La decisión del mandatario se produjo después de que el apoyo de Uruguay a una resolución del Consejo Económico y Social de la ONU molestara al gobierno israelí y a la comunidad judía en el país. (Búsqueda Nº 2.092)
A juzgar por la votación de noviembre, la diplomacia presidencial movió la aguja. Es que Uruguay cambió de posición en resoluciones que tratan sobre temas de fondo.
La resolución que el país se abstuvo de apoyar titulada El Golán sirio ocupado expresa, entre otras cosas, que la comisión está “profundamente preocupada porque el Golán sirio, ocupado desde 1967, sigue bajo la ocupación militar israelí” y recuerda que “la adquisición de territorio por la fuerza es inadmisible con arreglo al derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas”.
El documento, aprobado por 142 votos a favor, dos en contra y 19 abstenciones, cita otras decisiones de la ONU vinculadas al tema y en uno de sus puntos la comisión “exhorta a Israel, la potencia ocupante, a que acate las resoluciones relativas al Golán sirio ocupado y a que desista de adoptar medidas represivas contra la población del Golán sirio ocupado”.
El texto es casi igual al que se vota al menos desde 2003, último año en el que las resoluciones de la Asamblea General de la ONU están digitalizadas. Uruguay votó a favor de la resolución al menos desde ese año, cuando el presidente era el colorado Jorge Batlle, constató Búsqueda.
Sede de la ONU. Foto: AFP
Asentamientos.
Uruguay tampoco apoyó otras dos resoluciones que solía votar y cuyos textos no variaron demasiado en los últimos años.
Como ya lo hacía en 2004, cuando el país votó afirmativo, la resolución titulada Los asentamientos israelíes en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, y en el Golán sirio ocupado recuerda que “el traslado por la potencia ocupante de parte de su propia población civil al territorio que ocupa constituye un incumplimiento” de convenios internacionales.
La resolución menciona también que “la hoja de ruta” para una “solución permanente biestatal del conflicto israelí-palestino” incluye en particular un llamado a “congelar todas las actividades de asentamiento, incluido el denominado crecimiento natural, y a desmantelar todos los asentamientos de avanzada erigidos desde marzo de 2001, así como la necesidad de que Israel cumpla sus obligaciones y compromisos en ese sentido”.
El texto aprobado con 142 a favor, siete en contra y 14 abstenciones incluye menciones a hechos ocurridos en los últimos años. Así, deplora “que Israel siga construyendo ilícitamente un muro en el territorio palestino ocupado, incluida Jersualén Oriental y sus alrededores” y expresa particular preocupación por “el hecho de que el trazado del muro, que se aparta de la línea del Armisticio de 1949 y se ha diseñado de tal manera que incluya la gran mayoría de los asentamientos israelíes en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén Oriental, está causando grandes penurias humanitarias y serio deterioro de las condiciones socioeconómicas del pueblo palestino”.
La resolución exhorta, entre otras cosas, a que los Estados “no reconozcan la situación creada por medidas que son ilegales de conformidad con el derecho internacional, incluidas las encaminadas a promover la anexión en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén Oriental, y en los demás territorios árabes ocupados desde 1967, y a que no presten ayuda ni asistencia para mantener esa situación”.
La tercera resolución en la que Uruguay cambió posición lleva el título Prácticas israelíes que afectan a los derechos humanos del pueblo palestino en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Occidental. Obtuvo 138 votos a favor, nueve en contra y 16 abstenciones.
Entre otros planteos, “exige a Israel, la Potencia ocupante, que cese de aplicar en el Territorio Palestino Ocupado todas las medidas contrarias al derecho internacional, así como las leyes, políticas y acciones discriminatorias, que resulten en la violación de los derechos humanos del pueblo palestino”.
El texto de esta resolución es más extenso y tiene algunos cambios en relación con la que votó Uruguay en 2004, último año del gobierno de Batlle.
