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Según el especialista en derecho del trabajo Juan Raso, es necesaria una ley que limite la jornada laboral a 44 horas. Argumenta que cualquier reducción por debajo de este umbral debería ser negociada colectivamente. Además, plantea el dilema de si una jornada más corta fomentaría el descanso o el multiempleo, un desafío que requiere una adecuada cultura laboral.
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—Creo que debería haber una ley general de 44 horas de limitación de la jornada. Después de 110 años, 48 horas me parece que no va. ¿Es posible una ley de 40 horas, de 41, de 42 horas? Sí, pero yo entiendo que, por debajo de las 44 horas, la reducción de la jornada debería ser pactada por negociación colectiva, de actividad o de empresa, y, además, establecer algún mecanismo flexibilizador en beneficio de los empleadores, como que no necesariamente haya que distribuir esas horas semanales en cinco o seis días. Resumiendo, 44 horas legal para todos, debajo de 44 horas, negociación.
—Sobre esta discusión usted se hacía algunas preguntas también en publicaciones de su blog. Y entre ellas se preguntaba si la reducción de la jornada iba a promover el descanso o si iba a generar multiempleo.
—Ese es un tema bien complicado y una cuestión curiosa. La Ley 5.350 estableció las ocho horas, clásica ley batllista, pero esa misma ley tenía un artículo que prohibía al trabajador tener otro empleo. El problema es que es muy difícil de fiscalizar, con lo cual ese artículo nunca se aplicó. Hoy en día el problema de la rebaja de la jornada es precisamente ese. La rebaja de la jornada podría ser un incentivo a un doble trabajo, como sucede en muchos casos en el sector de la salud. Es un tema difícil. Es necesario formar cultura sobre estas cuestiones para que esa rebaja de la jornada beneficie a otros trabajadores que están desempleados.