—Me nace seguir su línea por ser “peñista”. Recorrimos juntos Canelones y el país cuando impulsó la creación de Ciudadanos. Muchos quienes hoy forman Ciudadanos son candidatos a intendente: Pablo Lanz en Florida, Ana Hunter en Durazno, Daniel Argañaraz en Artigas, Federico Silva en Tacuarembó. Nuestro candidato natural en Canelones era Adrián. Nosotros creemos tener el legado para continuar su trabajo defendiendo sus ideales, poner la cara y estar en contacto con el chacarero, el pequeño comerciante, el feriante, el emprendedor, esos que Adrián tanto defendía. La candidatura es un proceso pero nunca dudamos de la responsabilidad de seguirla.
—¿La suya será una campaña colorada o coalicionista?
—En Canelones rascás un poquito y sale el batllismo, el ADN colorado está bien impregnado. Pero hoy tenemos cabeza de coalición, es distinta la coyuntura política que en elecciones anteriores. Hace tiempo que el votante canario nos pide que vayamos en coalición y los políticos estamos obligados a atender ese mandato. No imagino una campaña hablando solo del Partido Colorado, por más que nuestra candidatura fue un acuerdo de todos los sectores. Vamos a buscar el voto de quienes votaron a otros partidos de la coalición y también de otros canarios que no los votaron y estoy seguro de que esperaban una opción distinta para Canelones.
—¿Pero cómo se diferenciará de los candidatos blancos de la coalición?
—Con nuestra propia campaña y el programa de gobierno. No vamos a hablar del Frente Amplio. No quiero pelearme con los políticos sino con los problemas de los canarios. Vamos a elaborar un documento con los ejes temáticos que encontremos necesarios. Estamos conformando un equipo técnico muy potente con compañeros que estuvieron en posiciones de gobierno a nivel nacional que no quiero espoilear. También estamos recorriendo el departamento para que sean los vecinos quienes nos trasladen sus problemas y no al revés. A ese programa, que estará pronto en marzo, le vamos a poner El Canelones que soñamos.
—¿Dónde están los grandes problemas de Canelones?
—Del censo anterior a hoy el departamento creció un 13%, hoy tenemos 609.000 habitantes. Hay que ordenar ese crecimiento. Hay algo central que es la seguridad. Hay que ampliar el sistema de cámaras de vigilancia y el de iluminación para que la gente se sienta más segura. Se pueden identificar los puntos donde se dan más delitos, detectar zonas no iluminadas. También queda mucho por hacer en limpieza en lugares públicos y hay un problema grande en caminería, sobre todo la rural. Canelones es un país dentro de Uruguay: tenemos los mismos kilómetros de calle asfaltada que Montevideo y los mismos kilómetros de caminería rural que Tacuarembó. Luego de 20 años de gestión del Frente Amplio esa infraestructura no fue bien resuelta. Se gastaron US$ 2,5 millones antes de las elecciones para remodelar la plaza de Las Piedras, y uno camina dos cuadras y se cae en un pozo. Hoy hay 30 municipios y luego de las elecciones van a ser 32 (se sumaron Juanicó y El Andaluz), todos con una realidad distinta, pero algo en común es el mal estado de las calles. El tránsito es otro: no puede ser que alguien demore dos horas para ir al trabajo y luego volver, hay que pensar en conexiones, estudiar el tren a El Pinar, el eje en 8 de Octubre, el Ferrocarril Central, trabajar con las empresas de ómnibus. También se necesita una persona que pueda gestionar, pero que esté en contacto con los pequeños emprendedores. Yo encaré mi negocio, una carnicería en el barrio San Francisco de 18 de Mayo, que hoy es un supermercado; sé lo que es pasar por dificultades, pagar tasas, servicios, luchar contra la competencia irregular. En Canelones se precisa una persona que conozca cómo funciona el sistema para atender a todos esos héroes que son los emprendedores, los pequeños comerciantes. La intendencia hoy tiene al Cuerpo Inspectivo Canario (CIC), que se dedica a multar y no a ayudar o acompañar al pequeño comerciante. Hoy en Canelones es casi imposible que puedas poner un kiosco y lo tengas en regla y funcionando, ¡porque o estás en regla o tenés mercadería! No todos los políticos tienen conocimiento de eso. Yo sí.
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Walter Cervini, diputado colorado y candidato a la intendencia de Canelones por la Coalición Republicana
Javier Calvelo, adhocFotos
—El intendente canario en los últimos dos períodos hoy es el presidente electo Yamandú Orsi, ¿es posible ganarle al Frente Amplio?
—Cada cinco años, la gente toma examen. La gente necesita una opción distinta para Canelones. Sobre Orsi, creo que se construyó una imagen porque se destinaron importantes recursos al área de comunicación de la intendencia. Para que la gente dimensione, en la intendencia hay más presupuesto, más personal y más cámaras en Comunicaciones que todos los cables de Canelones juntos. En 2019 se pagaban $ 15,7 millones en sueldos en esa área; en 2023 fueron 57,2 millones. Eso favoreció a la difusión de su figura. Y si bien la comunicación es importante, los recursos pueden dedicarse a otra cosa.
—¿El fuerte colorado sigue estando en el santoral? En Ciudad de la Costa, donde Canelones creció mucho, da la sensación de que no llegan.
