—¿Qué énfasis dará a su gestión al frente de la gremial como mujer, gerenta de una agroindustria y economista? ¿Habrá renovación o continuidad?
—Es un mix, porque hay un trabajo sobre las bases con las que venimos avanzando hace mucho tiempo en los equipos de trabajo, y renovación porque cada presidente va dejando su impronta. Lo que me gustaría es, por un lado, fortalecer mucho más el lazo entre el sector exportador y la academia, porque la UEU representa un espectro muy amplio de empresas y algunas precisan más el apoyo en determinados temas, en los que internamente no tenemos las capacidades.
Y el otro eje que queremos materializar es el tema de la innovación, porque en inteligencia artificial o ciberseguridad la realidad va más rápido de lo que cada empresa individualmente puede absorber. Buscamos que el socio tenga en la UEU una unidad de innovación, que sea un aliado que le facilite procesos, por ejemplo, en cómo implementar las herramientas de la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación) en la empresa, sin importar la dimensión.
—Asume en un momento en que las exportaciones registran un crecimiento de 15% hasta setiembre frente al 2023. ¿Qué balance hace hasta ahora y qué perspectiva tiene para todo el 2024?
—Partimos de una base de comparación del año pasado donde estábamos sufriendo los efectos de la seca; era un contexto bastante crítico. Apostamos a ver a la exportación en el largo plazo, porque es el motor que derrama en la economía y es el potencial para apalancarla. No es solo decir que ahora estamos en este 14% o 15% y que seguramente terminemos el año con una mejor proyección de la que estaba en la Rendición de Cuentas. Lo celebramos, es excelente, pero miremos en el largo plazo todos los factores que tienen que alinearse para sostener un crecimiento de ese tenor y que no sea que un año caigo y el otro crezco. En el largo plazo, en los últimos 10 años, el crecimiento promedio de las exportaciones es el promedio del crecimiento del PBI (Producto Bruto Interno) y eso es magro para el potencial que tiene Uruguay.
—¿Cómo se sostiene el crecimiento en el largo plazo y cómo se impulsa ese potencial?
—Venimos trabajando en una agenda de propuestas. Hay mucho para trabajar en inserción internacional, necesitamos un músculo negociador más estable en el tiempo y —de repente— buscar objetivos menos ambiciosos, tratados que no sean un TLC (tratado de libre comercio), acuerdos más puntuales, convenios con destinos como Medio Oriente, Centroamérica, sudeste asiático, etcétera.
También es preciso mejorar la competitividad de costos, la conectividad, la logística, impulsar la sostenibilidad, la incorporación de tecnología; esos son los grandes ejes donde Uruguay debería empezar a mostrar el despegue y el crecimiento.
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Mauricio Zina, adHOC/FOTOS
—En el buen momento que atraviesa el sector, el aumento del tipo de cambio es otro factor que suma y sobre el que el sector viene reclamando en los últimos años. ¿Este repunte del precio del dólar está siendo una oportunidad para recuperar la rentabilidad de los negocios?
—Es un período muy corto y venimos de una trayectoria prolongada en el tiempo donde el dólar tenía otra realidad en nuestro país. Por más que se intentan aprovechar las oportunidades, hablamos de una coyuntura de un mes, eso no alcanza. En octubre de 2021 estaba en $ 43. La inflación que hubo en el medio y la relación con los otros países con los que transamos bienes y servicios también cuenta. Es un factor para la competitividad que sigue siendo un punto de alerta para el sector.
—¿Dice que no es un alivio al atraso cambiario?
—Es un alivio, es una corrección, pero hay que ver los fundamentos. Una volatilidad y un cambio en la moneda dado por lo que se viene hablando de temor de inversores por el resultado de (el plebiscito de la seguridad social) no es motivo de celebración.
—¿Coincide con el presidente del Banco Central, Washington Ribeiro, en que no hay un tipo de cambio de $ 30, $ 40 o $ 50 que cierre el balance de todas las empresas?
