El “rebote” que la economía argentina está registrando puede “durar años”, pero si no hace reformas profundas “se va a desvanecer” con el tiempo, advierte el economista José Luis Espert.
El “rebote” que la economía argentina está registrando puede “durar años”, pero si no hace reformas profundas “se va a desvanecer” con el tiempo, advierte el economista José Luis Espert.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“Macri es kirchnerismo de buenos modales” y “hasta ahora no ha cambiado ninguna de las raíces profundas de la decadencia argentina”, afirma.
A casi cuarenta días de las elecciones legislativas —que renovarán un tercio de los senadores y casi la mitad de los diputados del Congreso—, Espert augura que el presidente Mauricio Macri ganará “peso político”.
Director de la consultora Espert y Asociados, el economista argentino expuso la semana pasada en una charla titulada Desafíos de la política y economía de la región rioplatense, organizada por la asociación civil Jóvenes Fuertes. En ese marco mantuvo la siguiente entrevista con Búsqueda.
—Argentina retomó el crecimiento económico ¿Cuánto durará?
—La economía claramente está rebotando, y es muy probable que continúe en 2018 y 2019. Argentina es campeón mundial en rebotes después de una crisis o un ajuste. Y el ajuste que ha hecho Macri en el primer trimestre de 2016, más la normalización económica —al haber eliminado el cepo, los controles de cambio, salir del default y haber planteado otra relación con el mundo—, lo que garantiza son varios años de rebote. No hablo de crecimiento sino de rebote.
—¿No es un crecimiento genuino?
—No. Hay pocos países que en los últimos 100 años se repitan tanto para mal como Argentina en un triángulo vicioso consistente en un ajuste o crisis, un rebote y luego un período de depresión o frustración, para luego volver al ajuste, crisis, rebote. Macri, hasta ahora, no ha cambiado ninguna de las raíces profundas de la decadencia argentina, por eso hablo de rebote. No quiere decir que no lo vaya a hacer, pero incluso, a lo mejor Macri no tiene necesidad de hacer ningún cambio porque llega a 2019 relativamente bien con este rebote. Pero si Argentina no hace cambios profundos el rebote se va a desvanecer con el tiempo.
—¿Qué reformas se deben procesar?
—Como mínimo tres. Argentina debe ir a una economía mucho más abierta en el comercio; es de las más cerradas en el mundo. Tiene que ir a un Estado con un gasto público que genere una presión impositiva pagable, sin déficit. Y tiene que hacer una reforma muy fuerte en el mercado laboral, porque los costos impiden el crecimiento sostenido. Si Macri o el que venga no hacen estos cambios, Argentina va a volver a frustrarse.
—¿Hay algún modelo a seguir en la región?
—Chile y Perú en lo económico. También podría imitar algunas cosas de Brasil, de su Justicia y de la uruguaya también, que es mucho más expeditiva que la argentina. Acá un vicepresidente ha renunciado por dos monedas; en Argentina el que quiso robarse la fábrica de imprimir billetes que es (Amado) Boudou, sigue hablando todavía.
—¿El rebote servirá para combatir los altos niveles de desempleo y pobreza que registra Argentina?
—Va a ayudar algo a bajar la pobreza, muy poquito a bajar la inflación, porque es un problema muy concentrado en lo fiscal y monetario. Pero cambios sustanciales en los problemas estructurales no habrá.
Este año vamos a crecer más de 3% y en 2018 3,5% o 4%, por encima de la tendencia de largo plazo de 2,5%.
A su vez, la inflación estará este año entre 22% y 23%, y el próximo entre 13% y 17%.
—¿Cómo ve las expectativas empresariales de cara a las elecciones del 22 de octubre?
—Hay un clima esperanzado con el cambio político de Argentina. Pero hay dudas en materia económica, el dólar está barato porque la inflación es alta, y el sector público se está endeudando mucho en el exterior, cosa que atrasa el tipo de cambio. Pero hay esperanza, porque el cambio que ha hecho Argentina en materia institucional es extraordinario. El kirchnerismo, así como podía haber robado bancos, se dedicó a robar un país. Ahora no tenemos ladrones, tenemos gente que podrá tener escándalos de corrupción, pero es gente que vino a gobernar. Se cometen muchos errores, pero esto no es una asociación ilícita como el kirchnerismo y eso genera otro aire de esperanza en pensadores, economistas, politólogos y empresarios.
A Macri le va a ir mejor que en las PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) de agosto, va a ganar peso político en la sociedad y agrandar su peso en las dos cámaras. Va a consolidar la primera minoría que ya es.
—Usted ha dicho que los gobiernos de Argentina son más o menos populistas ¿Cuán populista es Macri?
—Como concepto Macri es kirchnerismo de buenos modales, que ha tomado medidas como el blanqueo de capitales por fuera de ese concepto. Pero hubo una reactivación importante en el mercado inmobiliario debido al blanqueo. Ahora, la cantidad de medidas populistas de Macri...: el gasto público está igual que con Cristina, les ha entregado 30.000 millones de pesos a los sindicatos peronistas, se hizo cargo de los déficits de las cajas previsionales de las provincias que no se transfirieron a la nación y les dio 27.000 millones de pesos a los piqueteros que les arruinan la vida a los porteños que transitan el centro.
—¿Cómo evalúa el clima de negocios en Uruguay respecto al argentino, tras la normalización que señala y el cambio político que se confirmaría en octubre?
—Lo que ha pasado con el vicepresidente (Raúl) Sendic es una muestra de salud institucional de Uruguay y marca una gran diferencia respecto a Argentina.
No creo que Uruguay vaya a perder inversiones como consecuencia de que Argentina se ha vuelto un país mucho más razonable, más normal con Macri. El dólar está muy barato en Argentina, los costos laborales son altísimos, la presión impositiva es altísima, cuesta mucho hacer negocios todavía. No es la pesadilla que era con Cristina, ha parado la fuga de capitales al exterior, pero revertirla no lo veo todavía, salvo a nivel de capitales financieros; es un país que está recibiendo mucho crédito del exterior. Ese es un problema también, porque la deuda hay que pagarla.
—Así que el investment grade está lejos por ahora…
—Argentina, según Morgan Stanley, es fronterizo en el tema accionario. Tenía la expectativa de que en mayo lo dieran vuelta, pero no fue así. Olvidémonos del investment grade cuando es un país donde no para de crecer la deuda pública.