Tuvo sexo con 100 hombres en un día y hay un montón de gente hablando del tema. Se trata de la inglesa Lily Phillips, de 23 años, creadora de contenidos de la plataforma OnlyFans desde los 18.
Lo que más me llama la atención son todos esos varones, más precisamente 100 varones, que gastan cientos de dólares y hacen cola durante más de una hora para tener cinco minutos de sexo con una persona
Tuvo sexo con 100 hombres en un día y hay un montón de gente hablando del tema. Se trata de la inglesa Lily Phillips, de 23 años, creadora de contenidos de la plataforma OnlyFans desde los 18.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáOnlyFans es una red social por suscripción, con más de 200 millones de usuarios en el mundo, en la que modelos porno (en su mayoría mujeres), tanto aficionadas como profesionales, suben y venden sus videos y fotografías. Como la clave es producir interés en los contenidos ofrecidos (ya que las ganancias van en función de la cantidad de gente que quiere mirar) las estrategias de marketing son de lo más ingeniosas en un mercado cada vez más competitivo.
Es así que Phillips se propuso esta maratón en la que buscaba reclutar a 100 de sus fans para tener sexo con ella en el correr de un día. El proceso está documentado en el audiovisual titulado I Slept With 100 Men in One Day (“Dormí con 100 hombres en un día”) y realizado por el youtuber sudafricano Josh Pieters. El hecho de que se use el eufemismo dormir para referirse a encuentros que duraban literalmente cinco minutos me parece demasiado, pero eso es apenas un detalle.
El registro acompaña a la joven durante los días previos al desafío, mientras el director le va haciendo preguntas que permiten saber un poco más acerca de su vida y de lo que piensa sobre lo que hace. El video termina con una conversación entre Phillips y Pieters poco rato después de terminar la jornada maratónica que la actriz se propuso cumplir. La imagen de Lily es la de una persona agotada física y emocionalmente después de más de 10 horas casi sin comer y recibiendo a hombres desconocidos para tener sexo.
Las redes sociales estallaron; desde la condescendencia hasta el insulto. Desde “pobrecita, me preocupa tu salud mental, no hagas esto que te hace mal” hasta “sos una puta, nadie se va a querer casar contigo”. Sin embargo, Phillips parece tener bastante claros algunos aspectos. Me llamaron particularmente la atención algunas de sus declaraciones en el documental. Más allá de decir, por supuesto, que hace esto “porque le gusta” y lo disfruta y gana muchísimo dinero, es consciente de que muchas otras mujeres lo hacen por necesidad o porque algún hombre las fuerza a eso. Es decir, tiene claro que el tema es complejo. Aclara que este no es su caso y señala: “Estoy haciendo dinero de algo que los hombres harían conmigo de todas maneras; los hombres siempre me van a sexualizar, así que al menos saco una ventaja de eso”. “No todos los hombres te van a sexualizar”, le dice bajito el entrevistador. “Realmente no sé”, responde ella, “quiero decir, bueno, tal vez no todos”.
Phillips cuenta que ya le decían puta en la universidad por tener sexo con distintos hombres y la objetizaban desde muy chica. Entonces, al final, siente que tal vez es más inteligente terminar sacándoles dinero a quienes antes la insultaban con algo que siempre disfrutó hacer. También es consciente de que al promover determinados estereotipos sexuales ella también es “parte del problema” y eso le resulta “lo más difícil de procesar”. Porque algunas prácticas extremas que ella hace “no son normales”, dice, y tal vez después muchos hombres esperan que otras mujeres hagan esas mismas cosas o que tengan sexo con mucha cantidad de hombres, pero eso no es “sexo de la vida real”.
De una manera suave y sonriente, Lily habla con intuición muy lúcida sobre la construcción de la sexualidad en las culturas occidentales. Una sexualidad que gira eternamente en torno al placer de los hombres, a quienes nada se les cuestiona, hagan lo que hagan. Porque, honestamente, lo que me parece más loco de todo este asunto no es tanto que una mujer joven tome la decisión de hacer mucho dinero teniendo sexo con muchos tipos en un día. Lo que más me llama la atención son todos esos varones, más precisamente 100 varones, que gastan cientos de dólares y hacen cola durante más de una hora para tener cinco minutos de sexo con una persona. Trato de entender dónde está el placer exactamente, trato de entender qué les pasa por la cabeza.
La Universidad de Oxford eligió como palabra del año de 2024 el término brain rot. Esta expresión inglesa, que podría traducirse como “podredumbre cerebral”, hace referencia a la sensación que queda en la cabeza después de pasar demasiado tiempo en las redes sociales. Habla del “deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente visto en el exceso de consumo de contenido digital que es de tipo trivial o poco profundo”.
Parece que en este 2024 que se va la podredumbre cerebral sumada a la masculinidad tóxica han llevado a decenas de hombres desde a pagar por eyacular en cinco minutos, como en el caso de Lily Phillips a través de OnlyFans, hasta a abusar de una mujer inconsciente, como en el caso de Gisèle Pelicot, a través de los sitios de Internet donde su exmarido la promocionaba.
Ojalá que el 2025 traiga al mundo entero menos podredumbre, mayor claridad mental y más amor hacia todas las personas.