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Hace 50 años Uruguay exportaba mercaderías por US$ 300 millones. La mitad correspondía a productos textiles y lana y un tercio era de carne y lácteos, entre otros bienes que tenían como destino a países europeos y Estados Unidos, principalmente. Con esa retrospectiva sobre el desempeño exportador y la evolución del país, el jueves 28 la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) celebró el Día de la Exportación de una manera especial, donde destacó el rol de Teresa Aishemberg, la secretaria ejecutiva de esa institución, a la que homenajeó tras cumplir cinco décadas de actividad gremial.
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“Más allá de las crisis, siempre se festejó el día”, dijo Aishemberg a Búsqueda, aludiendo a la coyuntura de caída de las exportaciones que se viene registrando por 12 meses consecutivos.
Entre enero-agosto las ventas al exterior sumaron US$ 7.600 millones —incluyendo las zonas francas—, una retracción de 19%, tras el máximo histórico de US$ 13.400 millones del 2022.
“No sé si llamarle crisis, pero estamos en una situación muy complicada. La exportación del país bajó en muchos rubros y en otros subió. Una de las grandes ventajas que Uruguay logró en los últimos 50 años es la diversificación de productos y destinos”, apuntó el titular de la UEU, Facundo Márquez. Y añadió: “Años atrás los principales mercados de destino eran Brasil, Argentina, Estados Unidos y Europa. Pasaba algo en uno de esos y nos desplomábamos en serio. (…) Hoy en día sufrimos una sequía gigante y el país, con todas las complicaciones que eso tiene, no se hizo puré”.
A su juicio, eso indica que se aprendió, aunque “hay que seguir diversificando la matriz productiva y los mercados de destino porque es lo que va a permitir atravesar las crisis de mejor manera”.
Si bien ambos destacaron que el país sigue distinguiéndose por su seriedad y confianza en la gestión de los últimos gobiernos, lo que sirve como carta de presentación a la hora de hacer negocios, coincidieron en que continúa en “un debe permanente” el problema de competitividad y de los costos.
En esa dirección, Márquez apeló al concepto de libertad —que el gobierno de Luis Lacalle Pou maneja en distintas instancias—, aplicándolo a la exportación: “La libertad de poder competir en igualdad de condiciones, de poder elegir. Quiero ser libre de poder negociar con cualquier” mercado.
Pero también apuntó a la libre competencia en el mercado interno: “Tenemos que tener mucho cuidado en mantener una competencia cuando se pueda y, cuando no se pueda, tener un buen sistema de regulación que sea justo: en puertos, combustible, energía, en muchos temas, como se está hablando ahora” ante la posible concentración en el sector frigoríficos en manos de la brasileña Minerva.
Estrategia y “chacritas”
Otro de los temas que está en el debe, a juicio de los ejecutivos de la UEU, es lograr consensuar una estrategia país en materia de inserción internacional.
“La demanda (del empresariado) es constante, porque tenemos un problema y no vemos que haya consenso, un objetivo y estrategias comunes hacia delante”, señaló Márquez en agosto, previo a la primera convocatoria que realizó la UEU —con representantes de todos los partidos políticos, las universidades, los consultores, del PIT-CNT, las gremiales empresariales y firmas privadas— para comenzar a intercambiar al respecto.
“Hace falta una mancomunión; la hemos logrado con esta reunión dentro de la UEU y estamos en esta prédica incansable. (…) Hay muchas chacritas que hay que superar para lograr el objetivo: una estrategia con todos los actores. Eso es lo que me gustaría ver realizado en el futuro”, dijo Aishemberg.
“Siento que muchos de los exportadores nunca tenemos tiempo ni de festejar ni de llorar, porque siempre estamos pensando en mañana, porque estamos compitiendo con el mundo entero. Y si descansás, te ganaron la mano. Siempre estás mirando para adelante. En Uruguay se vive más del pasado y del presente, le cuesta mirar adelante; Uruguay está un poco peleado con el futuro”, reflexionó Márquez sobre la falta de una política de Estado en materia de inserción internacional.
Para “provocar” y generar herramientas para este y los próximos gobiernos en torno a este asunto, dijo que en octubre la UEU convocará a una segunda reunión. Adelantó que probablemente el tema girará en torno a “quién y cómo debería liderar el proceso de inserción internacional”. Consideró que ese es un aspecto “clave” porque, si bien hoy claramente lo lleva adelante la Cancillería con el apoyo del Ministerio de Economía, hay que preguntarse “si es el mejor modelo” que el país puede tener y “si se está funcionando bien así”. Añadió: “No digo que sí o que no, discutámoslo y analicemos si hay que crear alguna secretaría de comercio e inserción internacional de la nada o ajustando” algo que ya esté.
Asintiendo, Aishemberg defendió el lobby de apoyo al comercio exterior de la UEU: “Estas instituciones tienen su razón de ser si son provocadoras de cambio. Y con el interés de que mejoren las cosas hacemos propuestas permanentemente”.
Recordó que la gremial procesó desde el 2004 en adelante un cambio en el estilo y la forma de hacer las cosas. “Consultoría mediante, logramos pasar de un lobby político a uno de protestas pero con propuestas, con una metodología de trabajo diferente, de alianzas estratégicas con el gobierno, el codo a codo para solucionar problemas”, señaló.
Márquez, el presidente más joven que ha tenido la institución, dijo que cumplir con ese objetivo implica “estar caminando siempre por la delgada línea de la neutralidad partidaria”. Según dijo, al “caminar en esa línea siempre es muy difícil no sentir las presiones de un lado y del otro. Obviamente de un lado te dicen: ‘Si yo estuviera en el gobierno, me estarías haciendo un piquete en este momento y rodeando el Banco Central o el Palacio Legislativo’. Del otro lado te dicen: ‘¡Sos el líder de la oposición!’”, ilustró.
En homenaje a Aishemeberg, que durante décadas fue la vocera de la gremial, asistieron al evento el presidente Lacalle Pou, muchos expresidentes de la UEU, autoridades del gobierno, precandidatos electorales y referentes políticos de administraciones anteriores, representantes de las cámaras empresariales y del PIT-CNT.
