En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
La semana pasada, una carta de una lectora publicada en El País de Madrid se hizo viral y fue reposteada por varios medios. La lectora, Rocío García Vijande, de la ciudad de Gijón, hacía referencia en sus líneas a las horas que pasamos en la pantalla del celular y se preguntaba qué hacíamos con ese tiempo antes. Titulada “El scroll infinito”, comenzaba diciendo: “Miro mi móvil: ayer cuatro horas y 24 minutos de uso. No recuerdo haber hecho nada realmente importante con ese tiempo. Solo deslicé el dedo, miré vídeos, leí publicaciones, salté de una cosa a otra sin darme cuenta. Antes, cuando no existían los móviles ni Internet, esas horas se llenaban de vida”.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
A pesar de todas sus claras ventajas, un gran inconveniente de la era digital es nuestra exposición a distracciones que nos embarullan todo el tiempo, desde nuestra interminable necesidad de revisar cosas en nuestro mail y redes sociales hasta el flujo permanente de mensajes de WhatsApp, pasando por nuestras adicciones impulsivas a las compras por Internet. Quizás es demasiado pronto para saber cuál será el impacto a largo plazo que tendrá en nuestros cerebros vivir en la burbuja digital, pero varias investigaciones psicológicas recientes sugieren que hay una correlación entre el mayor uso de las redes sociales y posibles déficits en la concentración, pérdida de empatía y deterioro de las habilidades sociales, entre otras cosas.
Un área de conversación en el mundo laboral que viene tomando cada vez más relevancia, dada la recurrente preocupación por las distracciones digitales, es la productividad relacionada con el trabajo, que se ha convertido en una obsesión bastante común. Según Google Trends, una de las búsquedas más recurrentes en el mundo laboral tiene que ver con consejos sobre “cómo ser productivo”. Los padres nos quejamos permanentemente del tiempo que nuestros hijos pasan sumergidos en el celular con TikTok, Youtube o Instagram. El scroll infinito parece haber llegado para quedarse.
Algunas empresas están optando por restringir el acceso a aplicaciones o sitios, incluso limitar el uso del celular durante el horario laboral. Sin embargo, es posible que esto pueda dañar la productividad y la satisfacción laboral. Existe variada bibliografía que demuestra los efectos positivos del uso de las redes sociales en el trabajo, en los vínculos fuera del trabajo y la productividad del equipo.
Otras miradas defienden que existen varios estudios que sugieren que el uso del celular puede mejorar la productividad laboral cuando se utiliza de manera estratégica. Por ejemplo, un informe de Gallup destaca que la tecnología móvil permite a los empleados acceder a herramientas de productividad y comunicarse instantáneamente, lo que facilita la gestión del tiempo y la colaboración en equipo. Además, un estudio de la Universidad de California en Irvine encontró que el uso de herramientas móviles puede aumentar la eficiencia en la organización del trabajo y la comunicación.
Quizás lo más importante es admitir que no hay una única receta, por lo que sería un error suponer que todo el mundo se ve afectado por igual por las distracciones, ya sean digitales o analógicas. De hecho, la investigación científica ha sugerido durante mucho tiempo que existen diferencias individuales a nivel cerebral en la propensión a distraerse, en la tendencia a divagar la mente (básicamente lo opuesto a la atención plena). Esto es una dimensión que se considera bastante común de la personalidad.
Daniel Kahneman, en su libro Ruido, destaca que el mundo digital provoca distracciones que afectan negativamente la toma de decisiones. La constante sobrecarga de información y los estímulos que provienen de dispositivos digitales, como notificaciones y correos electrónicos, pueden llevar a una sobrecarga cognitiva, dificultando la capacidad de procesar datos de manera efectiva. Además, el multitasking, que se ve fomentado en entornos digitales, reduce la calidad de la atención y aumenta el riesgo de tomar decisiones precipitadas basadas en información incompleta.
A su vez, el libro señala que los algoritmos de las plataformas digitales pueden sesgar la información presentada, contribuyendo a decisiones basadas en datos erróneos o desinformación. Para abordar estas cuestiones, se propone implementar estrategias para gestionar mejor las distracciones digitales, como establecer límites en el uso de dispositivos y fomentar entornos que favorezcan la concentración. Esto es esencial para mejorar la calidad de nuestros juicios y elecciones en un mundo cada vez más ocupado por la tecnología.
Tendemos a celebrar la capacidad de concentrarse o estar inmersos en algo durante largos períodos de tiempo. Curiosamente, aunque solemos resistir las distracciones, es útil recordar que tienen el potencial de aumentar la curiosidad y la creatividad: cuanto menos filtres o censures información aparentemente irrelevante, más originales e inusuales pueden ser tus ideas e invenciones. Del mismo modo, la incapacidad para tolerar las rutinas, el aburrimiento y la repetición motivará a las personas a buscar experiencias novedosas y poco convencionales, ampliando su mente y horizontes, alimentando su curiosidad social, intelectual y experiencial.
