“Bella Unión y esta zona del país tienen puesto gran parte de nuestro tiempo, intelecto y corazón”, había dicho en 2021 el presidente Luis Lacalle Pou en la inauguración de la zafra de cosecha de caña de azúcar. En el mismo contexto, pero tres años después, recordó el compromiso que asumió su administración en sostener el cultivo y lo remarcó diciendo: “Supimos cumplir”. Además, en ese evento realizado en mayo pasado, el mandatario destacó la “certidumbre” generada en la comunidad y en la cadena de producción sucroalcoholera por el hecho de que se acordaran los precios de la materia prima que procesa el complejo de Alcoholes del Uruguay (Alur), del Grupo Ancap, para un horizonte de cuatro años.
Es con base en aquel acuerdo que, enseguida de finalizar la zafra actual, la industria de agrocombustibles comunicará a media docena de grandes productores que les limitará el área de cultivo de caña de azúcar. Con esa política se procura evitar que el subsidio que realiza la sociedad uruguaya para sostener la actividad en Bella Unión tenga el resultado opuesto al buscado y termine siendo “un concentrador o una fábrica de ricos”, dijo a Búsqueda el gerente general de Alur, Álvaro Lorenzo.
El ejecutivo explicó que la decisión se basa en las disposiciones programáticas contenidas en el acuerdo firmado con la Asociación de Plantadores en octubre de 2021 para el período 2022-2026. Alegó que no implicará ir hacia un “igualitarismo total, utópico”, sino que su fin es que “haya la menor concentración posible de productores y que estos tengan una escala mínima que posibilite la eficiencia productiva y su viabilidad económica”. Recordó que con el acuerdo se buscó “desacoplar” los cambios previstos “de la realidad política”, porque hay “alguna gente de ese ámbito (de los productores) en particular que está más acostumbrada a muñequear que a trabajar”.
Lorenzo alegó que se impulsará un “proceso gradual” hacia ese modelo más equilibrado y procurará que se llegue “sin conflicto”, aunque advirtió: “Lo vamos a hacer”.
“(La concentración del área) Es algo que se viene hablando y que hemos comentado a nivel público en Bella Unión que vamos a cambiar, no radicalmente, pero lo vamos a cambiar. Y eso ha dado lugar a que algunos digan que yo soy el más comunista que los comunistas… Otros dicen que soy socialista. Y como yo tengo identidad política desde los 17 años no me molesta, porque no soy comunista ni socialista”, afirmó Lorenzo, que integra la corriente DCentro del Partido Nacional. Entre 2005 y 2010 Lorenzo fue diputado por Montevideo.
Asumió la gerencia general de Alur en abril de 2020, tras un proceso de selección independiente.
cana de azucar.jpg
En Bella Unión, la zafra de la caña de azúcar se desarrolla entre mayo y octubre
Ricardo Antúnez-adhocFOTOS
“Muy buena” zafra
Actualmente, el cultivo de caña de azúcar se desarrolla en un área total de 7.000 hectáreas y el 50% está concentrada en 20 productores. En esa veintena, seis tienen más de 200 hectáreas y el resto posee entre 150 y 200 hectáreas.
La otra mitad del área se reparte entre más de un centenar de pequeños y medianos productores. “La estructura está muy concentrada y hay un lineamiento que define que tenemos que ir en contra de esa concentración; no vamos a ir a un igualitarismo total, pero vamos a limitar y poner tope en el área total”, explicó Lorenzo.
Para eso, dijo, se está trabajando en un reglamento de área cañera para que el sistema sea más equilibrado y que la reducción que afectará a los grandes productores “pueda alimentar a que alguno chico pase de 20 a 30 hectáreas, por ejemplo, para que sea viable”.
Explicó que al establecer el tope de 200 hectáreas, se recortarán unas 600 hectáreas a media docena de productores, que representan 8,5% de la superficie total del cultivo de caña. Pero no se busca recortar el área total, sino mantenerla en torno a las 7.000 hectáreas, para lograr un volumen de materia prima de entre 450.000 y 500.000 toneladas para procesar en el complejo industrial de Bella Unión y Paysandú, donde produce el etanol que le vende a Ancap para mezclar en las naftas, azúcar y alimento animal. Dijo que la idea es que la mayoría de las hectáreas que se recortarán a los grandes productores “vuelvan” al sistema para que las exploten los pequeños.
