Para la Leborgne ese sería el final de un periplo hamacado. Entre una mutualista y otra, esta clínica de radioterapia y masoterapia tuvo otros dueños, responsables de una empresa proveedora de servicios de salud, Soporte Vital Avanzado (SVA). Esta empresa fue objeto de denuncias penales por estafa, una promovida por una firma financiera y otra de la propia Médica Uruguaya.
Alberto Iglesias. Foto: Mauricio Zina, adhocFOTOS
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La incógnita del MSP
La ampliación de denuncia que los abogados del MSP Gustavo Bordes y Martín Thomasset presentaron ante la Fiscalía Penal de Delitos Económicos y Complejos de 3er turno, sobre la adquisición de la Leborgne por Casa de Galicia, se justifica ante “la dificultad” del Poder Ejecutivo de entender el negocio, valuado en US$ 3,5 millones. En ella detallaron episodios de “apariencia irregular”.
El texto, al que accedió Búsqueda, indica que el compromiso de compraventa se celebró el 22 de noviembre de 2019, cuando Iglesias abonó US$ 500.000. Otros US$ 1,4 millones se pagarían a través del fideicomiso que el MSP le había otorgado ese año a la mutualista; US$ 100.000 fueron “supuestamente entregados” a Álvaro Galeano, que sería uno de los nuevos socios de Iglesias en la Leborgne (dueño del 39% de las acciones); el millón y medio restante se pagaría “mediante letras de cambio cruzadas del banco Heritage”, sin que surjan “datos identificatorios” ni “titular”.
Otro socio, Juan Carlos Lousada, se hizo con el 10% restante de las acciones. Este último es uno de los prestamistas a los que acudía Casa de Galicia debido a su falta de crédito bancario. Ese contrato, sin embargo, no especificaba cuánto aportaba cada uno. Ese no es el único cuestionamiento del MSP: el 15 de noviembre de 2020, Iglesias envió una nota al ministerio pidiendo una autorización retrospectiva de funcionamiento a la Junta Nacional de Salud (Junasa), como accionista mayoritario, cuando esta debía realizarse previamente. La solicitud incluyó una planilla con datos contables que carecían de firma “o al menos de elementos que permitieran verificar su veracidad”, según el MSP.
Si bien la mutualista presentaba números negativos por “cientos de millones de pesos”, los “cálculos proyectados” prometían un superávit por cifras similares. No había tasaciones que permitieran verificar el porqué de la tasación de la Leborgne en US$ 3,5 millones. Tampoco la Asamblea de Socios de Casa de Galicia estaba al tanto del origen del dinero. El fideicomiso aludido, además, no permitía la compra de paquetes accionarios.
El MSP baraja la posibilidad de que esto haya sido activado a través de la adquisición por US$ 1,4 millones de equipamiento médico de la Leborgne el 12 de junio de 2020, a través de este mecanismo. “El negocio antes referido resulta complejo de interpretar”, señala la ampliación de denuncia.
El total de la compraventa se hizo efectivo el 2 de julio de 2020. Ese día se suscribió una cesión de créditos entre el Heritage y la Leborgne, ahora representada por Iglesias, para pagar los US$ 1,5 millones asumidos. “El objeto cedido en garantía y eventualmente en pago fueron los créditos que la Clínica Leborgne tenía a favor de Mucam por la facturación de servicios”. Desde la década de 1980 la Médica Uruguaya era cliente de la Leborgne.
Al 10 de agosto de 2022, con Casa de Galicia ya cerrada, la sindicatura —a cargo de la Liga de Defensa Comercial— “informó al MSP que los señores Galeano y Lousada adquirieron el 51% restante del capital accionario de la Clínica Leborgne, asumiendo la totalidad del pasivo contraído con el banco Heritage”, lo que generó “más dudas” sobre “cómo se desarrolló el negocio”.
Fuentes del MSP dijeron que aún hoy no comprenden por qué el fiscal de la causa, Gilberto Rodríguez, no incluyó esta denuncia en su pedido de formalización a Iglesias.
Clínica Leborgne
Placa en la entrada de la Clínica Leborgne, en el Centro
Javier Calvelo / adhocFOTOS
“Pasamanos”
Galeano y Lousada habían adquirido la totalidad de las acciones de la Leborgne el 25 de junio de 2022 con autorización del juez concursal. Así lo señala una denuncia por estafa por $ 111 millones contra los hermanos G. N. y E. N., titulares de la empresa SVA, presentada por la financiera Dystrystar este año ante Interpol y a la que también accedió Búsqueda. En uno de los capítulos de la extensa denuncia, titulado “La meteórica adquisición y venta de la Clínica Doctores Leborgne”, señala que hubo un “pasamanos” entre esta institución y sus bienes, que repercutió en la quita “de un importante bien para los acreedores del concurso de Casa de Galicia”, requerido el 18 de noviembre de 2021.
