por la res.