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El plebiscito de la seguridad social fue centro del debate político pero quedó lejos de la mayoría necesaria
“No le vamos a llamar victoria a algo que no lo es”, reconoció Marcelo Abdala, presidente del PIT-CNT, aunque dijo que el próximo gobierno deberá tener en cuenta el respaldo de cerca de 1 millón de uruguayos a la iniciativa
Conferencia de prensa de al comisión nacional Afirmá tus derechos, tras los resultados primarios del plebiscito de la seguridad social
Son las 20.25 del domingo 27 de octubre. Es el clímax de la jornada electoral. Esa hora en la que todas las miradas se posan en los televisores para esperar las primeras proyecciones de las consultoras de opinión pública. En la sede del PIT-CNT se vive exactamente ese momento. En un salón, un piso arriba, está reunido el comando de dirigentes que integran la comisión nacional Afirmá tus Derechos, la impulsora del plebiscito de la seguridad social. Abajo, en el hall, están los militantes que acompañan la jornada y la prensa. En el televisor está la transmisión de TV Ciudad, pero alguien decide poner el Canal 4 y el cambio no es un detalle menor. Marcará el clima de los próximos minutos.
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En la pantalla Rafael Porzecanski alimenta la expectativa de la cuenta regresiva de cuatro minutos hasta que termine la veda con un dato de esos gancheros: “Hay una sorpresa”, dice, y el comentario hace correr una cosquilla entre los militantes que se empiezan a agolpar más cerca del televisor. “Hay una sorpresa”, “hay una sorpresa”, repiten un par de ellos como un eco. En este universo de tres minutos que se abre la sorpresa puede ser la aprobación del plebiscito.
Las 20.30 caen como una guillotina. El primer impacto es la proyección de voto de la consultora Opción para el Frente Amplio: 42,3%. La cosquilla cambia por un silencio en el que vibra la preocupación. El porcentaje se expande como una de esas nubes que no dan tiempo a cubrirse antes de que caiga el chaparrón. Proyección para el plebiscito de la seguridad social: 36%. En el silencio que se apodera del hall ya no vibra preocupación. No vibra nada, ni siquiera enojo. Es solo silencio. Sin palabras.
Pasarán unos minutos antes de que se retomen tímidamente los susurros, las primeras interpretaciones. “Un 40% por lo menos nos permite seguir hablando del tema”, comentan dos dirigentes a media voz. Unos minutos más tarde ese número aparece cercano en las proyecciones de Cifra y de la Usina de Percepeción Ciudadana.
Lo que en este momento queda lejos es el optimismo que apenas una hora antes mostraban algunos dirigentes. Como el secretario de Organización del PIT-CNT, Enrique Méndez, que al llegar a la sede dijo que si antes de la jornada electoral era muy optimista, tras pasar el día trabajando en distintos circuitos lo era todavía más. Con más cautela, el dirigente de la educación privada, Sergio Sommaruga, se aferraba como una señal de aliento a su convicción de que el plebiscito había traspasado las preferencias partidarias, lo había votado gente de todos los partidos. En un tono similar, la dirigente de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS) Karina Sosa se mostraba satisfecha porque la iniciativa había llegado a la ciudadanía, había logrado que la gente supiera qué era lo que proponían.
Además del PIT-CNT, el plebiscito de la seguridad social lo impulsaron la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, el Partido Comunista y el Partido Socialista, entre otras organizaciones sociales y políticas. La papeleta por el Sí planteaba una enmienda constitucional con tres ejes: establecer en 60 años de edad el derecho a la causal jubilatoria (y no a los 65, como dispuso la reforma aprobada en 2023); equiparar la pasividad mínima con el salario mínimo nacional; y eliminar el lucro en la gestión de los ahorros previsionales individuales, lo que en los hechos supone el cierre de las AFAP.
Durante la jornada electoral, más de 1.500 referentes de la comisión nacional del plebiscito —más de 800 en Montevideo y cerca de 700 en el interior— se desplegaron en el territorio para asegurar que hubiera papeletas en todos los circuitos de votación. A ellos se sumaron varios centenares más de militantes que no pertenecían a las organizaciones promotoras pero que están a favor de la iniciativa y se ofrecieron como referentes. Fueron al menos otros 700, según detalló a Búsqueda el dirigente metalúrgico Luis Vega, uno de los encargados de los aspectos logísticos de la campaña.
