Para Ernesto Talvi, analista principal del Real Instituto Elcano de Madrid y excanciller uruguayo, el de la Unión Europea (UE) y América Latina es un “matrimonio que debe ocurrir”.
“Lo viví como canciller, cada vez que hubo una chance y pensábamos que lo firmaríamos alguien tiró la pelota” afuera, señaló el economista y expolítico colorado, ahora radicado en Madrid como analista del Real Instituto Elcano
Para Ernesto Talvi, analista principal del Real Instituto Elcano de Madrid y excanciller uruguayo, el de la Unión Europea (UE) y América Latina es un “matrimonio que debe ocurrir”.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“Compartimos valores occidentales”, un “patrimonio cultural y, más importante”, son dos regiones “complementarias”, explicó el economista, quien fue ministro de Relaciones Exteriores por tres meses al inicio del actual período de gobierno y luego renunció al cargo y abandonó la política. América Latina puede “producir energía barata y limpia, y alimentos orgánicos”, a la vez que la UE “es la capital de tecnología y el conocimiento que América Latina necesita para desarrollarse, en parte para la transición verde y transición tecnológica”, señaló al disertar el 30 de octubre en un webinar organizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Si finalmente se concretase el acuerdo de comercio entre el Mercosur y la UE, se crearía la “mayor asociación de integración” de la historia, afirmó. En su opinión, los europeos deberían “buscar más que un acuerdo comercial”.
Sin embargo, Talvi expresó desazón ante las dificultades que han tenido esas largas negociaciones, que empezaron a fines de los años noventa. “Lo viví como canciller, cada vez que hubo una chance y pensábamos que lo firmaríamos alguien tiró la pelota”, dijo, y agregó: “Y nosotros sabemos quién tiró la pelota, en general”.
“Lo que estoy diciendo es que hasta lo políticamente imposible, necesitamos que este matrimonio prospere, necesitamos remover los obstáculos. Como siempre he dicho: hasta que lo políticamente imposible se haga inevitable”.
Talvi desarrolló en su charla una tesis que ya había planteado en un análisis publicado en febrero. Allí señala que, en el actual contexto geopolítico global, los países democráticos, desarrollados y emergentes, entre ellos la mayoría de América Latina, enfrentan un “dilema” sobre su posicionamiento: ¿cómo equilibrar intereses y valores, en momentos en que los “gobiernos autoritarios, especialmente China”, están ganando influencia económica y poderío militar? “El dilema es particularmente complejo para América Latina, la región emergente más alineada con los valores de Occidente, pero cuyos intereses económicos, en muchos casos están fuertemente condicionados por los vínculos comerciales y/o financieros y/o de inversión con China”, señaló en ese artículo.
Utilizando una muestra de 31 resoluciones votadas en la Asamblea General de las Naciones Unidas entre 2001 y 2023, concluyó que el posicionamiento de los países democráticos latinoamericanos no respondió al deseo de evitar alinearse con alguna de las dos potencias globales y mantener así cierta neutralidad o equilibrio. Se encolumnaron mayoritariamente con Estados Unidos, la UE, el resto de los países desarrollados y la Europa emergente”, cuando se trata de decisiones referidas a valores (derechos humanos, soberanía e integridad territorial), y se lo hicieron en general con China y sus pares emergentes en aquellas asociadas a intereses económicos (comercio y desarrollo, sanciones económicas).
Ese posicionamiento, según Talvi, no es de neutralidad ni responde al deseo de evitar alinearse con una de las dos potencias para mantener el equilibrio, con las excepciones de Cuba, Nicaragua y Venezuela, sino que “persigue sus propios intereses nacionales alineándose con los distintos bloques en diferentes cuestiones, y lo hacen independientemente del signo político del gobierno de turno”.