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Las “heridas” en el cuerpo de un exministro que quiso subir impuestos
El chileno Andrés Velasco, decano de la London School of Economics de Londres, sostiene que “no hay una correlación obvia entre izquierda y equidad” en América Latina
Andrés Velasco, decano de la London School of Economics
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London School of Economics
Para Andrés Velasco, quien fue ministro de Hacienda (2006-2010) en el primer gobierno de Michelle Bachelet en Chile y actualmente es decano de la Escuela de Política Pública de la London School of Economics and Political Science, es una “paradoja” que América Latina sea, a la vez, la región del mundo “más desigual” y “la más democrática”.
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Al exponer el 29 de octubre en un seminario sobre esta temática organizado por el Instituto Internacional de Desigualdades, en Londres, planteó que “no es claro” que la inequidad de ingresos en América Latina sea “el resultado de una élite egoísta”.
Señaló que el tamaño de los Estados varía significativamente en la región, con niveles de gasto gubernamental del orden de 15% del Producto Interno Bruto (PIB) en Guatemala o República Dominicana —Estados “violentamente pequeños”—, y ascienden a más de 40% en Argentina y Brasil, que están por encima de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). “Brasil no es un país en el que las élites se confabularon para mantener el Estado”, afirmó, para agregar que “el cuento de la moralidad no es muy iluminado”.
Agregó que los países de la región han tenido gobiernos de izquierda, desde la “moderada” Concertación chilena hasta la “radical” de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua o del kirchnerismo en Argentina. “¿Ellos han hecho más por la inequidad? No, en absoluto”, respondió. Según él, “no hay una correlación obvia entre izquierda y equidad en América Latina”.
“Dinamita política”
Luego, el economista chileno citó tres estudios, según los cuales los sistemas fiscales en la región son siempre igualitaristas, pero en nueve de 18 países la política fiscal aumentó la pobreza. Además, de esas investigaciones surge que la reducción de la inequidad en los países de América Latina y el Caribe es menor que en los países de otras regiones de ingresos medios altos, pero no tanto menos, aunque sí respecto de las economías avanzadas.
El gasto en educación y salud y otras medidas fiscales “en especie” son, también, igualadoras de los ingresos, y su contribución en ese sentido “es bastante grande”, apuntó. Sin embargo, observó que, en términos de calidad del gasto, “ofrecer una buena educación es difícil” en la región.
Como síntesis, dijo que en América Latina “el sistema tributario redistribuye bastante más de lo que sugiere la visión estándar del mundo”.
Preguntó por qué no se hace más para lograr una mayor equidad social en la región. Entre otros elementos, mencionó la dificultad que tienen los gobiernos para gravar la economía informal —“que es gigante”— y para imponer impuestos, debido a la movilidad de los capitales. También aludió razones de “economía política”, y el hecho de que se utiliza más el impuesto a la renta personal y que hay un “bajo apetito por gravar la propiedad”.
“¿Es simplemente que los malvados ricos no quieren pagar? Puede ser en un punto. Pero también es verdad que la clase media no paga” porque están por debajo de ciertos umbrales no alcanzados por los tributos, planteó. “Traté una vez de mover esos umbrales y todavía puedo mostrar las heridas en mi cuerpo. Es difícil de imaginar algo menos popular, los votantes no están ahí. Porque la mayoría de la gente no está en el top 5% (de la pirámide de ingresos) y dicen: ‘Soy clase media, ¿por qué voy a pagar impuesto a los ingresos?’”. Allí hay “un asunto importante y es dinamita política”, enfatizó.
También habló, metafóricamente, de las heridas que le provocó el haber intentado aumentar la carga impositiva sobre la propiedad. Según Velasco, la fuerte urbanización que se dio en la región en las últimas décadas provocó una valorización inmobiliaria, lo que produjo que haya personas “con menos efectivo pero más ricas en tierras”.
“Estoy seguro que en países como Brasil es necesario reestructurar el tipo de impuestos que tiene, pero no hay ambiente para subir impuestos en relación al PIB”, y que algo similar ocurre en “Colombia, Chile, Guatemala y otros en el medio” porque deben “entrar en esos problemas de economía política”, sostuvo.