El 26 de enero de 2023, Galeano y Lousada le venden la totalidad del paquete accionario de la Leborgne a Securi, una empresa de servicios de emergencia integrante de SVA, por US$ 3,5 millones. Según la denuncia, esta compraventa tiene “una particularidad muy grande”, ya que mientras los hermanos pasaron a figurar como presidente y vicepresidente de Leborgne, como director aparece Alejandro García, jefe administrativo de Emergencia Uno. “Esto resulta bastante peculiar y llamativo”, señala el texto, “cuando ni Galyner ni Médica Uruguaya eran accionistas de la misma”.
Según esta misma denuncia, dos días antes, el 24 de enero de ese año, Galyner “le aumentó el plazo de contratación a Securi por cinco años más”. Esto, más la propiedad de la Leborgne, había sido clave para que los ahora denunciantes le otorgaran un crédito de $ 10 millones a los actualmente demandados.
El 5 de mayo de 2023, “de forma meteórica”, los denunciados “se desprendieron del 51% de las acciones” de la Leborgne, “disminuyendo notoriamente su solvencia”. Galyner fue el comprador. La denuncia desliza una posible “connivencia” de la compradora con Securi, que “torna necesaria una investigación”.
Consultado por Búsqueda el abogado de la empresa que se considera afectada, Eduardo Sassón, confirmó que esta denuncia está actualmente en la Fiscalía de Flagrancia de 7º turno, sin formular declaraciones.
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Hospital central de Médica Uruguaya en Montevideo.
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Perfil bajo
“Que vengan y que investiguen todo lo que quieran”, respondió Bonanata sobre este último punto, descartando cualquier “connivencia” y señalando que ellos también interpusieron, a través de su abogado, Daniel Castro, una denuncia penal por estafa contra sus exsocios, actualmente en la Fiscalía de Delitos Complejos.
En mayo de 2023, Galyner compró el 51% de las acciones a la Leborgne. El resto de las acciones fueron adquiridas en mayo de este año. Durante dos meses, convivieron en el directorio Bonanata como presidente, García como vicepresidente y G. N. como vocal. “Convivimos dos meses hasta que en julio (de 2023) nos empiezan a caer cheques que no correspondían al giro, que tuvimos que afrontarlos con fondos de Galyner, para uso personal (del socio minoritario)”, dijo a Búsqueda. Estos montos ascendían a cifras de entre US$ 400.000 o US$ 500.000. “Ahí accionamos para que salieran” de la sociedad, agregó.
Como “cliente histórico” de la Leborgne, Médica Uruguaya la adquirió, a través de Emergencia Uno, para asegurar la prestación de oncología, una vez cerrada Casa de Galicia. “No se sabía qué iba a pasar con la Clínica y nos empezamos a preocupar”, explicó Bonanata. Contó que tenían un “buen acuerdo” con la Leborgne y salir a buscar alternativas significaba buscar otros precios en la COR, la otra importante clínica radiológica del país, donde nunca habían sido clientes. También aseguró que “nunca fue condición” para la compra la renovación del contrato de servicios que Securi le daba a Galyner “en Canelones”.
La Leborgne, un “mojón oncológico”, una “grifa” que brinda “orgullo” a la Médica Uruguaya, está hoy funcionando “normalmente” y realizando poco más de un centenar de procedimientos clínicos al mes, según su presidente. Opera casi exclusivamente con mutualistas, tiene muy pocos clientes particulares. Sin embargo, no muchos, incluso en el mundo médico, saben que, por más que la operación haya sido hecha a través de Galyner y así lo indique la documentación, es ahora parte de Mucam. La empresa financiera involucrada en la anterior demanda considera “raro” que semejante adquisición no haya sido publicitada. El ruidoso antecedente de Iglesias y Casa de Galicia pesa.
Para Bonanata, es una “fantasía” que haya una suspicacia en este punto. Todas las mutualistas están obligadas a prestar servicios oncológicos, propios o contratados. “No nos parece que sea algo para transmitir masivamente. Quizá sea un error estratégico de marketing, pero lo consideramos así. La Médica, con un perfil muy bajo, es quizá hoy la institución más potente de la salud en Uruguay”, señaló. Hay diferencias evidentes: Casa de Galicia tenía 40.000 socios en sus últimos años y una crisis financiera que la tenía en picada; Mucam tiene más de 300.000. Esta postura, empero, puede cambiar en el futuro, luego de la mudanza y la inversión pensada. “Cuando la Clínica esté como la Médica quiere, ahí va a ser el momento de hablar de la Leborgne”, agregó.