—No hay números mágicos, estamos de acuerdo. Representamos un amplio espectro de empresas, muchas de las que exportan también trabajan en el mercado local. El objetivo del sector es un tipo de cambio real que nos permita ser competitivos en el mundo basado en fundamentos de más largo plazo.
—Dice que esta corrección no se sostendría y que falta resolver o avanzar en los factores que hacen a la competitividad en sentido más amplio…
—No sabemos qué va a pasar, me encantaría tener la bola de cristal. Independientemente del tipo de cambio, hay cuestiones de estructura de costos como país en las que tenemos que seguir trabajando, las tarifas públicas, portuarias, los impuestos…
—Hace pocos días bajaron las tarifas de los combustibles, por ejemplo. ¿Cómo evalúa las medidas con las que el gobierno apuntó a mejorar la competitividad más estructural? ¿Fueron efectivas?
—Van en el sentido de lo que necesitamos, pero falta más, no son suficientes porque hay otros factores que van en otro sentido. Es importante consolidar la baja inflación por el tema de costos y por la estabilidad que proyectamos como país en el contexto donde hacemos negocios. Hay cuestiones de corto y largo plazo. Por ejemplo, la Tasa Consular, los costos portuarios son temas en los que podríamos tener un impacto en el corto plazo.
En temas impositivos hay para avanzar. El Impuesto al Patrimonio, por ejemplo, que es un impuesto ciego, y en empresas que vieron restringido su comercio exterior o baja en los precios de los productos que venden con un dólar en caída... Hay empresas que son tomadoras de precio, entonces se han dado años de contexto, de combo explosivo…
Las exoneraciones a la inversión son por un período de tiempo y tienen determinadas lógicas, donde algunas (empresas) entran y otras no. En devolución de impuestos, los esquemas y porcentajes fijos vienen establecidos hace bastante tiempo, y debería ser algo más dinámico para promover o acompañar a un sector que es dinámico, porque se estipula para determinado producto 3% y hace 10 años que está así, pero en ese tiempo no siempre fue representativa la devolución.
—¿Sigue habiendo empresas en riesgo?
—La medición que elabora el BCU da un repunte de la rentabilidad en el sector, pero no es representativa genéricamente. Cada empresa y sector tiene su realidad, algunos se han visto bastante golpeados por coyunturas que no se han podido revertir todavía. Además, una cosa es la rentabilidad, y otra las finanzas de las empresas. Hemos tenido situaciones de socios que financieramente han tenido serias dificultades para cobrar lo que exportan.
No es lo mismo una medición de rentabilidad con la salud de las finanzas de las empresas. Hemos tenido bajas (de socios) el año pasado por cierre de empresas, es una realidad de todos los años.
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Mauricio Zina, adhoc/FOTOS
—Pero hay más aire que el año pasado en las empresas…
—Seguramente lo haya. Se está viviendo un momento más positivo, sin duda, pero el nivel de apalancamiento de cada empresa no lo conocemos, pueden estar en un mejor momento de ventas y estar tremendamente endeudadas, remando para pagar sus créditos.
—En esta campaña electoral han tenido el visto bueno a planteos de la UEU para que integre el Directorio del Latu y dar participación al sector privado en el Instituto Uruguay XXI. Ante el cambio de gobierno que se viene, ¿qué expectativas tienen de que se cumplan las demandas del sector si Diego Labat o Gabriel Oddone —según quién gane las elecciones— asumen al frente del Ministerio de Economía?
—La expectativa es que lo que vemos en campaña se plasme y no quede en palabras. Ahí jugamos nuestro rol, de machacar y perseverar en los planteos. Es importante participar y tener injerencia en las decisiones del Latu, y lo mismo con Uruguay XXI, enriquecerlas y aportar para que sean dinámicas y eficientes.
Sobre lo otro no visualizamos nada muy diferente (con el cambio de gobierno). Nuestra impronta va a ser insistir en los cambios que necesitamos más allá de una campaña electoral o un programa de gobierno; en lo micro hay cuestiones que vamos a seguir proponiendo hasta que tengamos eco. Con los dos (Labat y Oddone) tenemos un muy buen relacionamiento y escucha activa. Estamos tranquilos.