En uno de sus puntos, la resolución “insta a todos los Estados y los organismos especializados y organizaciones del sistema de las Naciones Unidas a que continúen prestando apoyo y asistencia al pueblo palestino para la pronta realización de sus derechos inalienables”.
La cuarta abstención uruguaya, con la que mantuvo su postura tradicional, ocurrió cuando se puso a votación la resolución titulada Labor del Comité Especial encargado de Investigar las Prácticas Israelíes que Afecten a los Derechos Humanos del Pueblo Palestino y Otros Habitantes árabes de los Territorios Ocupados.
A favor.
La delegación uruguaya votó a favor de tres resoluciones vinculadas al conflicto en Medio Oriente.
Una resolución que apoyó, manteniendo la posición anterior, titulada Operaciones del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, exhorta a Israel, entre otras cosas, “a que levante por completo las restricciones que impiden o retrasan la importación de los materiales y suministros de construcción necesarios para reconstruir y reparar las restantes viviendas de refugiados dañadas o destruidas y para ejecutar los proyectos de infraestructura civil suspendidos que con tanta urgencia se necesitan en los campamentos de refugiados de la Franja de Gaza”.
Uruguay también apoyó la resolución sobre “bienes de refugiados de Palestina y rentas devengadas por ellos” y otra titulada Asistencia a los refugiados de Palestina.
Francisco Bustillo en conferencia de prensa. Foto: Presidencia
“Dan hasta risa”.
La cantidad y el tono de buena parte de las resoluciones adoptadas por la ONU vinculadas al conflicto en Medio Oriente son objeto de crítica por parte de Israel y la comunidad judía.
El martes 24, en un correo en el que comparte artículos periodísticos, el Comité Central Israelita del Uruguay incluyó una nota escrita por Barry Shaw, director de Diplomacia Pública Internacional del Instituto Israelí de Estudios Estratégicos, en el que el académico cuestiona esa dinámica establecida en la ONU.
“Las resoluciones de la ONU contra Israel dan hasta risa”, comienza el artículo, cuyo disparador fue una resolución adoptada el 18 de noviembre. “¿Los diplomáticos de las Naciones Unidas han leído alguna vez las numerosas resoluciones contra Israel que se les han presentado? ¿O levantan la mano automáticamente en una reacción automática de cinco décadas?”.
“Ningún otro país ha tenido tantas resoluciones en su contra como el Estado judío. Seguramente hay motivos jurídicos para demandar a la Asamblea General de las Naciones Unidas por antisemitismo”, cuestiona Shaw.
Cuando en setiembre estalló la polémica en Uruguay por el apoyo a una resolución que establece que “la ocupación israelí sigue siendo un grave obstáculo para las mujeres y las niñas palestinas en lo que respecta a la realización de sus derechos, así como a su adelanto, autosuficiencia e integración en el desarrollo de la sociedad palestina”, el Semanario Hebreo publicó un artículo del abogado Eli Aljanati, crítico con la posición del gobierno de Lacalle Pou.
El “único propósito” de esa resolución, según Aljanati, era “condenar a Israel con frases hechas, conceptos erróneos” como el de “potencia ocupante” y “dar como hecho que determinados territorios son ‘palestinos’”.
“Todo esto votó Uruguay”, criticó. “Ni siquiera se abstuvo. ¿Está Uruguay de acuerdo con esto? El gobierno y Cancillería deberían aclararlo. Un país que se dice amigo de Israel y que conoce la verdad, no votaría jamás esta resolución”.
El canciller Francisco Bustillo aclaró después que el voto favorable había sido “un error circunstancial”. La semana pasada, en respuesta a un pedido de informes elevado por dos diputados del Frente Amplio, el ministro reiteró que “se produjo por un error involuntario de un funcionario de una larga y distinguida trayectoria en el Servicio Exterior”.
Bustillo les informó que “todas las resoluciones del sistema de Naciones Unidas que refieren a la situación en Medio Oriente y la manera en que la República se expresa y vota sobre ellas han sido objeto de revisión”. (Búsqueda Nº 2.097)