Por lo tanto, un mejor antídoto contra el impacto nocivo de las distracciones puede ser ajustar tu trabajo o carrera para que incluya la cantidad justa de distracciones acorde a tu personalidad natural. Después de todo, el talento es en gran medida la personalidad en el lugar correcto: si encontrás una tarea o trabajo que es un ajuste natural para tus hábitos y tendencias de comportamiento, esos hábitos y tendencias se manifestarán como “talento”. En otras palabras, si en tu entorno se valoran tus inclinaciones y tendencias naturales, tu probabilidad de tener un alto rendimiento será significativamente mayor.
De los colegas con los que suelo trabajar, veo que hay algunas carreras que naturalmente se benefician de niveles más altos de divagación mental y distracción. Si sos incapaz de concentrarte en la misma tarea o problema durante largos períodos de tiempo, llegás a la solución de las cosas con bastante rapidez y deseás que el día haya tenido más variedad para poder ampliar tu gama de experiencias relacionadas con el trabajo, estas son algunas de las industrias en las que creo se puede convivir sanamente con las distracciones. ¿Se te ocurren más?
Emprendedurismo. Pocas trayectorias profesionales te proporcionarán más variedad que el emprendimiento, y esto incluye su versión más simple y pequeña, es decir, ser autónomo o tu propio jefe. Desde la creación de una idea, la búsqueda de los recursos para convertir esa idea en acción, pasando por la interacción con las partes clave interesadas, hasta la venta y el desarrollo de tu negocio, simplemente no hay tiempo para el aburrimiento o la rutina. Como era de esperar, los metaanálisis indican que los emprendedores tienden a tener niveles más altos de “apertura a la experiencia”, por lo que difieren de los gerentes y líderes en el sentido de que son más curiosos, interesados en la variedad y la novedad, y son más propensos al aburrimiento, así como menos propensos a tolerar la rutina y la previsibilidad.
Publicidad. Rara vez encuentro colegas en este sector que me digan que encuentran un momento aburrido mientras tienen que gestionar clientes de diferentes industrias y negocios. Estar preparado para reaccionar ante cualquier eventualidad noticiosa o aprender a comunicarse con audiencias muy diferentes y en una amplia gama de medios es moneda corriente. Los profesionales de las agencias deben ser capaces de absorber y sintetizar grandes cantidades de información, filtrando lo menos posible y convirtiendo las distracciones en la materia prima de sus contenidos e historias. Del mismo modo, la producción de medios requiere ser realmente un generalista, sentirse igualmente cómodo con la lluvia de ideas y conceptos iniciales, y gestionar las muchas fases de ejecución e implementación.
Consultoría. Otra buena alternativa profesional que evita la monotonía y la rutina es la consultoría. Hay, por supuesto, muchos tipos diferentes de carreras de consultoría, pero por lo general se benefician de una buena cantidad de divagación mental, apertura a la experiencia y falta de enfoque. Si bien la experiencia es la moneda que más paga en consultoría, lo que el consultor sabe por sí mismo es todavía mucho menos importante que lo que está dispuesto y expuesto a aprender. Los consultores siempre tienen más éxito cuando son generalistas que cuando se centran estrictamente en un tema o ángulo de nicho.
Periodismo. Quizás esta vertical combina elementos de las tres opciones descritas anteriormente: necesitan crear una marca y venderse como un emprendedor, deben estar siempre abiertos y reactivos a las noticias y eventos del mundo real, y deben poder cambiar de un tema a otro, siempre explorando nuevas preguntas. Esto significa convertir sus distracciones en experiencias de aprendizaje reales, y ser mucho menos sentimentales acerca de lo que saben que de lo que pueden aprender. Como señaló el filósofo moral y social estadounidense Eric Hoffer: “En tiempos de cambios profundos, los aprendices heredan la tierra, mientras que los eruditos se encuentran bellamente equipados para lidiar con un mundo que ya no existe”.
Ver las distracciones digitales desde un punto de vista fatalista, como lo exponía Rocío en su carta, quizás no sea la única cara de la moneda. Otro enfoque posible, desde el mundo laboral, podría ser el explorar cómo esas distracciones potencian tu carrera o cómo podrías acomodarlas para que sean un activo a favor. En tu carrera profesional, ¿cómo te están afectando las distracciones? ¿Estás haciendo de ellas una herramienta para potenciar tu trabajo? Seguro cada uno puede dar pasos reales para pasar del scroll infinito al scroll productivo y que en unos años algún lector se anime a mandar un enfoque diferente en una carta más alentadora.