Incluso en departamentos como San José y Tacuarembó, donde suele ser mayoría el Partido Nacional, el plebiscito tuvo respectivamente unos 250 y 80 colaboradores ajenos a las organizaciones promotoras trabajando. En Rivera, de raíz colorada, pasó algo similar con unos 140 colaboradores. Ese fue uno de los fenómenos que dio optimismo a los promotores.
Pero el optimismo ya quedó atrás. Ahora son las 21.10 y la dirigencia sindical fuerza palabras de aliento antes de salir a dar la conferencia de prensa en la que reconocerán que no lograron su objetivo. Escaleras arriba en la sede se escuchan un par de “vamo arriba”, segundos antes de que empiecen a bajar los referentes de la comisión nacional Afirmá tus Derechos, con sonrisas que adornan caras de decepción.
Militantes escuchan la conferencia de prensa de la comisión nacional Afirmá tus Derechos, luego de conocerse los resultados del plebiscito de la seguridad social
“No le vamos a llamar victoria a lo que no lo es”, dice Abdala al tomar el micrófono. Enseguida de reconocer la derrota, intenta rescatar algunos logros de la campaña que emprendieron a mediados de agosto del año pasado y que acaba de terminar. Por ejemplo, dice que es una “cuestión significativa” que más de 1 millón de personas respaldaran su iniciativa (con el 95% del escrutinio completado los votos eran en realidad 881.305). También rescata que en la campaña del plebiscito estuvieron presentes la “pasión” y el “eros de la lucha” que no se vieron en otras áreas de la elección nacional. Y finalmente dice que algunas cosas que sostuvieron en estos meses mantienen su vigencia, como que “nunca se había hablado tanto de seguridad social” y como que las AFAP “son una estafa” y “tienen los días contados”.
“En esa cosa de que ‘No hay nada más sin apuro que un pueblo haciendo la historia’ —parafrasea a Alfredo Zitarrosa— un compromiso de corazón, de honor, desde la clase obrera organizada, desde los movimientos sociales: acá no se rinde nadie. Vamos a persistir”, afirma.
En una línea similar y en un tono más confrontantivo, Nathalie Barbé —también dirigente de ATSS— dice en su balance que el apoyo recibido por el plebiscito demuestra que la población no se deja “llevar de las narices” por los partidos políticos. Y hace hincapié en que consiguieron que haya más conocimiento entre los uruguayos sobre el régimen de la seguridad social. “La población ahora sabe lo perjudicial que es el sistema AFAP, hoy sabe lo que va a cobrar el día de mañana, hoy sabe que estamos condenando a las futuras generaciones a un sistema que no sirve, que lo único que dio fue pensiones de miseria. Hoy nuestro pueblo sabe mucho de seguridad social”.
Antes de terminar dedica unas palabras a quienes no respaldaron el plebiscito. “Hoy nuestra población sabe también quién está del lado de los trabajadores, de las organizaciones sociales y del pueblo y quién decide estar del lado cómodo del capitalismo. Nos vemos en la calle, compañeras y compañeros”.
En la mesa es notoria la ausencia de dirigentes sindicales de la corriente Articulación y de la corriente En Lucha, en desacuerdo con la consulta popular.
Aunque los balances más matizados ya empiezan a ganar lugar, el impacto del resultado del plebiscito es indisimulable esta noche en la sede del PIT-CNT. Puede condensarse en una escena anterior a la conferencia de prensa. Recién son las 21 horas. La dirigencia todavía discute en una sala un piso arriba qué dirá ante los periodistas. Abajo, los tres militantes que controlan el acceso a la sala principal de la sede comen empanadas, se pasan un mate y ponen en un celular una canción: A redoblar. Por unos segundos no hablan y escuchan: “A redoblar, desterrando, / desterrando la falsa emoción, / el la, la, la..., el beso fugaz, / la mascarita de la fe…”.