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En la casa de Mariana Ubillos se escuchó una fuerte explosión mientras ella, una niña, y su hermana se preparaban para ir al colegio. Cuando miraron por la ventana, vieron que el auto de su padre estaba prendido fuego. Él estaba al lado del vehículo: se acababa de salvar de un atentado orquestado por el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
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Ubillos, que hace un año asumió como directora en UTE, es hija de un histórico dirigente de Soriano del Partido Nacional. Su padre fue diputado por el departamento, luego senador y ministro (primero de Industria y Trabajo y después de Transporte, Comunicaciones y Turismo). Este último cargo lo ocupó hasta 1974 —durante la dictadura militar—, cuando se fue de embajador a Portugal (hasta 1976).
Por eso, la directora de UTE cursó la educación secundaria en el Instituto Español, de Lisboa. Ubillos dice que se acuerda “de todo” lo que sucedió en esa época y en particular de los episodios en los que su padre era “perseguido”. Fue, asegura, un objetivo de los tupamaros y luego de los militares.
“Soy muy respetuosa de todas las posturas de las personas porque fue un momento político que había que vivirlo. No hay un blanco o negro. Y no me refiero al tema de las desapariciones sino al tema político. Hubo muchos grises”, comenta a Búsqueda.
Ubillos cuenta que todavía tiene que lidiar con comentarios de personas que aseguran que su padre firmó la disolución de las cámaras, pero ella aclara que no fue así. “Fue uno de los que se opuso dentro del gabinete. Sí pensó que la clase política y la Policía estaban tremendamente deterioradas en ese momento. Si bien la guerrilla tupamara estaba casi terminada, no se controlaba la parte social del país. Estaba todo fuera de contexto”.
Recuerda que su padre “revirtió su postura” respecto al régimen militar. “No era partidario de las dictaduras sino de determinadas posturas más firmes en seguridad, pero no en la persecución política, en todo lo que pasó después”, explica. Los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz fueron la clave para cambiar su posición.
La directora de UTE dice que todavía se sigue asombrando de que haya habido desaparecidos en 1978. “No tiene sentido, no le cierran a nadie esas desapariciones. En ese momento mi padre ya era un opositor a todo esto”, asegura. Cuando era estudiante en la Facultad de Derecho, Ubillos militó en forma clandestina por el No para el plebiscito de 1980, la papeleta que rechazaba al gobierno militar.
Después de ser parte del gobierno de facto y luego opositor, Mario Ubillos volvió a ser electo senador en las elecciones de 1984. Lo fue hasta el último día de la legislatura, el 14 de febrero de 1990, cuando se retiró de la política activa con 83 años. Murió en 1997.
Como ministro, Ubillos impulsó una decisión que, en algún punto, lo relaciona con el rol que actualmente ocupa su hija: fue quien envió al Parlamento un proyecto de ley para la creación de Antel, que separó el área de las comunicaciones de UTE.
