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El senador saliente y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, incursionó en la política como un general destacado tras 46 años de trayectoria en la corporación militar y decidió hacerlo, dijo, en nombre de “una tropa muy humilde”, por la que “se la jugó”.
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Al repasar su experiencia en política partidaria, Manini Ríos se dice “defraudado” por las “mezquindades” y la “poca lealtad” que encontró “muchas veces” en la dirigencia de los partidos.
“La lealtad es un bien muy preciado y muy escaso en la política”, afirma.
—El mundo militar tiene códigos y formas de actuar bien diferentes al sistema político. En su último libro biográfico (Guido Manini Ríos, la verdadera historia, 2024) dijo haber tenido “experiencias no muy buenas” en estos años. ¿Le decepcionó la política?
—Decepción, no. Porque uno más o menos sabía que las reglas de juego eran diferentes. Uno se lleva sorpresas o se ve defraudado porque las mezquindades son a veces más grandes de lo que pensaba que se iba a encontrar. Y más que nada, sorprendido de la poca lealtad que muchas veces se ve a nivel de dirigentes políticos. Uno tiene la “deformación” de la formación (militar) que recibió a lo largo de su vida, donde la lealtad es un pilar fundamental. La lealtad es un bien muy preciado y muy escaso en la política.
—¿Por qué señala que esa “poca lealtad” se da en la dirigencia?
—Porque a nivel de la gente, cuanto más humilde, cuanto más abajo, más lealtad hay, más consecuencia con las palabras. Y cuanto más arriba, más falsedad. En estos años de política uno va despejando incógnitas. Uno ya sabe bien quién es quién. Y ha habido palabras empeñadas que no se cumplieron, claramente, de distintos actores. Pero esas son cosas que uno va aprendiendo o que va experimentando en la política. El tema es que yo pensaba, y lo sigo haciendo, que solo desde la política se puede cambiar algo.