—Hay municipios donde sí tenemos mejor performance, como los del santoral (San Ramón, Santa Rosa, San Jacinto, San Bautista, San Antonio), aunque eso también depende del candidato a alcalde que tengas. En la elección pasada teníamos un candidato natural, que era Adrián Peña, pero como fue designado ministro se nos desplomó la elección, además fuimos víctimas de la polarización entre el Partido Nacional y el Frente Amplio. Ahora estamos muy entusiasmados en tener buenos resultados dentro de la coalición. Y lo otro te lo voy a resumir con cabeza bien de canario: Ciudad de la Costa básicamente tiene la cabeza montevideana. Por más dirigentes y referentes que tengamos, la gente ahí no se conoce. En el interior de Canelones tenemos a la Pocha, la Chicha, el Tito y el almacén de la Tota, nos conocemos todos, sabemos lo que pasa, cuáles son los problemas. Una campaña en Ciudad de la Costa termina siendo más efectiva por la publicidad en televisión que por el pie a tierra con el vecino. No olvides que Canelones es un país dentro de Uruguay, tenemos 60 kilómetros de costa, la cuenca lechera, la capital nacional de la uva y el vino, de la avicultura, lo único que nos falta es plantar arroz.
—Habla de la costa, ¿Canelones está bien explotado en materia de turismo?
—Nosotros entendemos que está relegado. Hace poco, el candidato (del Frente Amplio Francisco) Legnani festejó que Canelones fue el destino que más turismo interno recibió. Pero, si hacés el análisis más detallado, fue el que menos creció. Del turismo internacional, solo recibimos el 3%, teniendo un aeropuerto y 60 kilómetros de costa. Nuestra joya siempre fue Atlántida, que fue el segundo balneario en importancia del país durante muchos años y hoy la vemos relegada, cuando tiene el mejor atardecer del Uruguay. Hay que arreglar espacios públicos, paradores, no hay en el departamento un hotel cinco estrellas ni un centro de conferencias. Teniendo el Aeropuerto de Carrasco, hay que pensar en Canelones como el primer destino, donde se podría desarrollar un centro de conferencias con hotelería preparada, con logística para articular con otros actores, como turismo aventura, senderos para trekking, avistamiento de pájaros.
—Otro problema señalado son las ocupaciones ilegales de terrenos.
—La intendencia no ha cumplido con su rol de policía territorial. Es una gruesa omisión. Hoy tenemos unos 112 asentamientos en Canelones. Esos terrenos normalmente son vendidos (por ocupantes) que muchas veces terminan engañando a gente que piensa que compra algo legal. Lo que corresponde que haga la intendencia, que tiene las herramientas para saber si el terreno en cuestión es público o privado, es hacer la denuncia policial. Estos tienen que ser detectados en su formación porque, si uno llega cuando el asentamiento tiene 50 casas, estamos con un problema mayúsculo.
—Cambio el tema, ¿qué opinión le merecen los acuerdos partidarios por fuera de la Coalición Republicana que han tenido dirigentes colorados en otros departamentos para estas elecciones?
—Es un tema complejo. Adrián Peña fue uno de los pioneros en plantearlo, lo intentó en Canelones para 2020 y no lo logró. Hoy la Coalición Republicana está solo en tres departamentos. En otros, los que pensaban que ganaban (el Partido Nacional) hoy tienen miedo a perder y necesitan al socio colorado. Hoy el votante de nuestros partidos pide coalición a gritos. La mejor manera de resolver esto es dejar por escrito que vamos a apelar a ella en los 19 departamentos para las departamentales de 2030.
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Walter Cervini, diputado colorado y candidato a la intendencia de Canelones por la Coalición Republicana
Javier Calvelo, adhocFotos
—Eso es lo que ha pedido Bordaberry.
—La gente lo está pidiendo. El Partido Nacional nos tiene que dar una respuesta afirmativa antes de estas elecciones. Si no, naturalmente el Partido Colorado tendrá su candidato y en esa no acumulación el Frente Amplio puede tener ventaja. Tenemos ánimo de ir en coalición, pero precisamos que ante el votante coalicionista quede claro quién la quiere y quién no.
—La lucha por el liderazgo del partido entre Bordaberry y Andrés Ojeda, ¿lo motoriza o lo debilita?
—Para mí, no hay lucha.
—¿En serio?
—En octubre, Vamos Uruguay sacó la mayor bancada colorada, 15 de los 22 legisladores. El otro sector (Unir para Crecer) se terminó conformando luego para tener mayor representación. No estamos peleando ni tirándole cosas el uno al otro, eso lo dice más la prensa. Sí digo que es necesario que haya sectores fuertes creando una competencia interna atractiva, para que el partido siga creciendo. Si tenemos posturas distintas, en algunas cosas habrá consenso y en otras no. Con la impronta de trabajo de Bordaberry, nuestro sector presentó el 15 de febrero 47 proyectos de ley. Eso se logra trabajando, no estando en la playa. Uno de eso proyectos es el ingreso por concurso o sorteo a las intendencias, un elemento igualador, que es un homenaje a nuestro querido Adrián Peña.
—¿No está demasiado presente Peña en su discurso? El candidato es usted.
—Su legado es muy alto. Los que nos sentimos peñistas lo decimos con orgullo.