Lorenzo destacó cómo se maneja el cultivo de caña de azúcar y la productividad que en algunos predios se logra, a pesar de que, en conjunto, resulte una actividad agrícola “ineficiente”. Ello, aclaró, no es porque falte “saber técnico, apoyo, o porque los productores sean malos. El productor de caña de azúcar en Uruguay es muy bueno, tenemos productividades que están a nivel brasilero o argentino”. Explicó que, por razones climáticas, a diferencia de lo que sucede en otras latitudes, se crean sobrecostos porque —por ejemplo— el cultivo requiere riego para su crecimiento, mientras que en el momento de la cosecha se precisa del trabajo manual, ya que la lluvia imposibilita la mecanización del corte de la caña.
El gerente general de Alur calificó la zafra que está terminando como “muy buena”, si bien se obtendrá 13% menos de caña respecto a la anterior. La producción se ubicará en 67 toneladas de caña por hectárea, contra las 77 del 2023. Medida en kilos de azúcar en caña por hectárea, la caída será de 8.200 a 7.150. Ello muestra un excedente de 550 kilos de azúcar en caña, sobre la base del cálculo establecido para este año en el acuerdo de precios firmado en 2021.
Recordó que las “altas” productividades que se vienen logrando en los últimos años, de entre 7.000 y 8.000 kilos de azúcar en caña por hectárea, son producto de los trabajos de investigación y desarrollo en nuevas variedades de plantas y la mejora de las prácticas agrícolas, entre otros factores.
“Eso lo gestiona Alur —destacó Lorenzo—, que es para la caña de azúcar lo que representa el Instituto de Investigación Agropecuaria, el Plan Agropecuario y el Banco República para el resto de los cultivos agrícolas. (...) Hay una tecnoestructura que hace que el cultivo tenga esos rendimientos”, dijo, y apuntó: “Alur financia el cultivo, la plantación y el mantenimiento” de la caña.
Alur Lorenzo.png
Álvaro Lorenzo, gerente general de Alur
Presidencia de la República
La “fábrica de ricos”
Fundamentó que Alur está en condiciones de definir cuál es el área productiva para que todos los cultivadores sean viables y que el subsidio tenga un “reparto equilibrado”.
“No es que viene un dirigista a querer meter los dedos en un sector en donde hay competencia. En Uruguay nadie compra caña de azúcar que no sea Alur…, ojalá hubiera otro comprador. Alur lo hace en función de una decisión gubernamental, por razones sociales, de darle continuidad y sostener el cultivo de caña de azúcar. En definitiva, el que lo sostiene es el consumidor uruguayo. Todos los uruguayos, cada vez que cargamos nafta en un auto o en una moto, hay un 10% que es etanol. Y de ese 10% de biocombustible, un tercio es de Bella Unión, que sale tres veces más que el producido en Paysandú. Ese sostén es lo que permite que haya caña de azúcar en Uruguay”, argumentó.
Refutó que con esta medida de topear el área de cultivo a los grandes productores se vaya en contra del principio de libertad de mercado. “No va en contra de la libertad de mercado porque no hay mercado. Si alguien quiere plantar 3.000 hectáreas de caña de azúcar, que plante. Alur le va a comprar (la producción de) 200”, señaló.
Recusó que la decisión pueda tener un costo político. “Lo que debería tener costo y no importa para quién, porque en esto entran todos los gobiernos, el de ahora o el de antes, es que un sistema que está para sostener a un pueblo por un sentido social sea un modelo concentrador que fabrica ricos”, sostuvo.
Señaló que a nivel político y en el ambiente de Ancap y el directorio que integran todos los partidos políticos “hay un entendimiento generalizado” en cuanto a que la medida es necesaria. “Yo no soy un llanero solitario que va a hacer justicia a Bella Unión”, sino que la medida es fruto de un amplio acuerdo a nivel social y político, aseguró. Agregó: “No hay nadie que no quiera terminar con esto. (...) Tampoco estamos haciendo una especie de tabla rasa para que todos tengan 40 hectáreas, porque igual va a haber productores grandes; ojalá los chicos no sean tan chicos y equilibremos el sistema”.
Lorenzo también procuró el entendimiento y respaldo de Lacalle Pou. “Como aquellos que estarían en contra de estos cambios hacen lobby todo el tiempo y acceden a candidatos de todos los partidos y hablan de estos temas manejando información parcial, desde que estoy en Alur he tenido algunas pocas reuniones con el presidente donde este tema (de la concentración del área) ha sido un aspecto central”, explicó.